"México y Polonia están en dos extremos de comportamientos humanos"
Beata Wojna: "México y Polonia están en dos extremos de comportamientos humanos"

CONVERSATORIOS MUNDIAL 2022 | MÉXICO VS POLONIA

"México y Polonia están en dos extremos de comportamientos humanos"

Beata Wojna, exembajadora de Polonia en México y actual catedrática del Tecnológico de Monterrey, reflexiona sobre los nexos y distancias culturales, emocionales, históricas y hasta gastronómicas entre ambos países.

Beata Wojna nació en la Polonia de la Cortina de Hierro. Hoy, vive en México y enseña Relaciones Internacionales. Entremedias, muchas cosas pasaron. Una charla sobre inmigraciones, tolerancia, percepciones, soft power, caracteres, diplomacia... con el fútbol de fondo. Sea quien sea el vencedor en el Stadium 974 de Doha, habrá felicidad en la casa de Beata.

- ¿Cómo era vivir en la Polonia de la Cortina de Hierro?

Tiempos difíciles. Muchas veces me preguntan cuál es la diferencia entre la Polonia comunista y la Cuba comunista y yo digo que en Polonia no hay tanto sol. Por lo demás, era horrible. Refiriéndome a mis experiencias personales: viví 17 años en el comunismo, nací en 1972, luego viví la etapa de la crisis económica, cartillas de racionamiento, escasez de productos básicos. Tenías que hacer una fila para comprar unos zapatos para el invierno y no es que pudieras escoger los que te gustaban, sino solo los que podías comprar. Absurdos del comunismo que se podían multiplicar. Luego, el nacimiento de Solidaridad, con Lech Walesa, esa esperanza de los polacos. Después, el estado marcial, un reforzamiento de la opresión del régimen en el sentido político. Una situación económica muy complicada. Y, finalmente, la transición democrática. Si tendría que definirte de alguna forma el comunismo te diría que fueron tiempos grises, tristes y sin libertades. Afortunadamente, después de esos 17 años de vida en el comunismo, se abrieron las fronteras, y así pude cambiar totalmente mi vida.

- No empezaste en las Relaciones Internacionales, sino estudiando Arqueología, ¿cierto?

Sí, era mi gran sueño. Como vivía en la época comunista había pocas posibilidades de conocer el mundo, de viajar, de ver otros espacios. Pensé que estudiando arqueología podría viajar. Ese era mi objetivo cuando inicié la carrera. Estuve participando con mis colegas en diferentes excavaciones en Polonia y Checoslovaquia. Cuando salí a España empecé a estudiar historia y evolucioné hacia las Relaciones Internacionales.

- En una semblanza decías que te había costado entender a los mexicanos. ¿Ya nos entiendes? ¿Por qué fue tan difícil?

(Risas) Estuve 10 años en España. Ahí estudié, trabajé, viví. Cuando iba a venir aquí pensé 'ya lo sé todo sobre México', porque hay una conexión histórica muy importante. Cuando llegué, me di cuenta de que no era cierto. Es un país totalmente distinto en muchos sentidos, de cultura, de mentalidad. Después de casi nueve años de estar en México, obviamente ya conocí al país. Además, mi esposo es mexicano, eso también me permite observar muy de cerca cómo son. Si comparamos a polacos con mexicanos, diría que estamos en dos extremos de comportamientos humanos. Los polacos son muy directos en sus expresiones, en sus formas de decir las cosas, mientras que los mexicanos buscan esquivar el punto crucial, la esencia del tema. A los polacos, si algo no nos gusta, decimos 'no' con claridad, y es un 'no' firme, sin excusas ni explicaciones. En el caso del mexicano, un 'sí' puede tener muchos significados y, en algunos casos, no es necesariamente una afirmación. Sí hay muchas diferencias a las que tuve que ajustarme para comprender un poco mejor al país. Tengo que decir que México me ha permitido suavizar un poco mi carácter, viéndolo desde el punto de vista personal. Y también ser más paciente, lo cual define en muchos aspectos la convivencia en México. Sin paciencia en México no se puede, porque uno se frustra constantemente.

Beata Wojna, exembajadora de Polonia en México
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Beata Wojna, exembajadora de Polonia en México

- ¿Has podido percibir alguna característica universal que distinga a los mexicanos? Esto, claro, luego tiende a caer en el prejuicio. Se dice que los franceses son 'revolucionarios'. Que el ruso es 'serio', 'frío'. Que el brasileño es 'alegre'. Sin caer en los estereotipos, ¿hay algo que pueda caracterizar a los mexicanos?

Lo que más me sorprendió, y creo que sí es un rasgo característico de los mexicanos, es la amabilidad. Es un pueblo extremadamente amable. Viéndolo desde mi perspectiva de una ciudadana que llega de un país post-comunista a México y que ha pasado también por España, la amabilidad es el rasgo característico, independientemente de la clase social, del poder adquisitivo y de la región. Diría eso, extrema amabilidad, incluso, lo que tiene sus ventajas, porque suaviza las relaciones humanas, pero también tiene sus problemas, porque muchas veces no permite al mexicano reconocer los problemas que existen en ciertas situaciones de convivencia personal.

- ¿Qué opinión tenías sobre México antes de venir?

México desde la perspectiva polaca era un país importante, grande en la región de América Latina. Esa era mi percepción también, aunque no tenía mucha claridad sobre el peso real de este país en el contexto regional. Antes de venir aquí como embajadora estuve como turista en Cancún, la Riviera Maya, y conocí los aspectos turísticos de este gran país. Me di cuenta de la complejidad que tiene, del inmenso potencial que representa no solo desde la perspectiva de las relaciones regionales, sino de las relaciones con Polonia.

- Y, ¿qué opinión tiene la sociedad polaca en general sobre México?

Hay mucha fascinación por lo exótico de México y por las playas. El tema turístico es muy relevante. De hecho, en los últimos años, antes de la pandemia, ha habido más de 50,000 turistas polacos en México para pasar aquí sus vacaciones. El tema de la cultura maya, los aztecas, todo eso sí se conoce en Polonia. Eso es un tema. El otro es la inseguridad, sí está muy presente. En los medios de comunicación ese es el discurso sobre México. Es obvio, porque en casi todos los países hay esa percepción, resultado de la situación de inseguridad en diferentes regiones de este país. El tercer aspecto se ha estado trabajando mucho en los últimos tiempos en Polonia, sobre todo desde la diplomacia mexicana, que es lo gastronómico. No lo vas a creer, pero en Polonia sí hay muchos restaurantes mexicanos.

Una característica que une a mexicanos y polacos es el catolicismo, aunque el de aquí es un poco más relajado que el polaco

Beata Wojna

- ¿En serio?

En serio. Hay pocos mexicanos, creo que no llegan a 1,000 personas, pero hay muchos restaurantes que han creado ciudadanos mexicanos y también polacos que han optado por esa dirección de la gastronomía en sus negocios. Sí, cuentan con buena fama y normalmente hay una buena afluencia de clientes polacos que a través de la gastronomía también conocen a México y a sus personajes. En Varsovia hay un restaurante famoso que se llama Frida, por Frida Kahlo. Así se conecta con los personajes más famosos que tiene México. La gastronomía es una carta de presentación muy relevante de México en Polonia. A través de la gastronomía, México ha intentado posicionarse en el mundo y eso ha funcionado.

- ¿Cuál fue tu mayor reto como embajadora de Polonia en México?

Hubo muchos, pero el más importante fue la visita del presidente (Andrzej Duda). La tuvimos en 2017. Llegó el presidente de Polonia con una amplia delegación, incluidos diputados y empresarios. En total eran como 80 personas. Estuvieron tres días en diferentes reuniones con el presidente, con diferentes personas del gabinete, del poder legislativo, y con un foro de negocios. Ese fue el mayor reto, organizar esa visita, tomando en consideración que las embajadas de países como Polonia no son muy grandes, son pequeñas, con muy pocos diplomáticos que tienen que atender y organizar toda actividad. Sí fue muy gratificante ver cómo se firmaron decenas de convenios de cooperación entre México y Polonia. También se ha fortalecido la relación entre los dos países.

- ¿Qué semejanzas hay entre México y Polonia?

Hay varias que surgen de los aspectos históricos. En primer lugar, destacaría la vecindad con las grandes potencias. En caso de México, con Estados Unidos; en caso de Polonia, a los dos lados, Alemania y Rusia, que en muchas ocasiones a lo largo de la historia ha sido una vecindad difícil y que ha dado muchos problemas. A raíz de esas vecindades con las grandes potencias se han acentuado ciertas características del carácter nacional: la sensibilidad con los imperialismos, esa sensibilidad con cómo hacer para no depender tanto de las grandes potencias. Otra característica que une a mexicanos y polacos es el catolicismo, aunque el de aquí es un poco más relajado que el polaco. Hay cierta vinculación con los valores tradicionales de la familia. Eso ha generado también diferentes tipos de debates, discusiones sobre los derechos de las minorías y otras maneras de ver cómo pueden funcionar las familias.

- Además, en ambos casos, México y Polonia fueron invadidos por sus potencias vecinas...

Sin duda, históricamente hablando la vecindad con las dos potencias ha marcado la historia de los dos países. Si lo vemos desde la perspectiva actual, en esa herencia histórica y la actual, también hay una observación muy interesante desde la perspectiva de cómo han evolucionado las grandes potencias vecinas de Polonia y México. México, hoy en día, no tiene que temer que Estados Unidos vaya a invadirlo o a quitarle parte del territorio. Eso fue un asunto del siglo XIX.

-  O con Donald Trump...

Bueno, incluso con Donald Trump no podríamos esperar tal desarrollo de la situación. En el caso de Polonia, Alemania sí ha sabido evolucionar y se ha convertido en un país democrático dentro de las estructuras de la Unión Europea. No hay un temor en Polonia de que desde Alemania pueda haber alguna actividad preocupante en ese sentido. Por el contrario, Rusia no ha sabido evolucionar en una dirección que podría quitarnos ese miedo a una invasión. De hecho, estamos ahora en un contexto de guerra contra Ucrania y una posición muy amenazante con sus vecinas, incluida Polonia, Letonia, Estonia, Lituania, incluso Finlandia.

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- La inmigración ha sido un tema en esta conversación. Tú misma eres una inmigrante. ¿No crees que también este fenómeno es un punto en coincidencia entre México y Polonia? La inmigración polaca post-comunismo y México, que siempre ha sido un país productor de inmigrantes...

Hay elementos similares. Sí, la inmigración polaca ha sido muy grande después de la caída del comunismo. Yo fui, precisamente, una de las personas que emigraron a partir de ello. Millones de polacos después salieron. Pero, desde hace algún tiempo, Polonia ha empezado el retorno de sus ciudadanos al país. También está el fenómeno de Polonia como un país de tránsito de inmigrantes y eso ha generado respuestas gubernamentales totalmente inconsistentes con esa tradición de los polacos de emigrar. Nos recibieron en muchos otros países y ahora no queremos abrir las puertas a todos los inmigrantes que quieren llegar. Con la guerra entre Rusia y Ucrania y la llegada de los refugiados ucranianos se equilibra esa posición que en el contexto de los refugiados de Siria fue muy cuestionada.

- El valor de emigrar un mundo cada vez más global y, al mismo tiempo, cada vez más cerrado, más renuente al otro. ¿Esta regresión es preocupante? ¿Por qué parece que las conquistas del Siglo XX están disolviéndose?

Cuando cae el comunismo y la URSS, que es un proceso que va de 1989 a 1991, inicia la transición democrática en esa parte de Europa. Fueron años de gran optimismo. La sensación de que íbamos hacia una dirección nueva, no de confrontación, que era algo característico del mundo bipolar. Una dirección de cooperación, de apertura de los mercados y la democratización. Eso empezó a tambalearse a finales de la primera década del Siglo XXI. Hemos entrado en una nueva etapa de las relaciones internacionales en la historia del mundo que se caracteriza por el regreso a los bloques, la construcción de nuevos muros, nuevas barreras. En términos políticos, hay un re-ordenamiento del orden internacional. Eso también afecta a los temas económicos. Esto es una nueva Guerra Fría. Una Europa dividida con claridad. Eso significa cortar relaciones y energéticas con Rusia que hemos estado construyendo los europeos desde la caída de la URSS. Sí, es un cambio muy fuerte en el contexto europeo, pero también en el global.

Lo que más me sorprendió, y creo que sí es un rasgo característico de los mexicanos, es la amabilidad. Es un pueblo extremadamente amable

Beata Wojna

- En esta lógica, en este contexto de nuevas murallas, de repliegue, de temor al otro, ¿hay espacio para 'lo extranjero'? ¿Para el inmigrante? En tu caso, ¿te has sentido como 'extraña' en México? ¿Estamos condenados a estar a espaldas uno del otro?

No. Me siento en mi país. Siempre habrá diferencias entre mi percepción de las cosas y la visión que tienen muchos mexicanos que surgen a partir de las diferencias en nuestros orígenes de nuestras historias. Pero no. Me siento bien. El hecho de tener familia aquí, que mi esposo sea mexicano, lo cambia todo. México es un país que sí ha sabido en muchos aspectos acoger a los inmigrantes, aunque no necesariamente ha tratado de la misma forma a todos los inmigrantes. Un país que no necesariamente ha sabido aprender de otros a cómo manejar los temas de la inmigración. Hay países que ya tienen cierto recorrido, ciertas experiencias que podrían ser útiles para México. A veces me preguntan si voy a solicitar la nacionalidad mexicana: sí lo voy a hacer, siempre y cuando cambie la ley mexicana de naturalización. En estos momentos, si me hago mexicana, voy a ser una 'ciudadana mexicana de segunda categoría', porque los extranjeros naturalizados mexicanos no pueden tener doble nacionalidad, mientras que los mexicanos por nacimiento sí la pueden tener. Ese trato desigual que se da ya se debería de superar, a mi modo de ver. Muchos países ya lo han hecho.

- Sé que este tema da para una tesis. Pero, a grandes rasgos, ¿cómo son actualmente las relaciones entre México y Polonia?

Son relaciones que se han ido construyendo básicamente desde la entrada de Polonia en la Unión Europea. Obviamente, hubo una etapa previa de esas relaciones y una etapa larga durante el comunismo. Con la caída del comunismo se han roto esos lazos y su reconstrucción llega con la entrada de Polonia en la UE. A los dos países los une el acuerdo de libre comercio y eso da ciertas facilidades entre ambos. Es un comercio que equivale a dos mil millones de dólares al año. Es mucho o poco, a veces nos preguntamos. Es, más o menos, un día y medio del comercio entre Estados Unidos y México. No es tanto, pero tampoco es tan poco, tomando en consideración que hablamos de países bastante distantes y con una relación comercial relativamente reciente. Hay algunas inversiones mexicanas en Polonia, sobre todo en el sector automotriz. En términos políticos, tuvimos en 2017 la visita del presidente polaco a México, una visita importante; de hecho, la primera visita del presidente polaco en la historia de las relaciones bilaterales. Ha habido visitas de presidentes mexicanos a Polonia y cooperación con la Secretaría de Economía. Sí hay una relación que sigue creciendo, aunque claro que no es una prioritaria porque, como lo hemos mencionado, para ambos países la prioridad está en las vecindades.

- Entonces, ¿México y Polonia no están a espaldas uno del otro?

Son países que están viéndose de cerca. Me da la sensación de que sí necesitan un empuje aún mayor para que se descubran aún más. No hay muchos mexicanos que conozcan Polonia. Más allá del Papa Juan Pablo Segundo, y de que hace frío, lo cual no es cierto, se conoce relativamente poco. Los que conozco y han visitado Polonia se han quedado sorprendidos con el país tan desarrollado, moderno y distinto de lo que pensaban. Se les había quedado esa imagen de la Polonia comunista. Hay un potencial mucho mayor para que despeguen.

Entrenamiento de Polonia en Qatar
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Entrenamiento de Polonia en Qatar

- Y esto nos lleva al fútbol. México y Polonia se enfrentarán en Qatar en unos días...

El ámbito del fútbol y el deporte ha marcado esas relaciones desde tiempos lejanos. Cuando llegué aquí muchos me preguntaban sobre el futbolista Grzegorz Lato, quien estuvo en México. Fue muy famoso en su momento. Me acuerdo de él. Cuando era niña lo veía jugar en la televisión en la época comunista. Llegó aquí y marcó esas simpatías hacia Polonia. Pero no solamente el fútbol, hay otro ámbito del deporte, la caminata, con el famoso entrenador Jerzy Hausleber, que estuvo aquí décadas y construyó toda la escuela mexicana de caminata, la cual fue muy exitosa. Entonces, sí, el deporte paradójicamente se ha convertido en este lazo también entre ambos países.

- El deporte también es un agente diplomático, ¿no?

Así es, el soft power, el poder blando. Deporte música, gastronomía, arte. Son esos ámbitos de nuestra vida que en la diplomacia se aprecian mucho, porque pueden traspasar fronteras de una forma muy fácil y acercar más a las naciones y los pueblos. En este contexto del Mundial que tenemos en puerta, vamos a tener buenas relaciones Polonia-México. Nos toca un partido juntos. Yo estaré viendo el partido con mi esposo. Gane quien gane, vamos a estar felices, porque cada uno desde nuestras trincheras vamos a estar apoyando a nuestros equipos. Gane quien gane, vamos a estar muy felices en casa.

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