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ORGULLO LGBT

El futbol ayudó a La Perchera a ganarse el respeto del barrio

Hiram Jair es una chica trans que utilizó su talento para cambiar las burlas por reconocimiento de sus compañeros.

MéxicoActualizado a
El futbol ayudó a La Perchera a ganarse el respeto del barrio
Cortesía de Hiram Jair Gutiérrez

El 20 de Noviembre es uno de los barrios más bravos de la Ciudad de México, uno de esos donde ganarte el respeto te puede costar sudor, lágrimas y sangre. Y para una persona como Hiram Jair Gutiérrez Olivas, mejor conocido como La Perchera, la supervivencia en una tierra salvaje como ésta fue todavía más complicada debido a los prejuicios, al machismo y a la homofobia que forman parte del ADN de colonias así.

Esta chica trans, como ella misma lo señala, tuvo que ganarse el respeto de “los chacales” del barrio jugando al futbol. No fue fácil, pero hoy, esos mismos que se burlaban de ella por llegar en tacones y mini falda a los partidos, son quienes la protegen en la cancha.

“Comencé a jugar en equipos heterosexuales aquí en mi colonia, la 20 de noviembre, una colonia chacalera y donde te tienes que ganar el respeto. Fue muy complicado porque quería entrar a jugar y, ya sabes, los comentarios de ‘esta niña ni sabe jugar’, fue complicado al principio, pero una vez que me vieron jugar comenzaron a invitarme a sus equipos.

Yo he tenido siempre la idea de cambiarme de sexo, de operarme en algún momento, ahorita lo tengo truncado por mi trabajo, pero fue complicado llegar a una cancha ya vestido de mujer, para unos era como la sensación, iban solo para verme, pero a otros, cuando jugaba y les había gol, les causaba mucho conflicto”.

Ximena Soee (el nombre femenino que utiliza Hiram) juega como mediocampista y, en algunos equipos, como defensa central. Su fin de semana está prácticamente copado de partidos en distintos deportivos del oriente y norte de la Ciudad de México. Llega a jugar hasta seis partidos entre sábado y domingo y entrena varias horas a lo largo de la semana.

Su calidad logró imponerse al morbo de quienes le rodeaban y que hoy lo respetan:

“Iba como mujer a los partidos, llegaba a la cancha con tacones, con la mini falda, el top, la peluca y totalmente maquillada, y se sacaban de onda pero ya después ellos mismos te empiezan a cobijar y cuando llegamos a competir a otros lugares y se burlan de mí, me defienden”, apuntó.

HISTORIA DOCUMENTADA

La historia de La Perchera y su empoderamiento en el barrio ha sido tan fuerte que, en el 2017, formó parte del libro “Rostros en la oscuridad Trans”, escrito por Melchor López y Sofía González. La obra es un recopilado de historias de personas trans en distintos ámbitos de vida. El de Hiram se titula ¿Ese maricón va a ser el capitán?

Desde muy chico, mi mamá sabía (de mi orientación sexual). Yo nací así, desde chico me vestía de niña, usaba las cosas de mi mamá, me ponía sus vestidos, sus zapatillas y la primera vez que me vestí de mujer mi mamá fue quien me maquilló. En la primaria, me di un beso con un niño y como mis hermanas me vieron le tuve que decir a mi mamá que me gustaban los niños”, expone.

El talento que posee dentro de la cancha también ha llevado a Hiram a participar en distintas competiciones internacionales con varios equipos: Con Didesex, jugó los Out Games en Bélgica (2013) y Miami (2017), también los Gay Games en Cleveland (2014) y París (2018), y los Sin City Classic en Las Vegas (2019 y 2020).

También formó parte del equipo Weho, de Los Angeles, California, del 2014 al 2016.
“Es super emocionante, vengo de un barrio y la he sufrido mucho, mi mamá es madre soltera y tuvo que sacar adelante a tres hijos. Boteamos, vendí dulces para recolectar dinero y poder viajar, después de esa primera experiencia tan padre en Bélgica, le eché más gabas al trabajo y los siguientes viajes ya pude solventar los gastos”, explica.

AMERICANISTA DE CORAZÓN

Hiram se declara americanista de corazón y confiesa que siempre ha estado enamorado de Cuauhtémoc Blanco, a quien ya tuvo oportunidad de conocer.

Estoy super enamoradísima de Cuauhtémoc Blanco, es mi ídolo, es alguien al que admiro, me encanta, es el tipo de hombre que me gusta. Una vez mi mamá se tomó una foto con él y como sabía que estaba muy enamorada de él me dijo ‘anda, tómate una foto tú con él’ y yo no quise, temblaba. No me tomé la foto pero me quedé con esa imagen de él”, subraya.

Por último, La Perchera sabe que aún hay mucho camino que recorrer para eliminar de tajo los prejuicios que existen en la sociedad sobre las personas de la comunidad LGTB+.

Yo llego a jugar y a lo que vengo, no a ver quién está más sabroso y quién no, pero ellos mismos se empiezan a cubrir, el hecho de saber que hay una persona con una preferencia sexual diferente a la de ellos en el equipo les causa ruido, el conflicto comienza más entre nosotros como comunidad que con instituciones”, concluye.