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ORGULLO LGBT

Edgar, la Drag Queen que le pone color al futbol en San Francisco

Este mexicano es fundador de Lobos USA, un equipo de balompié conformado por latinos no heterosexuales que ha causado sensación en las ligas amateurs de la considerada capital gay mundial.

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Edgar, la Drag Queen que le pone color al futbol en San Francisco

“Siempre jugué en alto nivel en México. Al inicio, yo no era abiertamente gay, cuando le dije a mis papás, a los 15 años, pues no me importaba que los demás supieran y me gustaba jotear, y me veían muy raro, les daba morbo, no era común ver a un gay jugar futbol en esa parte de la ciudad”, así es como Edgar Hernández comienza a relatar sus inicios en el deporte en los campos de futbol de Cuautitlán, en el Estado de México.

Hoy, 15 años después, Edgar radica en San Francisco, California, considerada la capital LGTB+ a nivel mundial. Ahí, vive feliz y el futbol sigue siendo parte de su vida como miembro fundador de un equipo latino, los Lobos USA, que está integrado por jugadores no heterosexuales de distintas nacionalidades.

“Empecé a jugar a los 14 años, jugaba con puros equipos buga, como a las 18 años, conocí a Edgar, que es de Lobos México y me invitó a jugar con ellos y cuando me vengo para San Francisco se hace un equipo de latinos y me invitaron, después, ya viviendo acá se me ocurrió juntar otro equipo que fuera como una sede de Lobos México pero en Estados Unidos, así fue como hice el equipo de Lobos USA, que está compuesto por 20 personas… hay peruanos, algunos de Estados Unidos, mexicanos, otros guatemaltecos, es muy diverso el equipo”, explicó.

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En Lobos USA, Edgar encontró el lugar perfecto para poder combinar dos sus mayores pasiones: el futbol y el Drag Queen. “Después del futbol, empecé a hacer Drag Queen, lo combiné y llegaba maquillado a la cancha, se empezó a formar esta comunión entre lo deportivo y lo muy femenino, llevarlos de la mano, por un lado, irme a jugar y, luego, irme al otro lado a maquilarme y ponerme de Drag”, señaló.

Incluso, Lobos USA ha tenido mucho éxito en las ligas heterosexuales de San Francisco donde participa debido al colorido que le ponen a la cancha.

San Francisco es como 70 por ciento gay y el 30 hetero, la cultura es muy diferente. Empezamos con este equipo latino, gay y comenzamos a jugar en ligas heterosexuales y fuimos la novedad. Nos gustaba jotear, nos pintábamos las uñas, llegábamos con pelucas para hacernos notar más y la gente se nos acercaba y nos felicitaba, tenemos una aceptación más abierta que si estuviéramos en México”, aseguró.

Discriminación en México

Durante su juventud, en México, Hernández fue víctima de ataques homofóbicos por parte de compañeros, rivales e, incluso, de su familia, que no aceptaban su orientación sexual. El camino en la cancha no fue fácil para Edgar.

“Era un problema porque mucha gente me iba a ver por morbo y me criticaban, afortunadamente, siempre jugué en buen nivel entonces los mismos rivales me atacaban, me golpeaban más, jugaban sucio, me gritaban cosas como puto, maricón, pero a mí me gustaba eso, porque me picaban el orgullo y jugaba mucho mejor, así me desquitaba.

En casa, no estaban de acuerdo con que fuera gay, yo no quería jugar futbol, mis papás me obligaron a jugar. Cuando la gente me atacaba, ellos no decían nada, de hecho, ellos mismos, en la familia, hacían bromas homofóbicas y sí me afectaron estas bromas”, subrayó.

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El peor episodio de discriminación que Edgar ha vivido por su orientación sexual se dio justo por parte de un equipo del Estado de México.

“Un equipo de la Liga Interestatal, que es la más importante del estado, me convocó para jugar con ellos, yo ya tenia mi pareja, eso fue como a los 17 años, y me acompañaba a los partidos. El equipo era patrocinado por un político y pagaban todo, casi como un equipo profesional, cundo entré a ese equipo me dijeron que me iban a pagar tanto, que me iban a tratar bien, pero a los dos o tres partidos uno de los coordinadores se acercó conmigo y me dijo que estaban muy contentos conmigo, que les encantaba como jugaba, pero me dijo que les gustaría que cambiara mis modos porque incomodaba a los demás y no querían conflictos y me pidió que mi pareja ya no fuera a los partidos. Le respondí que era feliz como soy y que no iba a cambiar, le regresé su uniforme y le di las gracias”, relató.

Con toda esta experiencia, Edgar hoy recomienda aceptarse y ser feliz con uno mismo: “No es necesario salir del clóset, es un término que no me gusta, con el simple hecho de que sepas quién eres, de que estés pleno, no necesitas más. No necesitan la aprobación, lo que necesitamos es creer en nosotros y aprender a vivir con eso, así seremos felices”.