La Vysheyshaya Liga es la única competición futbolística que sobrevive a la pandemia del COVID-19 en Europa. Que siga en activo obedece al contexto sociopolítico del país.
Ataviado como un jugador de hockey hielo profesional, con casco, hombreras protectoras, codilleras, guantes, un jersey numerado; envuelto de arriba a abajo con los colores de Bielorrusia, rojo y verde; el presidente del país, Aleksandr Lukashenko, no cree en cuarentenas y pandemias. Mientras más de un tercio de la población mundial se refugia en sus hogares para evitar la propagación del COVID-19, el presidente bielorruso juega al hockey sin mayor preocupación. Sus razones tiene. "Es mejor morir de pie que vivir de rodillas", suelta, dicharachero, antes de entrar al hielo. "Es posible (que suceda algo que le impida jugar hockey). Pero, ¿por qué? No lo entiendo. No hay virus aquí. ¿Lo ves volando por aquí? Yo tampoco lo veo. Es una pista de hockey, es lo mejor para la salud. Esto es mejor que cualquier deporte. En este sitio es donde está la verdadera cura del virus", responde a su entrevistadora. La afición copa las gradas del recinto. Las palmas en alto y los colores bielorrusos que ondean. El raspar de las cuchillas sobre el hielo. La bocina que anuncia los goles. En Bielorruia, ni el virus detiene al hockey.
Ni al fútbol. La Liga Premier de Bielorrusia, o Vysheyshaya Liga, se mantiene en juego. El campeonato, que comenzó el pasado jueves 19 de marzo, cumplirá su cuarta jornada este fin de semana, con duelos como la visita del BATE Borisov al FC Minsk, o la recepción del Dynamo Brest, campeón defensor, al Isloch Minsky. Todo continúa con normalidad en un país que Lukashenko, un nostálgico de la Unión Soviética, gobierna con puño de hierro desde 1994. El propio Lukashenko describió su estilo de gobierno como 'autoritario' en un perfil publicado por la BBC en 2007. Bielorrusia es el único país de Europa que mantiene la pena capital como sanción aplicable. El aislamiento del mundo tiene un botón de muestra: el Consejo de Europa, con sede en Estrasburgo y vigilante, según los Tratados de Londres, del respeto a las leyes y los derechos humanos, integra a casi todas las naciones del continente (47), con la exclusión de Bielorrusia y el Vaticano.
A finales de marzo, en el marco de una reunión de Estado con Cui Qiming, embajador chino en el país, Lukashenko llamó a la población a no entrar en pánico ante la pandemia. En la lista de remedios del mandatario para combatir el virus, además de la práctica del hockey, está el trabajo arduo en las granjas ("un tractor curará a todos") y la ingesta de 50 gramos de vodka al día. El informe de la Organización Mundial de la Salud, correspondiente al 10 de abril, da parte de 1,066 contagios en Bielorrusia y 13 muertes. 'La Rusia Blanca' (por su etimología), no obstante, sí ha establecido medidas contra el coronavirus. Según datos del Ministerio de Salud, citados por la agencia turca Anadolu, 36,000 pruebas para detectar el patógeno se han aplicado en Bielorrusia. En añadido, el domingo 5 de abril, el régimen decidió cerrar las rutas de tren que unen Minsk, la capital, con Moscú y San Petersburgo. Sin embargo, a grandes rasgos, la vida sigue. Los eventos públicos no se han suspendido y los preparativos para conmemorar el Día de la Victoria, el desfile militar que celebra el triunfo soviético sobre la Alemania nazi en la Segunda Guerrera Mundial, continúan sin contratiempos. Y el fútbol también.
Vladimir Matchoulski es presidente de la peña oficial del Real Madrid en Bielorrusia (llamada 'Uros Blancos') y también es el secretario general del Dynamo Brest, el campeón reinante de la Vysheyshaya Liga. El año pasado, el Dynamo rompió con la dictadura del BATE Borisov, que se había consagrado campeón por 15 años consecutivos, desde 2005. El último monarca bielorruso antes de los 'amarillos' fue el Shakthyor Soligorsk. En perfecto español, con fuerte acento castellano, Matchoulski relata para AS la fórmula secreta de un club que preside, de manera honorífica, Diego Armando Maradona. 60 años de historia que, hoy día, viven su época dorada.
"El equipo podía desaparecer en 2016 porque no teníamos dinero. Entonces, el dueño del club (Aliaksandr Zaitsau) pagó todas las deudas y empezó el camino. Vinieron jugadores de fuera, argentinos, españoles, africanos. En 2017 ganamos la Copa. Un año después, la Supercopa y la Copa. En 2019, la Supercopa y la liga, la primera de nuestra historia. Y este año ya tenemos otra Supercopa. En total son seis títulos en tres años y medio", rememora. El éxito es producto de un proyecto integral de desarrollo: "Mucho depende de que el equipo tenga estables las finanzas, pero también es un buen management, un buen marketing. Aunque hay equipos que ofrecen buenos salarios a los futbolistas, si no has oído de ellos no te llaman tanto la atención. Ahora nos conocen. Saben que aquí estuvo Maradona. Los títulos. Es un trabajo conjunto del management del equipo y de la participación del dueño", explica Matchoulski desde Bielorrusia. Uno de los artífices de aquellas conquistas, Leandro Torres, se encuentra actualmente en las filas del Tampico Madero, en el Ascenso MX.
Matchoulski certifica que la vida en Bielorrusia transcurre con 'normalidad', aunque hay quienes sí han tomado medidas pese a las recomendaciones del gobierno de no caer en psicosis colectiva: "Sí que hay menos gente en las calles que cuando hace buen tiempo, cuando las terrazas y las cafeterías están llenas. Pero, igual, hay bastantes personas en la calle. Van paseando. Aquí no hay cuarentena, la gente va como si nada". La decisión de que el show sobre el terreno de juego continúe depende de la Federación de Fútbol de Bielorrusia, que sigue al pie de la letra las indicaciones del Ministerio de Salud, que reporta al mismo Lukashenko. "Si el presidente decide que hay que parar las competiciones, los conciertos, y todo evento público, se pararán, efectivamente, porque él maneja la situación y sabe lo que está pasando en el país (...) Según los datos oficiales, no hay mucha gente contagiada; todo está estable. Si la Federación lo considera así, se sigue jugando", asegura Vladimir. Sin embargo, la crisis sí ha golpeado los ingresos por taquilla del club. Las asistencias han caído porque una parte de la sociedad ha optado por recluirse: "Ha bajado el 90% en Brest. El año pasado el promedio era de 8,600 personas. En el último partido hubo 813", revela Vladimir.
"Según los datos oficiales, no hay mucha gente contagiada; todo está estable"
Vladimir Matchoulski, secretario general del Dynamo Brest
No obstante la ausencia de medidas draconianas, como las que otros gobiernos han aplicado en el resto del mundo, el fútbol bielorruso ha intentado adaptarse a las circunstancias. Todos los aficionados que entran a los estadios de la Liga Premier se deben someter a breves análisis para monitorear su estado de salud. "Hay médicos en las entradas tomando la temperatura. También les pedimos a los fans que si se sienten mal o si están tosiendo, mejor se queden en casa, que cuiden de sí mismos y de la otra gente", desvela Vladimir. Los jugadores y el staff del Dynamo Brest también están bajo escrutinio sanitario, aunque sin mayor dureza: "Deben seguir recomendaciones del médico, les pide que se laven las manos, que se protegan, que no vayan a sitios donde hay mucho público. También les toman la temperatura. En las oficinas del equipo hacemos lo mismo, que es normal: lavarnos las manos, cuidarnos siempre", relata el directivo.
AS también consultó al BATE Borisov sobre la situación en Bielorrusia y sus propias disposiciones, pero la respuesta no ahondó: "La especulación sobre lo que sucede en nuestro país con el COVID-19 se ha vuelto muy frecuente. Por ello, el club decidió abstenerse por un periodo indefinido de cualquier comentario sobre un tema tan sensible como fútbol durante una pandemia", replicó Sergey Dashkevich, jefe de prensa del multicampeón local.
¿Es tan importante el fútbol en Bielorrusia como para que no se suspenda a pesar de una contingencia sanitaria? Sí y no, realmente, pues la actividad obedece a la sensación de tranquilidad que pretenden mostrar las autoridades del país. El hockey sobre hielo, el deporte favorito de Lukashenko (quien también es presidente del Comité Olímpico local), es el más popular en Bielorrusia, potenciado por la Extraleague (BHL) que registra un promedio de 1,104 asistentes en su temporada 2019/2020, según hockey.sigmagfx.com (la media del aforo de todas las arenas es de 2,000); el club con mejores entradas en su recinto es el Lokomotiv Orsha (3,020 por juego).
El fútbol sigue de cerca al hockey, aunque los seguidores, cuenta Vladimir, están un tanto desencantados con su selección nacional, aunque eso podría cambiar próximamente. "Ha perdido mucha afición porque no podía jugar en el estadio principal de Minsk. Lo hacía en el estadio del BATE Borisov, que queda a 70 kilómetros de Minsk. Para ver un partido de Bielorrusia contra Luxemburgo, no se animaba mucha gente al salir del trabajo, tomar el coche, manejar una hora, ver el partido y volver. Pero ahora ya han regresado a Minsk. Se abrió el estadio del Dynamo, que es para 22,000 personas. Creo que ahora se va a llenar para los siguientes partidos", detalla. Bielorrusia tiene pendiente un encuentro crucial ante Georgia, correspondiente a la Liga D de la Liga de las Naciones de la UEFA, que podría abrirle de par en par las puertas de la Eurocopa que se celebrará, ahora, en 2021. En caso de victoria, 'Las Alas Blancas' disputarían con Kosovo o Macedonia del Norte un boleto para su primera competencia internacional de por vida. Los cotejos, huelga decir, fueron suspendidos por la UEFA debido a la pandemia.
El año pasado el promedio de asistentes del Dynamo Brest era de 8,600 personas. En el último partido hubo solo 813
Bielorrusia está bajo la mirada del mundo. A sabiendas de ello, el Dynamo Brest habilitó una opción para captar a nuevos fanáticos de cualquier parte del mundo. A través del sitio web del equipo, el aficionado podrá comprar un 'boleto virtual' por 67 rublos bielorrusos (equivalente a 628 pesos mexicanos) y, a cambio, recibirá en su correo electrónico su boleto real, el programa oficial del matchday, y un resumen en vídeo del partido, además de un 10% de descuento en la tienda online del club. Además, el staff del Dynamo imprimirá una fotografía del aficionado y la colocará en la parte superior de un maniquí que estará sentado en las gradas del estadio, lo que simbolizará su "presencia virtual" en el mismo. Las ganancias serán destinadas a la lucha de médicos y pacientes contra el virus.