“Apoyaremos al boxeo, para fomentarlo en los barrios, en las escuelas, hacer torneos”. Con esas palabras el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, anunció el pasado 4 de marzo de 2019 durante su habitual conferencia de prensa una inversión especial de 500 millones de pesos para la promoción de tres deportes: béisbol, boxeo y caminata. Para ello, la Oficina de la Presidencia conminó la instauración de tres comisiones, una para cada disciplina, que gestionará los recursos en pro del desarrollo de su respectivo deporte. Encargada del pugilismo estará la Oficina de la Presidencia de la Comisión Nacional de Boxeo (Conabox), dirigida por Miguel Torruco Garza, hijo del secretario de Turismo de la administración AMLO, Miguel Torruco Marqués. De los 500 MDP iniciales, el presidente asignó 75 a Conabox; 75 a la comisión de caminata, encabezada por el único medallista olímpico mexicano en Atlanta ’96, Bernardo Segura, y los restantes 350 a ProBeis, el programa estatal de fomento al béisbol, liderado por Edgar González, expelotero de las Grandes Ligas.

El objetivo de Conabox es generar una estructura competitiva de pugilistas mexicanos y fomentar la práctica del deporte en sus bases amateur como vehículo de bienestar social. Los programas de la Comisión son la instauración de gimnasios equipados, en convenios de colaboración con los gobiernos estatales a través de sus respectivos Institutos del Deporte y Secretarías de Educación Pública. Para ello, la Comisión dispuso de 44 MDP en 2019, más los 43 que recibió el Programa de Atención a Personas con Discapacidad de la Secretaría de Salud, según el Presupuesto de Egresos de la Federación. Los pagos se destinaron a pagar becas económicas para los mejores talentos de cada gimnasio y el apoyo directo a boxeadores profesionales que viajen fuera del país a disputar torneos. Sin embargo, las dudas en torno a la operación de la Comisión permanecen. ¿Cómo gestiona el presupuesto? ¿Cuál es su relación con la Federación Mexicana de Boxeo y la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte?

Miguel Torruco, 32 años, licenciado en mercadotecnia por la Universidad Iberoamericana, se enteró de que sería el encargado de coordinar los esfuerzos para incentivar el boxeo desde el gobierno federal en un vuelo que compartió con el presidente López Obrador. Era enero de 2019. El pugilismo es el segundo deporte que más medallas olímpicas ha aportado para México (13), una por detrás de los clavados. “El boxeo es de los deportes más populares de nuestro país (…) La visión es apoyar a los que están empezando. Cuando ya son campeones del mundo les caen los patrocinios, pero cuando están empezando no tienen ni para los guantes. Si tenemos más de 200 campeones mundiales mexicanos, ¿qué pasaría si desde abajo los apoyamos con entrenamientos gratuitos, rodeados de profesionales, en lugar digno, con buen equipamiento?”, desarrolla Torruco. Añadida al programa social, hay una segunda indicación presidencial: ‘Quiero la medalla de oro’.

El camino es largo. Hasta la fecha de publicación de este reportaje, ningún boxeador mexicano había conseguido su clasificación para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Ricardo Contreras es presidente de la Federación Mexicana de Boxeo desde 1988. Su organismo es uno de los beneficiados por la iniciativa presidencial; Conabox brinda apoyo logístico a los pugilistas y la Federación para facilitar su asistencia a torneos internacionales. Sin embargo, Contreras asegura que la consecución de una presea es resultado de un proceso a largo plazo: “El boxeo no requiere de soluciones mágicas. El trabajo que requiere un boxeador es foguearlo. El primer obstáculo que se tiene es la falta de continuidad. El segundo es que no tenemos infraestructura deportiva en nuestro país. El boxeo, que es el segundo deporte que más medallas olímpicas nos ha dado, no tiene una instalación propia más en el país más que la del Comité Olímpico Mexicano”, analizó.

La colaboración entre Conabox y la Federación Mexicana de Boxeo consiste en el pago de transporte aéreo y terrestre, uniformes, equipamiento, alimentos y viáticos de los representativos que acuden a competencias de ‘fogueo’ fuera del país. “La Conabox se encarga totalmente de todos los gastos con recursos federales”, validó Contreras. Como muestra, un botón. El 9 de septiembre de 2019, un contingente de 25 atletas, seis entrenadores, un médico y un fisiatra viajaron a Bogotá, Colombia, para participar en un campamento de preparación, que concluyó con un cuadrangular en el que se enfrentaron a pugilistas del país anfitrión, Venezuela y Ecuador. El viaje, así como otros realizados entre septiembre y octubre de 2019 a Ecuador, República Dominicana y Perú, corrieron por cuenta de la Comisión. En total, según Torruco, un total de 46 deportistas y 10 integrantes del equipo técnico acudieron a los torneos. La delegación mexicana, de hecho, ganó la Copa Pacífico en Guayaquil, el pasado octubre, con 15 medallas totales. 

El convenio no contempla la entrega de recursos públicos de forma directa a la Federación Mexicana de Boxeo. El apoyo es únicamente en especie. “Nosotros pagamos todo. Nosotros mandamos a un representante de Conabox con ellos, que se encarga de los alimentos, de las medicinas, de los cargos extra. No les damos a ellos (a la Federación) nada”, aseguró Torruco, secundado por Contreras: “A nosotros no nos erogan un solo centavo en efectivo. Conabox asume los gastos necesarios por la participación. La Federación no toca nada. Eso nos garantiza transparencia total por parte de la Federación y que el recurso sea aplicado conforme a las reglas de operación que tiene Conabox".

Sin embargo, Conabox no tiene recursos propios, ya que no es una institución del Estado mexicano. La Comisión no está registrada en el Diario Oficial de la Federación. Su difícil encaje en la estructura orgánica del gobierno embrolla los procesos para ejercer presupuesto público. El mecanismo de financiación se activa a través de convenios de colaboración con los gobiernos estatales. Los recursos provienen del presupuesto erogado a la Secretaría de Educación Pública. De hecho, los 500 millones de pesos que el presidente López Obrador designó para ProBeis, Conabox y Caminata fueron apartados desde el presupuesto total de la SEP, que ascendió a 308 mil millones de pesos en gasto programable en 2019. Conabox pide a la Secretaría la disposición de su parte correspondiente y establece, por su propia cuenta, los convenios con los Estados. “Les decimos a los gobernadores ‘te vamos a dar tres gimnasios, pero con equipamiento’. Necesitamos que nos apoyes, porque es una instrucción presidencial, es una prioridad. El Estado remodela el lugar, los baños, y nosotros hacíamos el traspaso de los recursos al gobierno local”, desarrolla Torruco. El convenio está firmado por la SEP y se envía a la división de finanzas de la Secretaría de Educación Pública estatal que, a su vez, lo turna a la alcaldía o al municipio donde se aplicará el recurso.

No obstante, Conabox no pudo acceder a los 75 millones de pesos prometidos de inicio. La presidencia le redujo 30 MDP de presupuesto para pagar parte de los premios y apoyos de los atletas que participaron en Lima 2019; en total, el gobierno federal destinó 222 MDP en incentivos para los deportistas panamericanos y 157 para los parapanamericanos, dinero obtenido a partir de la SEP y de las gestiones del Servicio de Administración y Enajenación de Bienes y el Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado, encargados de las subastas de patrimonios confiscados por el Estado Mexicano a acusados de delincuencia organizada y corrupción. Los 75 millones se convirtieron en 44.

El 70% de ese presupuesto ($30,901,000) se empleó para el proyecto estrella de Conabox, la instalación de 63 gimnasios de boxeo en 11 estados del país y la Ciudad de México. Cada gimnasio recibe a un mínimo de 30 personas y los ocho mejores prospectos de cada uno son acreedores a una beca de $3,600 mensuales, que iguala uno de los programas sociales más polémicos y publicitados de la administración AMLO, ‘Jóvenes Construyendo el Futuro’. La mayoría de los beneficiarios son niños y adolescentes, aunque los gimnasios están abiertos para todo aquel que desee entrenar boxeo e iniciarse en su práctica. AS confirmó, a través de una solicitud de transparencia con folio 0001100637119, la inversión de 30 MDP de la SEP, con Conabox de intermediario, en 11 estados y la capital de la República. Se trata del programa presupuestario E068, denominado ‘Educación Física de Excelencia’, a cargo de la Unidad de Administración y Finanzas de la SEP, cuyo objetivo es realizar ‘proyectos integrales de alfabetización física de excelencia para el desarrollo de boxeo’.

La maquinaria no echó a andar, eso sí, hasta julio de 2019, debido a un problema burocrático en la distribución del presupuesto desde la Secretaría de Educación Pública. “Es el proceso que tiene que pasar. La burocracia, el papeleo, todo es muy tardado. Es algo que seguimos cargando y tuvimos que resolver, jurídicamente fue difícil”, desveló Torruco, quien, de hecho, debió aportar de su propio bolsillo para garantizar el funcionamiento de la Comisión en los primeros meses: viáticos, medallas e, incluso, la confección de un cinturón de campeonato especial para Andy Ruíz, excampeón de peso pesado.

Torruco no cobra salario por su cargo al frente de Conabox. Por ello, su puesto es ‘titular honorífico’. Su nombre no figura en la nómina transparente de la Secretaría de la Función Pública, plataforma que hace públicos los salarios de todos los trabajadores del gobierno federal. En su oficina cuelga la carta original con la que Esteban Moctezuma, secretario de Educación Pública, nombra a Torruco ‘comisionado de boxeo’, con fundamento en el artículo 38, fracción XXV, de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal. Esta distinción trae dificultades al momento de canalizar los recursos, ya que Torruco, jurídicamente, no es un servidor público. Por ende, no puede controlar el destino del presupuesto. “Solamente sugiero. Comento las ideas que se deben hacer y ellos (SEP) deciden. Cabildeo con gobernadores y alcaldes los espacios disponibles”, explica. Conabox es un intermediario y la SEP gira los fondos a través de la Oficialía Mayor. Los gobiernos estatales reciben el dinero y son quienes tienen que rendir cuentas. Torruco lidera a un grupo de seis personas, quienes sí están registrados en la nómina de la Secretaría de Educación.

El método de financiación para los programas de Conabox podría cambiar a partir de 2020. De entrada, el presupuesto total para las tres comisiones presidenciales sería de 407 millones de pesos y un 15%, en torno a 61 MDP, corresponderán al boxeo. La SEP dejaría de ser la fuente principal y las comisiones se alimentarían en torno a un fideicomiso, que sería encabezado por Édgar González. Las reglas de operación y la naturaleza del fondo (público o privado) están en fase de definición.

30 millones de pesos terminaron en la instalación de los 63 gimnasios; 11 están ubicados en los cuarteles del Ejército a través de un acuerdo de colaboración entre Conabox, la SEP y la Secretaría de la Defensa Nacional. “Se firmó un convenio para activar al Ejército como un semillero de boxeadores. Ahí están disciplinados, alimentados. Los gimnasios ya eran muy viejos. Se necesitaba ese empujón para remodelarlos y motivar a los soldados que tengan talento boxístico”, aseveró Torruco. Los 14 MDP restantes de los 44 que finalmente ejercieron Conabox y la SEP sufragaron los apoyos a los pugilistas de la Federación Mexicana de Box y las becas a los ocho mejores elementos de cada gimnasio público, las promesas militares no tienen subvención.

En total, Conabox ha becado a 408 niños distribuidos en los 52 centros. Para constatar que el monto total de las ayudas económicas coincide con el gasto total de 44 MDP, AS requirió a la SEP, mediante solicitud de transparencia, un desglose de los egresos de Conabox a lo largo de 2019. Sin embargo, la Secretaría respondió que, a pesar de que la Comisión ejerce parte de su presupuesto, ésta no es una unidad responsable de la SEP. Conabox se negó a hacer público el padrón de beneficiarios de las becas, al argumentar protección de datos de menores de edad.

Para 2020, los planes de Conabox incluyen continuar con el mantenimiento de los gimnasios ya establecidos y extender el programa de becas. Es poco probable que la Comisión abra nuevos centros de entrenamiento durante el año. También estará en coordinación con la Conade y la Federación Mexicana de Boxeo para la preparación de los boxeadores olímpicos. Mientras tanto, continúan las negociaciones sobre el método de financiación: o fideicomiso o a través de la SEP. Por ahora, Conabox no puede ejercer el presupuesto 2020; Torruco aún no tiene una fecha para ello. Actualmente, la federación está revisando los gastos en 2019 de Conabox, vía SEP, mediante auditoría. Torruco prometió que los resultados serán públicos.

Entre las dudas sobre su funcionamiento y sus cuentas opacas, Ricardo Contreras tiene fe en que Conabox es el impulso que el pugilismo mexicano requería con urgencia: “Si este programa sigue de aquí a los próximos JJOO, le puedo afirmar que ganamos, al menos, una medalla de oro. Ese programa representa lo que queremos: infraestructura, gimnasios en todo el país, entrenadores capacitados, recursos para foguear a los equipos”. Torruco vislumbra que Conabox convierta a México en “un semillero a nivel mundial, un foco central de boxeo, retomar esa fuerza de potencia en este deporte”. El sexenio recién empieza y los resultados tendrán que llegar.