La final, entre Capitanes y Fuerza Regia, ilustrará la tendencia ascendente de la Liga nacional de baloncesto. 25 millones de aficionados alcanzado, metas claras, sinergia entre equipos y un proyecto femenil en ciernes. La oscuridad ha pasado.
El Gimnasio Juan de la Barrera contiene el aliento. La angustia se corta con el rasgar de la pelota en las redes. Lorenzo Wade está sobre el paredón. Clava la mirada por un segundo en el aro. El ‘sí se puede’, retumbante, le envuelve; el alarido rebota en las paredes e inunda el parqué. Tres segundos y 15 centésimas por jugar. Diferencia de tres puntos, a favor de los Soles de Mexicali. En un respiro, las gradas engullen el grito. Wade alza los brazos; el izquierdo, recto y firme; el derecho dobla ligeramente el codo para soportar el paso de la pelota. El silencio repentino. La pelota retoza sobre el aro. El bramido ahora es de dolor. Wade frunce el ceño, resopla. La mirada sigue encendida, pero el cañón sigue averiado. En su segunda oportunidad, el alero envía un pelotazo al límite entre la argolla y el cristal con la esperanza de que el rebote cayera en una mano amiga. El osado plan falló. Lucas Martínez embolsó la pelota, se dejó abrazar y viajó a la línea desde donde ajustició con dos puntos lapidarios a Capitanes. Los Soles de Mexicali brillan con intensidad en un Gimnasio Juan de la Barrera extrañamente festivo; la afición despide a su equipo al grito furibundo de “¡Capitanes, Capitanes!”, mientras el papel picado empantana la duela y las edecanes persiguen con toallas y condecoraciones a los campeones.
La Liga Nacional de Baloncesto Profesional terminó su 18° temporada con una final atípica: los Soles, campeones en 2006 y 2015, medirían su majestad frente a los novatos Capitanes de la Ciudad de México, fundados en 2016 y activos desde el 1 de mayo de 2017; 344 días después, los ‘principiantes’ capitalinos contendían palmo a palmo con uno de los equipos insignia de la LNBP por el cetro del baloncesto nacional. El vertiginoso ascenso de Capitanes es el más evidente síntoma de una Liga en cabal salud y mejores perspectivas a futuro. Expansión a nuevas plazas, regreso de franquicias históricas, estabilidad económica, apoyo gubernamental, incremento de patrocinios (al 100% en algunos equipos); la transmisión por televisión abierta a nivel nacional en el horizonte, con un alcance total de 25 millones de aficionados. Las sensaciones actuales contrastan notoriamente con su pasado reciente y lejano: una liga infectada por sus conflictos intestinos, la desaparición en masa de equipos de abolengo, adeudos, demandas laborales y jugadores vetados. Con sus flecos por cerrar, la Liga encara su 19° serie final en plena combustión; de nuevo, con los sorprendentes Capitanes a la vanguardia. AS consultó directamente a los personajes sustanciales de la historia, que explican el momentum y la evolución de la LNBP previo a su gran final.
El 14 de agosto de 2015, los Halcones Xalapa, los máximos campeones de la LNBP, con cuatro títulos, y segundo lugar de la Liga de las Américas en 2006, anunciaron que no disputarían la temporada 2015-2016. La deserción cerró una larga trama de adeudos y consiguientes acusaciones ante FIBA; seleccionados nacionales como Orlando Méndez y Pedro ‘Pery’ Meza, entonces militantes de Halcones, acusaron impagos de la institución xalapeña. Un año después, en específico el 10 de julio de 2016, les acompañaron los Halcones Rojos de Veracruz, otro gigante del baloncesto nacional, campeones en 2012 y 2014. La LNBP desafilió a Halcones Rojos mientras que Halcones Xalapa solicitó su baja por no disponer de la solvencia económica para hacer frente a los gastos. “Tenemos que hacer cumplir las normas de nuestro reglamento y los Halcones Rojos y Halcones Xalapa no cumplieron con los requisitos, ni de papelería, ni de pagos a la Liga, no se cumplen con las normas y no se puede participar en la Liga”, explicó entonces Sergio Ganem a la radiodifusora XEU Deportes.
Eran tiempos muy difíciles en los que los dueños de los equipos sufriamos cada temporada para sostener a los equipos; son historias muy bonitas porque fueron para construir lo que hoy están gozando los aficionados de baloncesto
Sergio Ganem, presidente de la LNBP
Tres años después, la Liga se ha estabilizado. “Nos reconvertimos con un rumbo muy definido para ser la mejor liga de América Latina en un lapso de aquí a 2020 y, además, brindar el mejor espectáculo de baloncesto profesional del país a todos los millones de amantes del baloncesto en México”, comparte Ganem a AS. Los impagos forman parte del pasado de la Liga aunque, eso sí, algunos equipos han presentado retrasos, como fue el caso de Abejas de León; según Alonso Izaguirre, comisionado general de la Liga, el club resolvió la situación: “Ahora ningún equipo está en peligro de desaparecer por tener deudas o estar en complicaciones económicas. Creo que ahora los equipos son muy sólidos”. Como comisionado general, un puesto autónomo que supervisa el correcto funcionamiento de la logística, desde el arbitraje hasta el estado de la infraestructura de los pabellones, Izaguirre también vela por los derechos de los jugadores: “Nuestra responsabilidad es asegurar que los jugadores cobren por su trabajo. Y siempre somos mediadores, tratamos de ver las dos posturas y de llegar a una buena solución en las que todos estemos bien. Siempre, como liga, vamos a buscar que los jugadores reciban lo que merecen”.
El vínculo de la Liga con las instancias gubernamentales es patente y mutuo. Todos los pabellones pertenecen a administraciones públicas, ya sean municipales o estatales. Sin embargo, la intervención del ámbito público en la LNBP es una reminiscencia del oscurantismo. Para evitar opacidades e inversiones en riesgo, la Liga estableció un riguroso proceso de evaluación que acredite las capacidades operativas de los socios afiliados a la Liga y futuros candidatos a integrar la sociedad. “Pedimos un respaldo financiero, una de las cosas es contar con la infraestructura y que tenga las condiciones para albergar el espectáculo, y que sean gente de baloncesto, que conozcan la Liga”, describe el comisionado Izaguirre. La prioridad es la Liga es la consolidación de todas las plazas vigentes al momento a partir de proyectos sólidos, pertinaces. Sergio Ganem tiene claro que la concordancia entre gobierno y capitales privados es lo que propulsará la evolución de la Liga, pese a los antecedentes: “Es importante que el apoyo continúe. Para que este deporte crezca definitivamente, tiene que ir de la mano de la iniciativa privada en combinación con las autoridades; ni unos ni otros podemos hacer solos el esfuerzo”. Los estatutos de la LNBP no vislumbran ninguna restricción a la inyección de recursos públicos a los equipos.
El crecimiento de la Liga es patente a partir de la entrada en funciones de la actual administración, liderada por Ganem. Los clubes son autónomos en su administración y sus contrataciones, ninguno enfrenta una precaria situación económica que lo lleve a considerar la extinción; el modelo de negocios, abocado a la calidad del espectáculo per sé, ha encontrado réditos. De hecho, la Liga está definiendo una nueva expansión. 15 equipos (incluidos los 14 vigentes) ya están confirmados para disputar el próximo curso (2019-2020) y la LNBP podría añadir al menos una de las siguientes dos plazas: una en el norte del país, presumiblemente Chihuahua, u otra en el suroeste, con dos candidatos, Mérida o Cancún, con los míticos Pioneros de Quintana Roo (campeones de América en 2012, único mexicano en coronarse a nivel continental), en la lista de espera. El nuevo inquilino de la Liga son los Astros de Jalisco, quienes incursionarán bajo el amparo comercial de Grupo Multimedios. En cuanto la nómina total para la temporada 2019-2020 se confirme, el plan de expansión dará por concluido y la única forma en la que una nueva marca acceda a la Liga será a través de que un particular compre alguna de las franquicias existentes. En 2018, el precio para adquirir una franquicia en venta partía de los 5 millones de pesos, negociaciones posteriores al margen. La LNBP, además, establece a cada equipo una cuota de participación por temporada de $500,000.
El progreso de la LNBP se entiende a partir de un esfuerzo conjunto: marketing, dirección deportiva, patrocinios, seriedad institucional. Ricardo López, director de marketing, desarrolla la táctica integral que ha permitido la potenciación de la LNBP: “Estrategia de 360 grados involucrando a todas las partes como un equipo de trabajo: equipos, afición, medios de comunicación, aliados estratégicos y, sobre todo, jugadores. Ser un espectáculo deportivo familiar, una liga socialmente responsable”. Bajo este concepto, la LNBP activó un programa llamado ‘LNBP contigo’, que consiste en acciones de concienciación social realizadas por los equipos: clínicas, campamentos, visitas a escuelas. El cuidado al detalle tiene como fin garantizar la confianza, tanto del público como de los aliados estratégicos, coincide Izaguirre: “Sabemos que para una marca que quiere estar en un uniforme de un equipo es importante el cómo se porte su imagen. No queremos dar la imagen de una liga violenta en la que se escuchen cosas inapropiadas para los niños y las familias”.
La Liga ostenta tres patrocinadores principales: Molten, marca que aporta los balones oficiales, Fisnova y Lining. “Hay un gran apetito por el baloncesto”, sentencia Ganem. En conjunto con Molten, la LNBP invirtió en una infraestructura audiovisual en cada estadio que Facebook ha utilizado para transmitir todos los partidos desde la temporada 2017-2018. La red social es un socio de gran importancia para la LNBP; las emisiones de los cotejos a través de ella, sumados a los datos televisivos, generaron en 2017-2018 una audiencia aproximada de 25 millones de aficionados. “Es una masificación muy importante de la imagen de la Liga, no solo dentro del país, sino también fuera de las fronteras”, asegura Ganem. Además, la LNBP tiene acceso al software estadístico ‘In Stats’, que nutre a los equipos de reportes especializados de rendimiento de cada jugador.
La imagen que la Liga pretenda dar al exterior también ha permeado al interior. Varios de los actores más importantes del campeonato coinciden en que el proyecto ha mejorado su imagen y, sobre todo, ha garantizado la estabilidad de sus franquicias. “Ahora mismo la Liga ha avanzado en positivo. Era necesario un cambio de imagen, mejoras en cosas importantes, creo que es lo que le da seriedad a la Liga. Desde hace dos-tres años se han hecho cosas nuevas, se ha impulsado a que se conozca más la Liga a nivel internacional y todo esto ha hecho que nuevas franquicias se hayan establecido, franquicias que han mejorado y han dado más nivel”, comparte Iván Deniz, entrenador de los Soles de Mexicali, campeón en 2018. En el mismo tenor se expresa su contraparte en los Capitanes de la Ciudad de México, Ramón Díaz: “Está creciendo en muchísimas áreas. Cada vez hay mayor difusión tanto en redes sociales como en televisión y eso es muy importante de cara a que los patrocinadores privados se acerquen cada vez más a la Liga, que vean que es un posible escaparate para su marca y esto haga que los equipos tengan más presupuesto para firmar mejores jugadores. Hay que seguir con el desarrollo, planificación y estabilidad”.
Los jugadores también perciben el nuevo estado de la LNBP. ‘Pery’ Meza, quien sufrió en carne propia los adeudos y el caos institucional de Halcones Xalapa, tiene una mejor opinión del certamen: “A nivel competitivo, es más fuerte que antes; vienen jugadores con trayectoria, jugadores NBA que la ven como una Liga muy importante, cada año va a mejor. Ojalá que más empresarios y gente de iniciativa privada sigan volteando a ver al baloncesto, que es un espectáculo, eso está súper comprobado con el Juan de la Barrera lleno en los juegos pasados”. Jorge Gutiérrez, el cuarto mexicano en la NBA, icono del baloncesto nacional en la última década, despuntó con Pioneros de Quintana Roo antes de iniciar su periplo por el mundo que lo llevó a la G-League, la NBA, España, Italia y Turquía. En su regreso a la LNBP, de la mano de Capitanes, se ha encontrado con una competición creciente en la que los seguidores cada vez están más inmiscuidos: “Mejora cada año. Los equipos cada vez tienen mejor nivel, eso da más respeto internacionalmente (…) En León y en Mexicali los aficionados han estado muy bien. En Capitanes también, me parece que el apoyo es muy bueno”.
Parte medular del éxito se atribuye a los proyectos sustentables de los equipos. Objetivos claros, inversiones estudiadas, cuidado por el juego y el espectáculo. Los Capitanes de la Ciudad de México son el prototipo. El equipo, fundado en 2017, ha galvanizado a su afición y constituye uno de los corazones activos de la LNBP. Abanderado por Moisés Cosío, productor de cine, coleccionista de arte contemporáneo y máximo accionista del equipo, el club encontró la clave en la búsqueda de una identidad propia: “La conexión con la afición se da a partir de que nuestras pretensiones fueron bastante honestas en el sentido de lo que queremos: apoyar el basquetbol nacional, tener un buen producto para no satisfacer la necesidad de ver buen ‘basket’ fuera del país”, narra el empresario, creyente en que la esencia del equipo trasciende las ideas mercantiles; Capitanes es más que solvencia económica: “Los jugadores son parte fundamental de este proceso, se pusieron la camiseta y hemos logrado una bonita familia que no quiere hacer de esto el negocio del año ni mucho menos. Queremos es hacer algo a muy largo plazo y que pueda permear a todo el país para futuras generaciones de basquetbolistas y poner el nombre de la ciudad en alto”.
Los recursos que impulsan a Capitanes son privados. El equipo ha podido sobrevivir con un apoyo gubernamental mínimo, acotado al interés de la alcadía Benito Juárez en facilitar las instalaciones del Gimnasio Juan de la Barrera y de otras canchas exteriores que Capitanes utiliza para su academia de fuerzas básicas. El nexo político, en el caso de Capitanes, es de estricta colaboración y cohesión de voluntades en favor de la comunidad: “Conocemos las políticas de austeridad del presidente y de la ciudad. Por eso no nos hemos acercado pidiendo nada, pero sí para hacer cosas en conjunto, sobre todo con las escuelas primarias”. La intención es no replicar el modus operandi que engrosó la extensa lista de defunciones de la LNBP (al menos, 56 equipos desde 2000): “Sabíamos que esto era un proceso que tomaría cierto tiempo en crear un arraigo en la gente. Que creyeran que no éramos nadie más queriendo bajar dinero del gobierno, entrar en la Liga, sorprender a la gente y desaparecer”. Ramón Díaz refrenda apasionadamente el alma de Capitanes: “Moisés me habló de crear una identidad con la afición, con la ciudad, de llevar el baloncesto a cada rincón de la Ciudad de México; ayudar a la juventud y a los niños para que, acercándose al baloncesto, puedan tener una vida mejor. Cuando una persona te habla de estos valores es imposible decir que no. Voy a muerte con él; voy a muerte con Capitanes”. Sergio Ganem la considera como una de las mejores decisiones que ha tomado la LNBP: "No me canso de dar gracias a Dios por abrir la puerta para que Ciudad de México volviera a tener a un equipo como Capitanes".
"Crear una identidad con la afición, con la ciudad, de llevar el baloncesto a cada rincón de la Ciudad de México; ayudar a la juventud y a los niños para que, acercándose al baloncesto, puedan tener una vida mejor
Ramón Díaz, coach de Capitanes de la CDMX
Los Soles de Mexicali fueron el némesis de Capitanes en 2018; los destructores del sueño. El equipo, no obstante, también es un protagonista de primera línea de la LNBP. Al contrario de Capitanes, es un histórico de la liga y una de sus más clásicos representantes a nivel internacional. Pese a ello, Soles estuvo cerca de pedir su baja de la Liga por falta de recursos. Incluso, los socios consideraron cerrar la franquicia. Sin embargo, varios empresarios locales formaron un nuevo consejo de administración que compró la mayor parte de las acciones de club, lo que llevó a su recapitalización. La maniobra obtuvo resultados con el tercer campeonato en la historia de la institución, en 2018. La fórmula es similar a la empleada por Capitanes: nexo identitario con la ciudad y los aficionados, la instauración de una familia con objetivos definidos: “Aquí siempre nos hemos considerado una familia y trabajamos de igual forma, tenemos lazos muy cercanos con los jugadores, con los directivos y con los fans. No buscamos simplemente al mejor jugador; a parte del mejor jugador queremos traer a la mejor persona. Esa es la clave, el valor principal de la organización se llama familia”, arguye Mario Flores, gerente general de Soles.
Los Soles aún no han llegado a la solvencia económica del 100%, sin embargo han logrado conjurar la crisis, en parte, gracias al apoyo de la Liga, que impulsa el arribo de patrocinadores y delega los derechos de transmisión televisiva local a los propios clubes. “Las marcas apenas están volteando a ver a la Liga, entonces todos los patrocinadores están cerca de concretar con varios clubes de la LNBP. Esto nos permitirá llegar a puntos de equilibrio y empezar a tener rendimientos favorables para las instituciones. Soles de Mexicali es un proyecto de ciudad”. El equipo ha crecido al 100% su captación de patrocinios desde el rescate, lo cual ha permitido desarrollar un proyecto simbiótico en ambas líneas: deportiva y comercial. En la actualidad, la operación de un equipo de la LNBP a lo largo de una temporada, incluidos todos los gastos, desde la nómina administrativa hasta la utilería, oscila entre los 20 y 30 millones de pesos, dependiendo de los presupuestos y alcances de cada club. Para su restauración, los Soles apenas recibieron apoyo estatal, que se circunscribe a acelerar los trámites de renta del Auditorio PSG, a través del Consejo del Instituto del Deporte de Baja California. El gobierno del Estado no tiene mayor injerencia, según Flores. La gran mayoría del resto de equipos sí se mantienen con ingresos estatales.
La comunicación de la LNBP con los equipos es otra de las fortalezas de la estructura. El desarrollo es sostenido y los objetivos coinciden. Según Moisés Cosío, las condiciones para que la Liga explore su potencial están cumpliéndose: “Hay muchas cosas que se pueden mejorar, eso queda muy claro; sin embargo siento que el mejoramiento que se ha dado en los últimos años es inaudito, es increíble, todo está muy cerca de realmente explotar. La comunicación con la Liga es bastante buena; claro, habrá cosas en las que no estemos de acuerdo, pero lo que sí hay es una comunicación abierta y constante”, declama la mente detrás de Capitanes, quien ilustra la suficiencia del sistema con las gestiones entre el equipo, Abejas y la LNBP para evitar que los partidos de los capitalinos en la Liga de las Américas se empalmaran con los de la competición local.
La LNBP tiene ciertos mecanismos distintivos. Pese a fungir, al mismo tiempo, como presidente de Fuerza Regia, Sergio Ganem ostenta la dirigencia de la Liga gracias a los estatutos: el presidente de la LNBP debe ser un dueño de un equipo. Para garantizar la neutralidad del organismo, Ganem creó la figura del comisionado general, residente en Izaguirre, que se encarga de dirimir controversias entre asociados, resolver conflictos estrictamente deportivos, remitir reportes a la Comisión Disciplinaria y coordinar aspectos operativos y logísticos; esto delega en el presidente las funciones comerciales y de política deportiva. Además, tanto el comisionado general como la Comisión Disciplinaria actúan con plena autonomía. La estructura está blindada.
No obstante, la LNBP aún tiene retos por delante. La sombra de los adeudos, desapariciones de equipos y la dependencia gubernamental permanece. También el aspecto deportivo tiene asignaturas pendientes. Para Iván Deniz, la gestión del arbitraje, correspondiente al comisionado, debe apuntalarse: “Se puede mejorar en todo. Creo que en el arbitraje la Liga se ha puesto a un nivel muy alto y el arbitraje se tiene que poner a ese nivel. Y algunos detallitos, como la infraestructura de algunos clubes; es cierto que algunos clubes no tienen las posibilidades de tener una infraestructura propia”. El enfoque formativo también es un tema a debate. Ganem defiende que la vocación de la LNBP es la masificación del basquetbol y que la detección y desarrollo de talento corresponden a la Amedeba (Asociación Deportiva Mexicana de Básquetbol) y la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte. Ramón Díaz refuta la idea: “Tiene que haber un convenio o un trabajo conjunto con Amedeba o estipular ciertas normas. Tenemos que alinearnos todos en un mismo camino y mirar por el futuro del baloncesto mexicano".
Las transmisiones por televisión abierta nacional son un aspecto en revisión. “Estamos trabajando en ello, estamos bastante avanzados”, compartió Ganem, sin revelar la televisora que será acreedora de los derechos. Cada equipo es titular de sus derechos de transmisiones locales y la LNBP ostenta los derechos a nivel nacional. Cadenas como TVC Deportes, AYM Sports (también a través de iTV Deportes, plataforma de streaming de AYM) e incluso Univisión TDN emiten los encuentros para todo el país a través de distintos soportes. La transmisión por señal abierta abriría un nuevo horizonte para la LNBP: “Nos daría un impulso que se traducirá en los recursos para generar el espectáculo que tanto buscamos. Cuando hable de la LNBP, que se hable de un show de primer mundo fuera del país; es el paso para tener una Liga de mayor magnitud”, desea Flores.
Dos proyectos están en el horizonte para sumar a la expansión de la LNBP. Primero, la Liga Femenil, cuyo lanzamiento está calendarizado para la temporada 2019-2020, aunque no será paralelo a la competencia varonil; cuando termine una, empezará la otra, lo que garantizará baloncesto profesional todo el año. La visión es que los mismos equipos que integran la LNBP tengan su división femenil. Sin embargo, la iniciativa podría encontrar obstáculos en algunos frentes por cuestiones logísticas y económicas. Tal es el caso de Soles de Mexicali: “No descartamos el participar, pero para nosotros es un poco más complejo, debido a la distancia y los costos operativos de los traslados, que se incrementarían en 30%. Pero es importante revisar todos los factores y variables”, expuso Mario Flores. Capitanes también está en proceso de evaluación de su proyecto femenil, pues la inversión sería difícil de sobrellevar para un equipo de reciente creación: “Tampoco tenemos algo definitivo, lo estamos pensando. Han sido dos temporadas complicadas, acabamos de llegar. No hemos podido sentarnos a definir. Queremos unir fuerzas en lugar de hacer dos esfuerzos separados con equipos profesionales femeniles en la Ciudad de México, y marcas patrocinadoras; dar cada quien lo que tenemos para que esto funcione”.
Mientras Capitanes y Soles de Mexicali tienen sus reservas iniciales y ven precipitado lanzar a sus divisiones femeniles para la temporada entrante, la LNBP está decidida a encaminar el proyecto en cuanto antes con los equipos que estén disponibles. “Queremos lanzarlo con los mismos estándares de la Liga varonil. Es justo lo que ellas se merecen, que realmente profesional. Es algo en lo que los equipos se tienen que poner de acuerdo, porque tendrán que votar. Si van a favor, tendrán que comprometerse a participar con los mismos reglamentos de la LNBP. Tiene que ser un proyecto formal y serio, no queremos que se quede como liga piloto”, aseguró el comisionado Izaguirre. La propuesta de la Liga femenil se pondrá a discusión durante el próximo congreso nacional. “No lo veo apresurado. Si los presidentes votan porque se haga, lo haremos porque sabemos el cómo. No vamos a improvisar algo”. La Liga Femenil comenzaría con los afiliados que la aprueben y los restantes podrán unirse cuando lo consideren pertinente.
Además, la LNBP ha trabajado en establecer una sinergia con la NBA y otras ligas internacionales. En estos momentos, la Liga está cocinando un anteproyecto de colaboración mutua junto con sus símiles en Brasil y Argentina. Además, la cercanía con NBA México se ha estrechado. En agenda está la posibilidad latente de llevar un partido oficial del máximo escenario del baloncesto a Monterrey, un secreto a voces que toma forma día a día. La situación es diametralmente opuesta a la de hace cinco años: "Si me dicen que íbamos a tener algo como lo que hoy tenemos era impensable. Cuando son las reuniones, entendemos que de la mano haremos esto un producto de mucha mayor calidad, hay hermandad y discrepancias, como en toda familia", reflexionó Ganem. Todos los esfuerzos apuntan en la misma dirección, la visión que comparten Sergio Ganem, Moisés Cosío, Mario Flores, Ramón Díaz, Iván Denis, Alonso Izaguirre, Ricardo López, cuando ven la pelota caer en las redes y mientras el Gimnasio Juan de la Barrera contiene el aliento: convertir a la LNBP en la mejor liga de América Latina y dejar atrás la era del oscurantismo del baloncesto mexicano.
En 5 años va a ser una liga muy diferente, el espectáculo que vamos a estar brindadno será de un gran nivel
Alonso Izaguirre, comisionado de la LNBP