Mundial

DESÉRTICO

Los pasillos del IBC están desolados, al menos este jueves que no había partidos y mucha gente se quedó a descansar en sus hoteles. Ya casi se completa el mes de torneo y, para los que venimos siguiendo a nuestra selección desde la gira previa, el calendario ya casi llega a los 40 días fuera de casa. El Mundial manda a los derrotados a casa, pero deja a los finalistas y a los periodistas unos días más, cuando el resto del mundo va perdiendo interés, algunos anunciantes se bajan y la información disminuye. Yo, como quiera, me traje la oficina a Moscú y ya comencé con juntas, pagos, reportes, calendarización y planeación de lo que se viene. Pero otros la tienen más difícil; la banda de Fox, por ejemplo, me cuenta que ya casi no les piden nada, pero como era muy caro cambiarles el regreso a México, casi, casi los dejaron de vacaciones pagadas en Rusia. De Televisa sí pudieron adelantar regresos, igual que Azteca, pero la gran mayoría tiene el dilema de sacar los espacios patrocinados con muy poco material, pues aunque para muchos de nosotros la historia de Croacia vale mucho la pena, lo cierto es que a la mayoría de la audiencia les vale una cuadriculada sombrilla.

TARDE DE MUSEO

Con un poco de tiempo en la agenda, tocó ir al Museo Pushkin de Bellas Artes, un complejo que presume alrededor de 700 mil obras de diferentes épocas que abarcan desde el antiguo Egipto y Grecia hasta principios del siglo XXI. Además, acoge pinturas del siglo XIX y XX de artistas como Monet, Rembrandt, Botticelli, Renoir, Picasso, Van Gogh y Matisse.

El conjunto de arte francés es uno de sus máximos orgullos, pues se dice que es una de las más distinguidas colecciones de uno de los países que justamente llegaron a la final de su Mundial, Francia.

Formado por cuatro edificios, muy cerca de Plaza Roja, el Pushkin se inauguró en 1912 bajo el nombre Museo de Bellas Artes del Emperador Alejandro III, pero en 1937 el gobierno comunista le cambió el nombre para hacer honor al poeta ruso Alexander Pushkin.

¡MALDICIÓN!

Seguro ya escucharon hablar sobre la "maldición de Mick Jagger", que afirma que cada que el afamado cantante de los Rolling Stones se para en un estadio mundialista para ver a su selección (u otras con las que simpatiza), Inglaterra pierde. Ya le pasó en 1998, 2006, 2010 (cuando, además de ver a 'Los Tres Leones', acompañó a Bill Clinton a apoyar a Estados Unidos y también perdieron), 2014 (que se le ocurrió apoyar a Brasil, ¡ante Alemania!) y en este 2018, que llegó al Luzhniki para ver a su selección avanzar a su primera final desde 1966, pero los saló.

En fin, se me ocurre invitarlo siempre que juegue el Tri, ¡pero darle la camiseta del rival y pum! Ok, no es para tanto, era broma.

DE SALIDA

Las historias de la Copa son muchas y muy ricas. La de este jueves (desde el miércoles para ustedes) fue la de Yuri Cortez, fotógrafo salvadoreño de la agencia AFP, que como ya sabrán a estas alturas, fue arrollado por los jugadores croatas durante el festejo del gol de Mario Mandzukic. Hablando con él ayer, me comentó que casi no durmió, que le llamaron de todas partes, tuvo que tomar un vuelo de madrugada y cuando reaccionó se vio observando por enésima vez las fotos que tomó cuando era aplastado por la euforia croata. ¡Que maravilla!