Bitácora, día 26: "No me quiero ir, señor Mundial"

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Bitácora, día 26: "No me quiero ir, señor Mundial"

MUNDIAL 2018

Bitácora, día 26: "No me quiero ir, señor Mundial"

Las reflexiones después de la eliminación mexicana, una más, de la Copa del Mundo. La misma historia de cada cuatro años.

Bitácora: día 26

Pues ni hablar, nos fuimos; bueno, se fue esa camiseta que tanto amamos, la verde, pero no nosotros, que aquí seguiremos llevándoles los detalles de la Copa Mundial hasta México y Estados Unidos. Sin embargo, horas después del término del juego, muchas preguntas sigan dando vueltas en mi cabeza y aquí te las comparto, con algunas respuestas que te pueden servir para tragar esta comida que nos dan cada cuatro años y que, tras cada Copa, nos sabe más amarga:

1. ¿Que se le jugó de tú a tú a Brasil? Cierto; no se le creó peligro a Alisson, también es verdad.

2. ¿Que 'Memo' Ochoa es uno de los mejores porteros del mundo? Es una confirmación y por todos lados nos lo repiten; que tiene una defensa floja que no evita que le disparen siete a nueve ocasiones por partido, también es verdad.

3. ¿Que tuvimos un técnico trabajador, dedicado, buena persona y que sabe mucho de este deporte? Es muy cierto; que les dije que no era el 'Mesías', que no es un genio, que no es el mejor entrenador que pudo haber tenido este grupo de jugadores sobrados de ego, también es verdad, aunque aún por ahí sigan (muy pocos) sin abrir los ojos.

4. ¿Que el 'Chucky' es un extraordinario jugador? Es algo obvio; que en frente Brasil tenía a tres de mayor capacidad individual y colectiva que Lozano, ni hablar, es la maldita verdad.

5. ¿Que los tuvimos empatados hasta los 51 minutos? Pues sí, así fue, igual de cierto que hasta los 88 estábamos aún en el partido, a un gol del empate y los tiempos extra. Pero también es verdad que en todos esos minutos solamente disparamos una vez a la puerta del arquero brasileño. Así de contundente es la realidad. Y una más…

¿Que duele mucho verlos eliminados de nuevo y que uno busca culpables por todos lados? Eso también se nos da; culpar al árbitro italiano (Gianluca Rocchi), que ciertamente fue duro con los nuestros, no nos servirá de nada. Tampoco pedir cabezas ni buscar mañana iniciar de cero. Lo que hay que hacer es comenzar un nuevo proceso, con lo mejor que dejó esta generación desgastada de promesas; meter en esa nueva casa a los mejores chamacos de menos de 23 años y trabajar con el mejor técnico que nuestro presupuesto permita. Porque una cosa es también muy cierta: para vencer a estas potencias hay que estar a su nivel, no luchar como bestias, como héroes, como el débil buscando la histórica proeza, sino como el fuerte que sale favorito y con armas, argumentos, talento y… GOL. Porque sin goles, no hay paraíso.

Hay que trabajar con las fuerzas básicas, pero no sólo con entrenadores que no sirvieron en Primera, sino pagarle bien a los mejores para que arrojen mejores resultados. Hay que buscar apoyos para que los clubes suelten a sus mejores talentos y los puedan colocar en Europa, pero también hacerle entender a los que ganan bien y no quieren salir, que así difícilmente les alcanzará para representarnos en un Mundial. Hay que dejar de ponderar el negocio y la comercialización basada en el cariño que le tiene la gente al Tri en México y Estados Unidos y competir en cada oportunidad que tengamos, ante mejores rivales y en mejores escenarios, siempre pensando en este juego del Mundial que no se ha podido superar haciendo siempre lo mismo.

Por último, y es que ya me quiero ir a ver a Bélgica y sacarme de la cabeza a mi amada selección, que de nuevo me deja la misma tristeza, por séptimo Mundial al hilo: les pido que no maten a los medios. Las grandes selecciones tienen férreos críticos, los mejores jugadores del mundo tienen desalmados jueces y aún así se sobreponen, regresan, reaccionan y conquistan nuevos territorios. Nosotros, que los defendemos como si fueran nuestros familiares, lo único que demostramos es que los consideramos unos seres inferiores que necesitan de nuestros brazos protectores para que nadie les haga daño. No digo que esos periodistas o comunicadores, o algunos verdaderos payasos de los medio, tengan la razón. Digo que, para que sucedan cosas chingonas, no basta con pensarlas, pero que ése fue un gran primer paso y ahora habrá que trabajar sobre esas huellas imaginarias, sin distracción, sin respiro y, sobre todo, sin llorar y enfrentar a sus críticos. Se les dijo que esto pasaría y no por ello me deja de doler.

A seguir con la bitácora, a levantar la cara; a seguir buscando que con la nueva Federación lleguen nuevos y mejores resultados. Y a dudar de ello.

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