Mundial

A JUGÁRSELA POR EL TRI

A Samara llegamos a las 4:30 de la mañana, mientras el sol mostraba sus primeros rayos. Le tocaba pagar el taxi a JC Zúñiga y prefirió uno de los que tomas fuera del aeropuerto; de hecho caminamos unos 100 metros hasta una terracería y ahí nuestro chofer, por cierto muy parecido a Anthony Hopkins, nos ayudó a subir las maletas. ¿Qué puede pasar, pensé, con este hombre maduro y de buena pinta? Pues que al salir del terreno arenoso, adquirió una nueva personalidad y se convirtió en piloto de fórmula uno, en Vitali Petrov, por recordar a uno de los dos rusos que han participado en el máximo circuito mundial. En fin, después de hacer el paso de la muerte en unas tres ocasiones, a más de 140 kilómetros por hora, y bajar la velocidad justo para pasar frente a las cámaras de fotomultas o de una patrulla carretera, nos llevó con bien a nuestro cuartel momentáneo. Ahí pensé, definitivamente venimos con suerte a ver al Tri este lunes.

Y EN LA COMIDA, MI MÉXICO

Después de pasar por un mini museo del espacio, que recorrimos en exactamente 20 minutos (y nos tardamos), caminamos por el fantástico malecón a las orillas del Río Volga, que los habitantes disfrutan cuando tienen este clima (más o menos 33 grados a las 2pm). Ahí, muy cerca de la Estela Ladiá, una impresionante barca blanca, inaugurada en 1986 para celebrar los 400 años de la ciudad, nos metimos a comer a un restaurante flotante.

Ya dentro moría de hambre y pedí un dorado a las brasas, unos camarones para pelar y una chela. Pero antes que la comida llegara me entra la nostalgia, no porque nadie nos entendía a César Huerta y a mí (no entendían una palabra que no fuera en ruso); no porque en México se coma mejor que aquí; ni por extrañar los tacos o el picante ni la música de mariachi o banda (que pondré horas antes del juego ante Brasil, como de costumbre); y aunque claro que extraño a mis chamacos y a la dueña de mis quincenas (que ya están acostumbrados a que me desaparezca frecuentemente ); lo que me convirtió en pariente del 'Jamaicón' Villegas, por unos minutos, es pensar que me hubiera encantado estar en mi Tlalpan adorado, para poder votar y participar en la jornada ciudadana que, espero, mejore al menos un poco las cosas en mi tierra. Es tan difícil después de seis años de abusos, incapacidad, brutal deshonestidad y violencia. ¿El fútbol? Ése hoy no me importa tanto, pero para eso vine hasta acá. Así que mucha suerte, México; aquí y allá.

MÉXICO SERÁ OFENSIVO

Durante la conferencia de prensa en la Samara Arena, Juan Carlos Osorio, quien por cierto fue rodeado por decenas de periodistas brasileños que se quedaron con buenos recuerdos de cuando dirigió al Sao Paulo (de hecho, uno de ellos le pidió que regresara), aseguró que México intentará primero hacerle daño a Brasil: “En nuestra idea de juego está causarle al rival problemas defensivos. Vamos a poner un equipo en cancha con, al menos, cinco jugadores ofensivos”.

¿Tú, qué piensas? ¿Le convendrá plantear ese tipo de juego ante uno de los seleccionados que mejor despliegue ofensivo tiene? ¿Dejarles espacios para la contra será lo más indicado? Yo creo que podría funcionar, siempre y cuando la media cancha verde haga un mejor partido, incluso que contra Alemania, pues lo que hacen Casemiro, Paulinho y, sobre todo, Coutinho, es la clave del buen funcionamiento ofensivo de la 'Canarinha'.

DE SALIDA

Lo que les adelantamos aquí sobre la selección que dirige Osorio, muuuuy apoyado por Rafa Márquez, quien influyó en las tres primeras alineaciones mexicanas en Rusia, ya anda por otras partes. Lamento que en estos tiempos sigamos sin darle crédito a los medios que nos ganaron una, dos o 20. México debe mejorar en todos aspectos, no solamente en un campo de fútbol.