Mundial

PARA MI SANTO

El viernes fue bastante movido, cansado e incluso algo triste para este su humilde enviado especial, cada día más común. Muy temprano salí con todo el equipo de cobertura a San Petersburgo para llevarles, por W Radio, los detalles del primer y sufrido triunfo de Brasil en esta Copa rusa; luego, tres horas de camino de regreso a Moscú para hacer el programa de las 11 de la noche (tres de la tarde en México), ir a dormir unas horas y, por la mañana, tomar otro avión rumbo a Rostov para llevarles a todos ustedes el siguiente triunfo de México en el Mundial… bueno, al menos esa es la idea.

Fue movido por los traslados, fue cansado por las pocas horas de sueño y fue triste porque, para variar, me tocó estar fuera de casa justo en el octavo cumpleaños de mi compañero (casi) inseparable, súper Santo, el enmascarado de papá. Igual que para su nacimiento, que se dio a media hora de que México enfrentara a Uruguay (0-1), en Rustemburgo, Sudáfrica; igual que hace cuatro años, día en el que Estados Unidos empató 2-2 con Portugal y lo eliminó del Mundial de Brasil 2014; lo mismo que el año pasado, cuando vine a Rusia a cubrir la Copa Confederaciones, justo a un par de días del tercer juego de la fase de grupos, ante Rusia. Sé que antes de venir al Mundial ya le hablamos festejado y que, a estas alturas, él domina que su padre debe trabajar durante estas temporadas. Pero no es sencillo de superar; menos después de haber decidido terriblemente mal, no haber estado presente en su nacimiento, cosa que no se debe hacer casi por ningún trabajo y menos por uno en el que, por intentar hacerlo bien, comúnmente te tunden con todo. Ya, pues, no nos pongamos sentimentales. Feliz cumpleaños, chaparro increíble. Ya falta menos.

LECCIONES DE VIDA

Bueno, también tengo que aceptar que el día me tocó profundamente el alma tras leer la nota de El Clarín, sobre Gilberto, el fan mexicano que vino a Rusia con las Fan Id de sus dos hijos y su esposa argentina, quienes fallecieron hace un par de meses en un accidente vial en Estados Unidos. Gilberto, por recomendación de su psicóloga, vino “a cerrar el único tema pendiente con una familia hermosa”, según comentó.

“El partido de México fue terrible. Día del Padre. Era muy difícil. Era el momento de llegar, de vivirlo, de pensar en ellos. Hubo momentos muy fuertes, el momento del gol, el himno, cuando termina el partido. Drené mucho y saqué mucho”, confesó al diario argentino, mientras yo apenas controlaba las lágrimas, pues, enfocado en ser responsables y cumplir con tus obligaciones, a veces te pierdes de momentos muy importantes que no van a regresar. En fin, si Osorio se tardó tres años en preparar un partido, yo también puedo seguir aprendiendo a mis 50 (casi 51, preparen sus regalos).

DÉJENLOS DESCANSAR

Ya, listo, prometo no seguir escribiendo como si fuera hijo del 'Jamaicón' Villegas y viviera mi primera cobertura internacional. La culpa la tiene el cansancio, ese desgaste tan profundo que hizo que el admirado Paco Fernández, productor de la aventura radial de Cadena W, se quedara profundamente dormido en un pequeño banco de la cabina de transmisiones del IBC, sin respaldo, mientras todos charlábamos y reíamos frente a él, sin que se inmutara. En días así se entiende más el mensaje del capitán del Tri, Rafa Márquez, quien ayer se acercó a un grupo de seguidores para pedirles amablemente que pararan la serenata de apoyo y los dejaran descansar; para ellos es indispensable reponer energías antes del juego de este sábado ante Corea del Sur.

El Tri suele sacar adelante, sin tropiezos, los segundos juegos de los Mundiales; ya sea ante Irlanda, en Estados Unidos; regresando ante Bélgica, en Francia; ante Ecuador, en Corea-Japón o en Sudáfrica, superando a Francia. De hecho, no pierden en esa instancia desde el 0-6 ante Alemania Federal, en Argentina 1978. Ojalá sea un sábado que extienda la alegría mundialista en México. Aunque vale la pena recordar que, a pesar de una segunda victoria, México no estaría clasificado a la segunda ronda, a menos que Alemania no logre vencer a Suecia. Cosa poco probable.

DE SALIDA

Fue muy feo ver a los hermanos peruanos llorar la derrota ante Francia, pues se sabían eliminados del Mundial. Lo mismo me pasó con los ticos, la gran sorpresa de hace cuatro años en Brasil y que, tras la derrota, en tiempo de compensación, ante Brasil, ya están preparando las maletas para tomar vacaciones antes del siguiente año futbolero. Voy a extrañar las grandes atajadas de Keylor Navas, uno de los mejores guardametas del evento mundialista, pero es difícil trascender jugando con 10 elementos defendiendo su meta; dejaron de ser ese seleccionado que proponía los partidos ante Inglaterra, Uruguay o la mismísima Italia, para convertirse en la versión latina de Islandia o Irán.