Bitácora, día 11: La generación H

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Bitácora, día 11: La generación H

MUNDIAL 2018

Bitácora, día 11: La generación H

“Tuvimos huevos, yo creo que esa es la realidad. Hoy tuvimos un par muy bien puestos, muy grandes, los pusimos a disposición todos, corrimos por el que teníamos a un lado, luchamos por el que teníamos al lado y al final logramos eso”, Miguel Layún.

Bitácora: día 11

¿DISCULPAS? PUES VENGA

Al grano, por ahí leo que ahora tenemos que disculparnos por haberlo criticado y tragar palabras y no sé cuántas cosas. Yo no tengo ningún empacho, absolutamente ningún problema en felicitar a Juan Carlos Osorio; es claro que valieron la pena meses de tropiezos, locuras y experimentos fallidos para llegar a esta fecha, a este domingo 17 mágico en el que el Tri parece conectarse con sus fantasmas del pasado y superarlos, en el que se ha derrotado 2-0 a Francia, se ha empatado sin goles ante Brasil y se pudo vencer, por primera vez en su larga historia mundialista a Alemania. Más incluso que felicitarlo, le aplaudo de pie por el planteamiento de la primera mitad, que fue sencillamente sublime (ya de la segunda luego hablamos).

Y hablando del colombiano, fue tal la intensidad de su festejo, tras el gol de Hirving Lozano, que tuvo que meterse a resoplar en la banca azteca, para que pulsaciones, respiración, presión y hasta el azúcar, le regresaran a sus niveles. Dios, podrá equivocarse o no, no es momento de ponernos a discutirlo, pero de que debe soportar una enorme presión, me quedó más claro que nunca.

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Y A USTEDES, VELA Y MEMO

¿Y saben por qué no tengo problema en aplaudirle al colombiano? Porque la crítica se hace cuando las cosas están mal, para nada cuando están bien, eso ya sería amargura o inestabilidad mental y esa se la dejo a otros. Yo, como ya se lo hice saber a integrantes del equipo, quedé extasiado con esa primera parte casi perfecta; confirme lo que venía comentando en las transmisiones de toda la eliminatoria y amistosos, Carlos Vela es nuestro nuevo 10 y no debemos volverlo a desperdiciar pegado a la linea de banda; disfruté (por enésima vez) a Memo, no qué Memo, a Guillermo Ochoa, al mismo que he admirado desde que debutó con América y que ha recibido tres goles en cinco juegos de Copa del Mundo; dos de Holanda (y uno no era penal) y uno de Croacia. Para mí, con todo y el gol del Chucky Lozano, él es el verdadero Hombre del Partido. Ya pasaron muchas horas desde que terminó el juego en el Luzhnikí y aún sigo teniendo en la cabeza la atajada monumental que hizo al disparo de Toni Kroos. Gracias, Memo, a ti también muchas gracias.

Otro que me encanta es Héctor Miguel Herrera. Es un portento de jugador; lo que corre, cómo recupera, el terreno recorre con el balón al pie y la cabeza levantada para lanzar un largo servicio al espacio. Verlo jugar (y más con la verde) es un deleite. Gracias, de nuevo.

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Y DE VUELTA A LOS HUEVOS

En fin, este domingo confirmé que amo como un enfermo este deporte, que me ha hecho perderme el nacimiento de un hijo pequeño (y muchos de sus cumpleaños), abrazos de Día del Padre, el calor del hogar y hasta la seguridad que me brinda mi querida redacción en México. Y todo por seguir a 23 personajes que no conozco, que en muchos casos no me quieren (y los entiendo, a nadie le gusta que lo critiquen), pero que me provocan pequeños grandes momentos de felicidad, que me encanta compartir con ustedes y que me resultan adictivos.

Confirmé que en las buenas, en las malas y hasta en las históricas, mi comentario no se ve afectado por el grito de gol que me sale del corazón en un instante; que mi trabajo lo dedico a la gente para que algún día, como me pasó en el Mundial Sub 17 de Perú o en los Juegos Olímpicos de Londres, pueda llorar en silencio, por mi lado, por verlos crecer.

Ayer el Tri brindó el mejor primer tiempo que le he visto, en el estadio o por televisión, desde que tengo uso de razón (y miren que en ese tiempo incluso se le llegó a dar toque a Italia en 2002, por recordar alguno). Y es que, a diferencia de otros grandes momentos de los verdes en las Copas, éste sí terminó en victoria; en éste no falló García Aspe el penal, ni Lara la marca, ni Márquez las coberturas, ni el árbitro con un penal. Aquí se fallaron al menos dos contragolpes que debieron lastrar más a los germanos, pero no se falló en lo más importante: la mentada cabeza, la mentalidad, la actitud… los huevos que resalta Miguel.

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DOS PEROS Y ADELANTE

Leo que resaltan la segunda mitad por la perfección del acomodo defensivo; yo creo que nos complicamos de más y aún dejándonos ofender por todos los alemanes, a tal grado que hasta Neuer se subió al ataque. Al final esa actitud IMPRESIONANTE (como diría Zague) e incansable, fue la que los sacó adelante este domingo. Les salió, qué bueno. Ojalá que no volvamos a arriesgar de esa forma; para qué tentar a la suerte, aunque digan que no existe.

El otro “pero” es que me comentaron por ahí que hay una televisora que les está pagando una lanilla extra a ciertos jugadores para que les den entrevistas exclusivas, y por lo mismo, hay más futbolistas que ya quieren cobrar también incluso a las televisoras con derechos. Seamos derechos, señores, lo que pagan Azteca y Televisa a la FIFA es un dineral y habría que conformarse con lo que la promoción de su actividad les genera en ganancias y con los premios que recibirá, que de alguna manera también llegan del mismo lugar. Tengamos llenadera, señores.

DE SALIDA

Este lunes hay que ver a Corea del Sur, para seguir confirmando cosas. Hay que verlos jugar, por favor. Paremos el festejo, a menos que solamente pretendamos quedarnos en un buen arranque, como casi siempre.

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