El día empezó con la victoria in-extremis de Uruguay sobre Egipto, prosiguió con una visita a las afueras del Bolshoi y terminó con el hat-trick de Cristiano.
YO CASI LAVO Y CASI EMPATA EGIPTO
El día arrancó revisando la lavadora para meter un día de estos la ropa que ya se me está acumulando a estas alturas. Pero después me decidí a dejar pasar tres días más pasa que valga la pena el gasto de agua, ¿no creen? Después de eso, el café de cada mañana, con un toque de leche, sin lactosa (que no sé cómo encontré por acá), y a la Plaza Roja para buscar donde disfrutar el debut de Mohamed Salah en la Copa del Mundo... bueno, eso pensaba hasta que me enteré que Héctor Cúper decidió dejarlo en la banca, para intentar utilizarlo donde sí se juega su clasificación, ante Rusia y Arabia Saudita.
Vi cómo Egipto traía más de lo que se pensaba y ,aún sin el autor de más del 50% de los goles de 'Los Faraones', supo contener los ataques de Luis Suárez, que falló un par de ocasiones muy claras. Primero, un mal contacto de cara a la portería y luego una decisión errada, al tratar de eludir a la gran figura del partido, el arquero Mohamed El-Shenawy, que también le sacó un par a Edinson Cavani. Pero, normalmente, el que solo juega a defenderse termina fallando en una y, a pocos minutos del final, con los dos centrales buscando un remate desesperado en el área egipcia, José María Giménez conectó un cabezazo de tres puntos y el partido se acabó.
CON GANAS DE FUTBOL Y TEATRO
Camino al restaurante donde vi el partido, pasamos por el Teatro Bolshoi, sede de las más grandes presentaciones de teatro, danza y ópera en este país y uno de los más importantes de Europa. La verdad me quedé con ganas de comprar boleto para ver alguna opera esta temporada, pero no sé si por los horarios de juegos y del programa diario me pueda dar una escapada.
Del restaurante, poco bueno que decir; bonito, sí, y extrañamente uno de los pocos por la zona centro que ofrecen el Mundial y colocan pantallas, por extraño que parezca eso en nuestro país. La comida, en general, no me ha sorprendido gratamente, pero la ensalada de pato que pedí hoy estaba realmente buena. Lo que de plano no supero es la atención; uno sale de México y extraña los buenos meseros que tenemos por allá; la calidez y ganas de resolver los problemas que tenemos en mi tierra. Por ejemplo, hoy Juan Carlos Zúñiga y su servidor pedimos un refresco de esos que no tienen azúcar y a los 20 minutos regresó el hombre a decirnos que no tenía, que pidiéramos algo más. ¡Allá, van y lo consiguen en una tiendita! ¿O miento?
ESTE MUNDIAL ME GUSTA
De regreso en el IBC, no niego que fue emocionante compartir instalaciones y seguir de cerca la transmisión de don Carletto Ancelotti quien estuvo al lado del 'Kikín' Fonseca, haciendo el análisis del España 3-3 Portugal. De hecho me gustó su resumen de un partido tan emocionante como el que este viernes cerraba la cartelera en Sochi, “ninguno de los dos merecía perder, por lo mostrado al ataque; pero ninguno tampoco merecía ganar, por tantos errores cometidos”.
Lo que es un hecho es que Cristiano Ronaldo no fue de los segundos, él solo hizo bien las cosas; provocó un penal a los dos minutos de juego, que luego cobró a la izquierda de David de Gea; le puso un pase para gol a Gonçalo Guedes, que hubiera sido el 2-0 (pero falló); disparó en el absurdo error de De Gea, y se dio el lujo de conseguir el empate, al minuto 88 y completar su hat-trick mundialista con un magistral derechazo de tiro libre. Un fenómeno que ya le puso la vara alta a Lío Messi en su duelo personal.
Del lado de España me gustaron, como de costumbre, Isco, Iniesta y Silva; disfruté la contundencia con la que llegó a la copa Diego Costa, con dos goles y un codazo bien dado a Pepe; la garra con la que dos veces se volvieron a meter al juego. Pero luego no me encantó la forma de tirarse a defender la ventaja, durante poco más de 30 minutos. Pero esa es normal al tener a Fernando Hierro tan poco tiempo en el banquillo.