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100 HISTORIAS DE LA COPA DEL MUNDO | 70

El gol de Andrés Iniesta que hizo a España campeón en Sudáfrica 2010

Un potente derechazo de Andrés Iniesta en tiempo extra encumbró a España como campeón del Mundial de Sudáfrica 2010 y convirtió al 6 de la Furia Roja en 'Don Andrés'.

México DFActualizado a
El gol de Andrés Iniesta que hizo a España campeón en Sudáfrica 2010
EFE

La noche del 11 de julio de 2010 fue testigo del encumbramiento de España en el fútbol mundial al coronarse campeón en el Mundial de Sudáfrica, todo gracias al solitario gol de Andrés Iniesta, mismo que representaba la justicia deportiva al darle el título a la mejor selección de finales de la primera década e inicio de la segunda del nuevo siglo.

Aquel gol catapultó a Andrés Iniesta al olimpo y le convirtió en una especie de semidiós, como una especia de Hércules del balompié, pues alcanzó el grado de divinidad futbolística, pero siguió siendo humano, regalando su juego a los ojos de todos los mortales.

Pero ¿cómo se forjó ese gol que le dio la inmortalidad a Iniesta y el título a España?

España llegaba a la Final del Mundial tras ser un candidato serio, pues ostentaba el título de campeón de Europa, tras haber ganado la Euro del 2008 de la mano de Luis Aragonés, quien le cedió el timón a Vicente del Bosque para la justa africana.

Tras una derrota ante Suiza en su presentación, España se perfiló rumbo a la final sumando victorias: ante Honduras y Chile en la fase de Grupos; sobre Portugal en Octavos de Final; ante Paraguay en Cuartos y ante Alemania en Semifinales.

Así, el conjunto ibérico llegaba a la Final ante Holanda aquella noche del 11 de julio de 2010. El invierno africano se senté en el estadio Soccer City, de Johannesburgo, pero el ambiente que los aficionados imponían hacía que el frío quedara en segundo plano.

El juego tuvo de todo, con una España propositiva y una Holanda que por momentos traición su historia, pues lejos estaba de aquella Naranja Mecánica de Johan Cruyff que en los 70 maravilló al mundo o la de los 80 y 90 con grandes jugadores como Van Baten o Gullit.

La prueba de esa lejanía fue que Holanda jugó fuerte, algo distinto a lo acostumbrado, hecho que quedó de manifiesto a los 28 minutos del partido, cuando Nigel de Jong le puso la suela de su zapato en el pecho de Xabi Alonso y el árbitro inglés Howard Webb se limitó a sacar una tímida tarjeta amarilla, todo por no desequilibrar el partido.

España se sobrepuso a este hecho y siguió adelante, a pesar de que Holanda ejercía presión con base en el juego duro, con Mark van Bommel como otro jugador que recurría a la fuerza extrema.

La Furia Roja se plantó y buscó ejercer su juego imnótico, que empezaba desde la zaga, con Puyol y Piqué como centrales y dando salida, o con Ramos y Capdevilla por las laterales, para después pasar a ese virtuoso medio campo comandado por el propio Iniesta, acompañado de Xavi Hernández, Xabi Alonso, Busquets y Pedro, dejando en punta solitaria a David Villa.

España era hipnótico, con Xavi e Iniesta generando el mejor futbol del cuadro ibérico. No obstante, Holanda también contaba con elementos de peligro, especialmente en la zona de ataque, como Dirk Kuyt, Wesley Sneijder, Arjen Robben y Robin vsn Persie.

Y fue ese ataque el que puso la mayor nota de peligro en un partido que fue sumamente cerrado. Al minuto 62 Sneijder lanzó un latigazo a Robben, quien desde tres cuartos de cancha corrió por el centro para enfrentar a Casillas, quien aguantó estoico hasta el último momento y logró desviar con el pie derecho el disparo de Robben para salvar así a España.

El tiempo regular se agotó y el partido se fue a tiempo extra. Un partido duro, cerrado, agotador estaba destinado a terminar de la forma más emocionante y no, no se trataban de los penaltis, pues antes, estaba la determinación de un caballero del fútbol llamado Andrés Iniesta.

El reloj marcaba 116 minutos de tiempo corrido, cuando Iniesta marcó el gol más importante de su carrera y de la historia del fútbol español. Un servicio de Cesc Fábregas tras el rechace de Rafael van der Vaart dejó el esférico a número 6 de la selección española, quien controló, dejó botar un poco para después golpear con el empeine derecho y poner toda el alma en ese disparo que batía al guardameta Stekelemburg.

El Soccer City explotó en el momento que las redes se sacudían e Iniesta corrió hacia la esquina para festejar con su camiseta donde recordaba al futbolista del Espanyol Dani Jarque, quien apenas unos meses atrás había fallecido. La imagen de Andrés corriendo en el festejo quedará enmarcada como una de las postales históricas del fútbol.

El mundo fue testigo de cómo España se adjudicaba la invitación a sentarse en la mesa donde sólo comen los grandes, aquellos que a lo largo de la historia han ganado al menos un Mundial. El certero derechazo de Andrés Iniesta ponía a la Furia Roja en el olimpo del fútbol. El 6 de España, ese motor lleno de fútbol en sus pies y su cerebro mutó de ser Andres Iniesta a convertirse en Don Andres.