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LOS ANGELES DODGERS

Los Dodgers esquivan la bala con la lesión de Justin Turner

El pelirrojo antesalista del conjunto californiano sufrió una fractura en la muñeca debido a un pelotazo en un juego de pretemporada.

Estados UnidosActualizado a
Los Dodgers esquivan la bala con la lesión de Justin Turner
Getty Images

Las aspiraciones de los Dodgers de volver a la Serie Mundial estuvieron a punto de sufrir un duro golpe la noche del lunes. Al final, resultó que el único perjudicado fue Justin Turner.

El estelar antesalista sufrió una fractura en la muñeca izquierda después de ser golpeado por un lanzamiento de Kendall Graveman en el juego de pretemporada ante los Oakland Athletics. De inmediato se prendieron los focos de alarma en un equipo con grandes sueños de octubre.

El pánico se convirtió en un respiro de alivio la mañana del martes, cuando exámenes posteriores revelaron que no hubo desplazamiento en la fractura, lo que mantuvo al pelirrojo fuera del quirófano y redujo considerablemente el tiempo estimado de recuperación, que en un inicio era de hasta seis semanas.

Obviamente, al tratarse de una fractura, Turner no estará listo antes del primer juego de la campaña regular del 29 de marzo, pero al menos no se perderá más de un mes de temporada y el manager Dave Roberts puede vivir con eso.

El movimiento proyectado para cubrir la ausencia de Turner, quien utilizará una protección durante algunos días antes de iniciar la rehabilitación, sería mover a Logan Forsythe a la antesala y darles más actividad a Chase Utley y el puertorriqueño Kike Hernández alrededor de la segunda base.

Eso debe ser suficiente para maquillar, aunque tenuemente, la ausencia de quien fuera el pistón de una de las ofensivas más completas de la Liga Nacional la temporada anterior.

Pongámoslo de esta manera: Turner encabezó en WAR a unos Dodgers que cuentan con Clayton Kershaw y los últimos dos Novatos del Año en Corey Seager y Cody Bellinger. No fue poca cosa.

Hay dos jugadores de los que Roberts no puede darse el lujo de prescindir durante un periodo prolongado, el primero es Kershaw y el segundo es Turner. Las credenciales de Kershaw como el mejor lanzador en este sistema solar hablan por sí mismas. Las de Turner tampoco son tan difíciles de explicar.

En una temporada de consagración, el veterano de nueve años fue nombrado a su primer Juego de Estrellas, fue octavo en la votación a MVP y se ubicó tercero de la Liga Nacional con un .322 de bateo. En apenas su segunda campaña como dueño absoluto del tercer cojín, Turner mostró su capacidad para hacer ajustes, ponchándose en apenas 56 ocasiones en 457 apariciones al pentágono, un unicornio en estas épocas en las que los bateadores coleccionan ponches.

Turner también demostró su valía en la postemporada con un bateo de .387 con tres jonrones y 12 carreras remolcadas en las Series Divisionales y de Campeonato de la Liga Nacional, antes de desaparecer en la Serie Mundial en donde apenas bateó para .160 con dos remolcadas.