Baptistao salva al Espanyol en el último suspiro y hunde a Muñiz
El Levante se adelantó con penalti que transformó Morales pero en los últimos minutos fue un manojo de nervios que aprovecharon los pericos para salvar un punto in extremis.
Dramático final para el Levante. Alegría y jolgorio de los periquitos. Así son los empates. Siempre dejan mejor a uno que a otro. Y en este caso el mazazo para el Levante va a ser difícil de recuperar. Los granotas cierran una semana horrible con otro gol en el último suspiro que les deja ya a merced de Las Palmas y con muchas opciones de tocar un descenso que hasta ahora han ido evitando por deméritos de otros.
Todo lo contrario que un Espanyol al que salir indemne del Ciutat le vale de sobra para vivir tranquilo lo que queda de Liga. Una derrota hubiera sido volver a ver a fantasmas. Pero el tanto salvador de Leo se puede decir que le vale un año más en Primera a los de Cornellà.
El Espanyol venía con la lección aprendida de cómo se le puede hacer más daño al Levante. Es sencillo: centros laterales. A los granotas les suelen rematar casi todo balón que va colgado al área. Y a partir de ahí que Dios reparta suerte. Así llegaron los dos primeros remates de Baptistao. El primero manso a las manos de Oier. El segundo, más desviado.
Los de Muñiz combinaban la presión más arriba y el aguantar en medio campo. El Espanyol, evidentemente, más cómodo cuando le dejaban jugar a Granero, Darder y Gerard viniendo a recibir entre líneas y abriendo a banda. Jugada que se veía repetida una y otra vez. Pero en un arrebato arriba de los granotas Morales sirvió a Pazzini que tuvo la ocasión más clara del partido al fusilar a Diego López arriba a lo que el meta respondió con reflejos.
El italiano le estaba dando vida al Levante. Al choque, ganando balones por arriba y bajando otros tantos para oxigenar al equipo. En sus botas estuvo también el 1-0 en una falta lateral que sacó Ivi, peinó Róber y medio Ciutat cantó gol con el remate de Il Pazzo al lateral de la red. Efecto óptico. Los granotas fueron subiendo decibelios y acabaron la primera mitad con presencia constante en el área perica y con un lanzamiento de Lukic ajustado al palo a sumar en la tarjeta de ocasiones.
A Muñiz no le valía el empate. En el descanso dejó a Sadiku en el vestuario, quizá todavía conmocionado por el golpetazo con Diego López y buscó sacar partido a las revoluciones e Boateng. El Levante salió a por todas y le dio resultado a los diez minutos de la segunda. En un penalti tan claro como absurdo de Marc Navarro a Cabaco. Morales no falló y el 1-0 subió al marcador. Quedaba mucho partido…
Quique movía sus fichas. Entraba Melendo, pero a los pericos les faltaba algo más. Quizá la necesidad del Levante. Sacó también a Jurado para el último cuarto de hora. Los de Muñiz aguantaban pero la tensión era evidente. Muchos nervios. Demasiado miedo. Cada llegada al área del Espanyol era un sinvivir en Orriols. Y el drama se volvió a vestir de azulgrana con otro gol en el minuto 90. Jurado tiró de clase para fabricar un balón de oro a Baptistao que completamente solo delante de Oier solo tuvo que empujarla para soliviantar problemas mayores a los suyos y dejar a Muñiz tocado y hundido.
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