Frustración o presión de Rob Gronkowski en su amague con retirarse

El año pasado fue Ben Roethlisberger, este año le toca el turno a Rob Gronkowski. Vaya que una derrota en lo profundo de los playoffs puede ser frustrante.

Al término de la derrota de los Patriots 41-33 ante los Philadelphia Eagles, Gronkowski _ quien tuvo dos recepciones anotadoras por New England _ insinuó que está contemplando el retiro. Solo hay un problema y es el mismo que enfrentó Roethlisberger a estas alturas del año pasado. Nadie le cree.

Con 28 años de edad y con su cuarta designación como All-Pro después de otra dominante temporada de 69 recepciones para 1,084 yardas, Gronkowski tiene mucho combustible en el tanque, especialmente con Tom Brady detrás del centro por, al menos, un año más y con Bill Belichick en las laterales.

De acuerdo, a pesar de su corta edad y de una carrera que apenas debería estar por llegar a su punto más alto, 'Gronk' ha sido sacudido por las lesiones que le han impedido participar en 16 juegos por primera vez desde 2011, su segundo año en la NFL. Viene de sufrir una aterradora conmoción en la Final de la AFC y en 2016 se perdió media temporada con una molestia en la espalda.

Tal vez esa combinación de golpes y visitas al quirófano lo han hecho replantear su futuro. Tal vez sea el golpe emocional de no alcanzar el máximo objetivo. O tal vez no hay dinero suficiente como para aguantar golpes así.

La opción más obvia es la frustración. Los Patriots iniciaron la campaña como favoritos a defender su título y estuvieron cerca de conseguirlo. Sin embargo, los Eagles mostraron más hambre, ejecución y determinación y dejaron a Gronkowski sin una segunda sortija en su mejor aparición en el Super Bowl.

Pero no tiene mucho sentido hacer un berrinche de estas proporciones cuando con Brady y Belichick tienes más oportunidades de las que no de estar nuevamente en esta situación.

Así que muy posible se trata del monstruo que habita en la cabeza de la mayoría de los deportistas profesionales: El dinero.

'Gronk' firmó una extensión de contrato en 2012 por seis años y 54 millones de dólares, incluyendo un bono por 10 millones, que lo convertía en el segundo tight end mejor pagado de la liga solo por debajo de Jimmy Graham. Pero desde entonces, Travis Kelce y Jordan Reed lo han rebasado en salario anual y la cuarta posición no es suficiente para Gronk.

Gronkowski sabe que no es buena idea jugar poker con Bill Belichick. Pero él cree tener las fichas y las cartas a su favor. Su cifra en el tope salarial se dispara en más de cuatro millones para 2018 por lo que está en buena posición de renegociar, y si pierde esa batalla y Patriots decide que ya tuvo suficiente, podría cobrar en grande en la agencia libre.

O retirarse con cada centavo de su carrera como jugador en el banco y el cuerpo y la mente relativamente sanos para disfrutarlos.