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Green Bay Packers

Aaron Rodgers, una megaestrella más que nos deja huérfanos

El quarterback de los Green Bay Packers se une a la ya larga lista de jugadores cruciales de la NFL que se van a perder parte, o toda, la temporada.

Actualizado a
MINNEAPOLIS, MN - OCTOBER 15: Anthony Barr #55 of the Minnesota Vikings hits quarterback Aaron Rodgers #12 of the Green Bay Packers during the first quarter of the game on October 15, 2017 at US Bank Stadium in Minneapolis, Minnesota.   Adam Bettcher/Getty Images/AFP
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Adam BettcherAFP

Cuando Anthony Barr, linebacker de los Minnesota Vikings, cazó a Aaron Rodgers fuera del pocket y le envió al suelo con la mala suerte de que se partió la clavícula derecha, las esperanzas en la temporada de los Green Bay Packers hicieron crack de igual manera que ese hueso de su quarterback titular y gran estrella. En esta liga hay lesiones todas las semanas, y no es la primera vez que un QB titular se va en camilla para no saber cuando puede volver a jugar. Sin embargo Rodgers... Rodgers es diferente. Es otra clase. De esa de la que sólo hay dos tipos en toda la liga: él y Tom Brady.

Su impacto en el equipo es máximo. No sólo es la posición más importante en el campo sino que, en su caso, el salto de calidad entre él y su suplente ha de medirse en unidades cósmicas. Y el equipo de los Packers tampoco se ha mostrado en los últimos años con la seguridad y contundencia del resto de grandes aspirantes a la Super Bowl, si exceptuamos a su quarterback. Es por eso que la baja es tan brutal, porque deja a la liga sin una de sus dos más grandes atractivos, deja a una de las franquicias históricas y con más seguidores sumida en la depresión y deja a la competición sin uno de sus aspirantes.

Casi nada.

Aún no sabemos, eso sí, para cuanto tiempo será la baja de Rodgers. En el 2013 se fracturó la clavícula izquierda y volvió tras siete semanas. En este caso, al ser la derecha, que es su brazo de lanzar, la especulación habla de bastante más tiempo y se dice que hay posibilidades de que sea para toda la temporada.

Si es así, se unirá a una pléyade de grandes estrellas de la liga que ya nos han dejado huérfanos este año y que hace que nos encontremos casi cada lunes con la sensación de que nos han robado algo.

Porque Aaron Rdgers es el mejor, o el segundo mejor, quarterback de la liga. Yo creo lo primero, muchos creéis que está por detrás de Brady. Todos tenemos claro que entre ellos dos está el premio.

Pero es igual de cierto que David Johnson, el running back de los Arizona Cardinals, comenzaba la temporada siendo el jugador más veces elegido en el número uno de las ligas Fantasy, incluso por delante de Le'Veon Bell.

J.J. Watt ha ganado tres veces el jugador defensivo del año en su carrera y no sólo ha sido considerado, durante muchas temporadas, como el atleta más determinante en ese lado del balón sino como un candidato a mejor defensor de siempre.

Odell Beckham ha conseguido, en sus tres primeros años en la competición, números increíbles, inconcebibles, que le sitúan en un estrato superior a sus compañeros receptores en la actual NFL. No diré si mejor o peor, pero números en la mano es incuestionable. Y su capacidad para realizar recepciones acrobáticas y memorables le convierte en un atractivo enorme en cualquier campo.

Estamos hablando de algunos de los mejores jugadores de la liga en sus respectivas posiciones y, en concreto estos tres, están fuera para todo el año. Todos sus equipos notan sus bajas. Y nosotros, los aficionados, las notamos todas. No queda más que seguir la máxima de este duro juego, esa que reza "que pase el siguiente" y que indica cómo hay que seguir peleando caiga quien caiga en tu trinchera. Eso sí, por favor, dioses del football, dejad de quitarnos a los mejores del campo, por favor.