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JUEGOS OLÍMPICOS

Germán Sánchez da la sorpresa y se queda con plata en clavados

Una actuación histórica logró el clavadista mexicano en la plataforma de 10 metros y consigue la cuarta medalla para México en Río 2016.

Río de JaneiroActualizado a
Germán Sánchez da la sorpresa y se queda con plata en clavados

Tarde histórica en Río de Janeiro. María del Rosario Espinoza avanzó a la final del Taekwondo, asegurando otra medalla para México, y Germán Sánchez se quedó sorpresivamente con la medalla de plata en los clavados de plataforma de 10 metros. Cuando la sequía de medallas ahogaba, un clavado a la gloria ayudó a respirar.

 En una tarde lluviosa en Río, como si el cielo de la ciudad supiera que se acabaran los Juegos Olímpicos en 24 horas más, Germán Sánchez se subió a la plataforma de 10 metros a dejarlo todo y con el sueño de una medalla. Cuando no era favorito y ni siquiera candidato al podio, el clavadista mexicano fue el más regular de los 12 competidores y nunca tuvo un clavado de menos de ocho de calificación. Aunque al lado tuvo al chino Aisen Chen que, aunque tuvo un mal segundo clavado, lanzó tres clavados de 10 y ante eso era difícil competir para quedarse con el oro.

 Nadie como Germán Sánchez, ninguno como el mexicano fue tan regular y esa constancia le permitió el podio. Cuando todos daban a los chinos para hacer el 1-2 y a Iván García como posible medallista de bronce, el tapatío apareció para reescribir la historia y colgarse la segunda presea de mayor importancia en unos Juegos Olímpicos, para quedarse con la medalla de plata, esa que ya tuvo alguna vez en Londres 2012 en clavados sincronizados.

 Durante toda la prueba, durante las seis rondas, se le vio con una determinación de hierro, con una concentración de plata y de ahí nadie lo sacó. Los continuos fallos de los clavadistas entre el segunda y cuarta ronda, poco a poco fueron metieron al tricolor en posiciones altas. Del sexto puesto pasó al quinto, del quinto al cuarto y cuando parecía que del cuarto iba al tercero, un golpe de gloria lo hizo saltar del cuarto al segundo. Así fue su noche, su noche mágica que seguramente no olvidará nunca.

 Lo cierto es que hasta la quinta ronda parecía que Sánchez se quedaría con el bronce, pero un último clavado malo del estadounidense David Boudia le permitió al mexicano colgarse la plata. La constancia ronda tras ronda estuvo con él. La regularidad lo premió y fue el único clavadista tricolor que le da una medalla a México en Río 2016. Los clavados siguen siendo la marca registrada de México y siguen siendo el deporte que más preseas le han dado al país.