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Selección Mexicana

Pocos son “borrados” tras un OSO colectivo

Casi siempre los que “pagan el pato” son los entrenadores; pocos jugadores son “limpiados” después de un ridículo.

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Pocos son “borrados” tras un OSO colectivo
OMAR MARTINEZMEXSPORT

No todo es cuestionar a Osorio. Algunas voces señalan con dureza a los futbolistas, que sin duda tuvieron una noche muy penosa en Santa Clara y cometieron infinidad de errores individuales, además de que no mostraron rebeldía alguna no para reponerse de la derrota, sino al menos para evitar la vergonzosa goleada.

México

La historia es clara. Se puede borrar a un entrenador o a uno o dos futbolistas, pero cuando un equipo hace, completo, un ridículo como el del TRI frente a Chile, nunca ha habido una “limpia general”.

Los ejemplos sobran. Sin duda el peor papel de México en un Mundial se registró en Argentina 1978, evento en el que perdieron los tres partidos y se sufrió una humillante derrota de 0-6 ante Alemania Federal.

Ese equipo, que bajo la tutela de José Antonio Roca había generado altas expectativas por los resultados previos a la justa, indignó a todo el país, y pese a ello muchos de sus elementos siguieron siendo considerados como material de la selección mayor de México.

De los 13 jugadores que participaron aquella bochornosa tarde del 6 de junio de 1978 en Córdoba, tres no volverían a ser convocados: Pedro Soto, Eduardo Ramos y Antonio de la Torre. El resto de los integrantes de aquel equipo siguieron siendo considerados material de selección mayor e inclusive algunos como Alfredo Tena, Leonardo Cuéllar, Enrique López Zarza y Hugo Sánchez, después volverían a fracasar con el TRI en el Premundial de Tegucigalpa en 1981.

Sobra decir que tras aquel Mundial Roca dejó de ser el entrenador nacional. Tampoco, pese a lo dolorosa que resultó, le costó la carrera en la selección a buena parte del equipo de Enrique Meza que en junio de 2001 sufrió la primera derrota como local en un partido de eliminatoria mundialista, al caer 1-2 con Costa Rica.

La base de ese equipo siguió siendo la misma después y algunos, incluso, como Oswaldo Sánchez, Pavel Pardo, Salvador Carmona y Claudio Suárez, hicieron largas trayectorias en el TRI pese a esa mancha.

No fue lo mismo para José Manuel Abundis y Victor Ruiz, dos hombres que unos días después, cuando “El Ojitos” fue cesado, dejaron de ser nominados por los siguientes seleccionadores.

Lo mismo se puede aplicar a otros dos tremendos fracasos que parecían marcar a generaciones enteras y no lo hicieron, al menos de manera íntegra.

Comandados tácticamente por Gustavo Vargas, recomendado de Manuel Lapuente, México no fue capaz de clasificarse a los Juegos Olímpicos de Sídney 2000 pese a contar con jugadores como Gerardo Torrado y Rafael Márquez, quienes dos años después incluso representaron a México en el Mundial de Corea-Japón.

Este fracaso acabó pasándole factura a Manuel Lapuente que acosado por algunos directivos decidió renunciar a la selección mayor unos meses más tarde.

También a Hugo Sánchez, como entrenador del TRI, le tocó vivir uno de los fracasos más sonoros, tras el cual, por cierto, no renunció, aunque sí le acabaría costando aquel papelón el puesto.

En ese equipo que falló estrepitosamente en el camino que conducía a Pekín 2008, hubo algunos jugadores como Guillermo Ochoa y Pablo Barrera que dos años después fueron considerado en la nómina mexicana que acudió al Mundial de Sudáfrica 2010.

Incluso al lateral izquierdo Edgar Castillo ese traspié no le impidió después ignorar llamados a la selección mayor de México para acabar prefiriendo representar a Estados Unidos.