Bennedict Mathurin, de México a la NBA
Walter Roese, coach de la NBA Academy Latinoamérica, charló con AS sobre el desarrollo del escolta canadiense, primer egresado de la academia ubicada en México en llegar al NBA Draft.
Cuando Adam Silver anuncie el equipo en el que Bennedict Mathurin debutará en la NBA, la Academia de la liga en Latinoamérica habrá hecho historia. Nacido en Montreal, Canadá, el 19 de junio de 2002, Mathurin será el primer egresado de la NBA Academy Latinoamérica, establecida en México desde 2017, en llegar a la máxima liga del baloncesto del planeta a través del Draft. ¿Misión cumplida? Nada de eso, sentencia, Walter Roese, head coach del programa. Mathurin no será el único, aunque el mayor objetivo de la Academia no es la manufacturación en serie de basquetbolistas NBA, sino su desarrollo integral como profesionales y personas más allá de las duelas. Si eso es suficiente para que la NBA se fije en ellos, qué mejor: “Tenemos la mentalidad correcta. Queremos más como Benn. Me alegro mucho por él”.
Mathurin llegó a México en 2018, con solo 16 años, de la mano de Hernán Olaya, coach asistente de la NBA Academy Latinoamérica. Olaya descubrió a Benn en un torneo juvenil en Columbia Británica, en el que participó en representación de Québec. De inmediato, Roese supo que tenía a un diamante en bruto en manos, pero hacía falta mucho trabajo, definir su posición, moldearlo. “Sabíamos que tenía un potencial atlético muy grande. No estábamos muy seguros de cómo iba a desempeñarse en nuestra academia. El hecho de que estuviera en México fue muy positivo para él, para que creciera como jugador, como persona, y la experiencia internacional influyó mucho. Cuando lo vi por primera vez sabía que teníamos a un jugador especial. Para ser honesto, mejoró muchísimo con el tiempo y eso es mérito completo de él”, recuerda en entrevista con AS.
Benn, que hasta el inicio de su adolescencia privilegiaba el fútbol americano y el hockey sobre el basquetbol, pagó un precio para convertirse en una estrella en ciernes. Nada es gratis. Debió someterse a la estricta rutina de la Academia: desayuno a las 7:20 horas, clases a las 7:30, entrenamiento a las 9:00, gimnasio, descanso, terapia psicológica, clases por la tarde, práctica en equipo a las 19:15. Debió enfrentar la barrera lingüística (dominaba el francés, inglés y creole, por su origen haitiano, pero no el español) y la distancia física con su familia (su hermana, su mayor inspiración, jugadora universitaria, fue la clave para que optara finalmente por el baloncesto). “No todo mundo puede con ello. Pero, al final, es una bendición. Benn supo aprovecharlo bien. A mí me hubiera gustado contar con esta oportunidad, con todas estas facilidades. El sistema está para ayudarles a sobresalir”, explica Roese.
El esquema multidisciplinario de la NBA Academy cobijó a Benn y así fue como su potencial explotó, desarrolla Roese: “El bagaje cultural que experimentó en México le ayudó a ser un mejor jugador en todos sentidos. Tenemos el apoyo de especialistas en muchos campos: coordinadores académicos, coaches asistentes, desarrolladores de jugadores, nutricionistas, psicológicos deportivos. Hay muchos factores que determinan que nuestros jugadores se vuelvan más completos y estén preparados para cualquier oportunidad. Es un proceso y a veces solo es cuestión de tiempo. No queremos apresurar ningún proceso. Con Benn funcionó”.
La NBA Academy, con su enfoque holístico, moldeó el caótico estilo de juego de Mathurin. Olaya se había maravillado con un jugador interno, un power forward con presencia en pintura y un aceptable tiro medio. Roese vio algo más. “Empezó a adquirir más herramientas con nosotros. Mejoró y enriqueció su juego. Aprendió a dominar otros campos y a entender el juego. Ser capaz de tomar el balón en el perímetro, tirar. Puede jugar múltiples posiciones. Dejó la NBA Academy como un point guard”. Y es así como se presentará en el NBA Draft: un escolta con amplio repertorio ofensivo, como bien validan sus estadísticas en los Arizona Wildcats: 17.7 puntos por partido y 45% de efectividad, suficientes para adjudicarse el premio Pac-12 Player of the Year en 2022. “Ponemos a nuestros jugadores en distintas posiciones para que encuentren su lugar. El método es que jueguen en la posición en la que podamos ver un futuro para ellos. Benn tuvo esas herramientas para volverse un elemento perimetral y evolucionar en su juego”, añade Roese.
Regreso a casa
Benn no se olvida de sus orígenes. Se ha mantenido en contacto con sus compañeros y entrenadores. El staff de la NBA Academy no continuó con el seguimiento al dedillo, minucioso, sobre cada movimiento suyo, tal como sucedió en el plantel en la Ciudad de México, pero sí hay un monitoreo sobre su crecimiento una vez egresó. El seguimiento no es científico, sino personal. “Tenemos comunicación constante y estamos para él en lo que necesite. Pasa con todos los que salieron de la academia. Hay un grupo de WhatsApp en el que están todos. No porque ya no estén aquí significa que no formen parte. Somos una familia. Benn siempre será parte de ella”, dijo Roese. El canadiense, que podría resultar elegido entre el 4° y el 7° pick global, aprovechó sus vacaciones de verano en 2021 para viajar a San Luis Potosí, nueva sede de la NBA Academy Latinoamérica (antes, en el CNAR de la CDMX), para ponerse a punto de cara a su año de sophomore en Arizona y, de paso, visitar a sus mentores: “Estuvo practicando dos semanas con nosotros. Significa mucho para nosotros que vuelva, que siempre quiera mejorar”.
¿Qué tipo de basquetbolista verán los aficionados en Mathurin cuando salga a las duelas NBA? “Disfrutarán de un jugador joven, muy talentoso, con un gran amor por el juego, que se divierte y que es muy competitivo. Es muy apasionado, respeta el juego. Quien lo vea se va a divertir con él. Será una sorpresa, no para nosotros, pero sí para las personas que lo vean por primera vez”, concluye Roese, impaciente porque Adam Silver pronuncie el nombre de Benn, antecedido por el de su nuevo equipo. “The Indiana Pacers/Detroit Pistons/Portland TrailBlazers select...”