Ramón Díaz: “Fuera de si deberíamos estar en playoffs o no, el equipo ha triunfado”

No hay dramas en Capitanes de la Ciudad de México. Sí, la clasificación a los playoffs de la NBA G League 2022-2023 era deseable, pero no el fin último, ni la medida de todas las cosas. El proyecto es integral y tiene muchas más aristas para calificarlo. Y, en la mayoría de ellas, y en varias de las netamente deportivas, la nota es aprobatoria, evalúa Ramón Díaz, coach del equipo desde 2017, en entrevista con AS.

Y es que el granadino y Capitanes han crecido de la mano. La historia de uno no puede entenderse sin el otro. Desde la génesis del proyecto, bajo el cobijo de la Liga Nacional de Baloncesto Profesional, hasta ahora, en el preámbulo de la NBA. Entonces, hace seis años, ni las visiones más optimistas podrían haber imaginado esto: siete jugadores con historial NBA en un equipo afincado en la capital nacional, bajo constante evaluación de la máxima liga, con perspectivas a convertirse en una franquicia de expansión. Díaz vive un sueño y por eso no hay dramas. Las lecciones van más allá de los resultados. En ello, Capitanes ha demostrado que el proyecto sigue por buen camino. Más allá de que el título haya sido esquivo. “Van dos años apenas”, zanja. No hay éxitos rotundos inmediatos.

- Ramón, ¿qué balance haces de esta temporada en la NBA G League, la segunda de tu equipo en la liga y la primera completa? ¿Es agridulce? Quedaron con récord positivo, algo que en la anterior temporada no pasó, pero no llegaron a playoffs...

El balance es muy, muy positivo. Si tengo que echar la mirada atrás hace tres años, cuando Adam Silver en la Arena CDMX hace la presentación de que Capitanes va a jugar en la G League, llegar a ese punto para nosotros, para mí en lo personal, para Capitanes como institución, para la ciudad, era un sueño. Y después llegó el palo de la situación internacional a nivel de salud, el no poder jugar esa temporada. El año pasado tuvimos que jugar en Fort Worth (Texas), no pudimos hacerlo en temporada completa. Y, ahora, llegar aquí este año, volver a jugar en casa, ver la Arena CDMX como la hemos visto este año. Hemos hecho clic nuevamente con la gente. Para mí, eso es un triunfo que no tiene calificativo. Fuera de si deberíamos estar en playoffs o no, el equipo ha triunfado. Ha vuelto a conectar. Después, hay que hacer una autocrítica. Qué hemos hecho bien, en todas las áreas, no solo la deportiva, y qué hemos hecho mal. Cuando analizamos qué hemos hecho mal, es ahí cuando les pregunto, ¿Capitanes debería haber jugado los playoffs? A lo mejor no es malo que no estemos jugando los playoffs. Vamos a consolidar lo que hemos hecho bien y, lo que hemos hecho mal, en mi área la primera. Igual si llegamos este año a playoffs y quedamos entre los ocho primeros es irreal porque, sí, durante la temporada hemos tenido momentos deportivos muy buenos, pero no sé si eso era 100% real y 100% justo. Tenemos que mejorar en muchas cosas para que este proyecto, de verdad, pueda pelear por un campeonato. A lo mejor en tres años. Eso debe ser lo que tenemos que intentar construir: un proyecto sólido. Un proyecto que cumpla su objetivo para que, el día de mañana, podamos soñar con llegar a la NBA.

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- El equipo inició muy bien la temporada y luego hubo un bajón muy pronunciado en la recta final. ¿Se debió a las características de la propia liga, en la que es factible que tus jugadores más importantes se vayan de un momento a otro? ¿O fue un problema en el armado del equipo a sabiendas de que eso podía pasar?

Hemos tenido 24 jugadores en el roster durante toda la temporada. Ha durado seis meses. Estos cambios, casi todos se han dado a partir de enero después de terminar el Showcase. En los dos últimos meses hemos jugado sin nuestros tres point-guards: Mason Jones, Caio Pacheco y Shabazz Napier. Es una liga en la que hay tantos cambios de jugadores que van a la NBA, que fichan a mitad de temporada en Europa, o que se lesionan por la cantidad de partidos y viajes. Esta es una liga para gente muy joven con mucha capacidad atlética. La primera reflexión que hago es cómo debemos construir el equipo. ¿Hemos acertado? ¿Siempre hay que intentar fichar a los mejores jugadores que a priori, por nombre, aparecen en el mercado? ¿O es preferible fichar a jugadores que no parezcan de ese nivel, pero con los que puedas conformar un equipo? Son preguntas que a día de hoy rondan mi cabeza. Si te ofrecen a un jugador como Shabazz Napier, que tiene experiencia de siete años en la NBA, lo primero que decimos es ‘hay que ficharlo’. Pero Napier en cualquier momento puede tener un call-up de la NBA o puede fichar en Europa. Ahí pierdes a un jugador de los más importantes, cuya salida te puede condicionar. A lo mejor no es eso lo ideal. Si ficha en NBA o en Europa, el verdadero triunfo de tu equipo no es ganar el campeonato o clasificar a los playoffs, sino que tus jugadores estén en otro nivel. Tenemos que reflexionar sobre esto para saber cuáles serán nuestros objetivos y cómo queremos construir al equipo de cara a la siguiente temporada.

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- Están los ejemplos de Bruno Caboclo y Jahlil Okafor. Jugadores muy importantes que, por un lado, le dan lustre al equipo, llaman la atención de la afición, se vuelven parte importante del sistema de juego, pero que podrían salir de un momento a otro por su calidad. ¿Es contraproducente tenerlos?

Esa es la reflexión que tenemos que hacer. Si merece la pena. Todos estamos de acuerdo en que tener a estos jugadores por un tiempo con nosotros es positivo a corto plazo para tener resultados, pero también entramos en el riesgo de que en la segunda parte de la temporada no podamos contar con ellos. Si pasa, es difícil reconstruir un plan B, un plan C, porque no hay tantos jugadores disponibles y porque el esquema de partidos y viajes no te da la posibilidad de tener demasiado tiempo para que entrenen y asimilen tu filosofía de juego. Es algo que debemos estudiar. Qué sería lo mejor para cumplir con nuestros objetivos.

- ¿Qué autocrítica haces al desempeño deportivo del equipo? ¿Qué tanto tuviste que modificar tu sistema con los cambios en el róster y qué tanto éxito tuviste con ello?

Podríamos mejorar muchísimas cosas. La primera autocrítica que hago va en relación a lo que he dicho. Cuando tenemos jugadores como Jahlil Okafor o Bruno Caboclo, lo primero que te viene a la mente como entrenador es de qué manera los haces sentirse importantes. Durante muchos momentos de la temporada jugamos con una referencia interior y con muchos balones interiores. Si Napier y Jones son tus dos jugadores más creativos a parir de las situaciones de pick and roll, el equipo jugaba con ese sistema. Cuando de la noche a la mañana pierdes a esos jugadores, tienes que reinventarte. La cosa es que no tienes tiempo para eso. Mi primera reflexión es no jugar tan especifico para ciertos jugadores e intentar envolver más a todo el equipo con un estilo más conjunto. ¿Qué tipo de equipo tengo que construir para hacer esto? Eso lleva a la segunda reflexión, porque no todos los jugadores sirven para hacer lo que estoy pensando. Puedo añadir situaciones tácticas que se vayan adecuando a ciertos jugadores que fichemos, pero sin jugar tan específico. También tengo una reflexión muy clara a nivel defensivo, lo cual hemos hecho muy bien por muchos momentos de la temporada, pero es cierto que al final hemos llegado con la gasolina muy justa. Hay que buscar jugadores más jóvenes, con una capacidad atlética mayor, para que a final de temporada no nos pase factura.

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- ¿Cómo fue entrenar a un vestuario en el que llegaron a convivir, en un punto de la temporada, hasta siete jugadores con pasado NBA? Viniendo tú de una formación europea y en la LNBP, no tenías mucha experiencia con basquetbolistas así...

No fue fácil, no te voy a engañar. Ha sido una experiencia muy buena en lo laboral, porque he aprendido muchísimo. Te voy a ser muy sincero. No sé si alguna vez en mi vida había pensado que iba a entrenar a seis-siete jugadores de este nivel. ¿Qué hice? Lo mismo que he hecho con los jugadores mexicanos: mirarlos a los ojos, hacer que sintieran lo que siento, que creyeran. Al final, cuando le abres tu corazón y tus sentimientos a un jugador, él creerá que está aquí para ayudar con su basquetbol y para más cosas. El jugador comienza a creer en ti poco a poco. Cuando le demuestras con hechos y con situaciones tácticas que lo que estás diciendo lleva razón, da igual que vengas de FIBA, o de NBA, que sea estadounidense o español. Kenneth Faried hace dos días me llamó para despedirse. Que un jugador que ganó un campeonato del mundo, que ha jugado 10 años en NBA, que es muy reconocido, te dé un abrazo y te diga ‘Ramón, gracias, has hecho que vuelva a sentirme jugador’. Para mí, eso no tiene precio.

- ¿Lo sucedido esta temporada solidifica el proyecto a largo plazo de Capitanes, que es llegar a la NBA?

100%. México nos ha vuelto a dar una cachetada en la cara. México quiere baloncesto. Teníamos ciertas dudas después de la situación COVID: cambiarnos al norte, a la Arena CDMX, irnos a otra liga aunque el nivel sea mejor, pero en la que se pierde un poco la esencia mexicana porque dejas de competir con equipos del país. Había dudas, claro, pero ¡no manches! ¡Cómo ha respondido la gente! Es increíble. Ver la Arena CDMX con 8,000 personas casi todos los días. Sentir que la gente te quiere, te reconoce en la calle. Ver a los medios muy volcados. Ya se está hablando de Capitanes: en Latinoamérica y en EEUU, no solo en las colonias latinas. Creo que Capitanes está para quedarse y, por qué no, para soñar que algún día pueda estar en la NBA. Capitanes necesita de esta gente. NBA se tiene que dar cuenta de que México quiere un equipo. Si entre todos empujamos y ponemos nuestro granito de arena, al final se va a conseguir.

- Hace unos días se confirmó la noticia del call-up de Skylar Mays a Portland Trail Blazers. Es el cuarto en la historia del equipo...

Para mí, es un orgullo haber entrenado a un jugador de ese nivel. En Delaware no tenía demasiados minutos, su rol dentro de la cancha había disminuido. Le abrimos las puertas. Él, antes de irse, también tuvo palabras muy bonitas hacia mí, hacia México, hacia el staff. No estábamos seguros de que pudiera tener un call-up, pero sí que sabíamos que había varios equipos alrededor de él. Skylar decía que no importaba tener el call-up, ‘he vuelto a jugar a mi nivel, he vuelto a sentir lo que sentí cuando jugué NBA y estoy agradecido’. Que los jugadores hablen tan bien de nosotros como institución, que le demos ese cariño, ese espacio para que vuelvan a sentirse al máximo nivel, es muy gratificante.

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- No quería dejar pasar la oportunidad para preguntarte sobre la clasificación de México al Mundial de Baloncesto. Tú, además, que estuviste ligado a la Selección (como asistente de Sergio Valdeolmillos). ¿Qué reflexión te dejó y qué perspectivas tienes para el equipo?

Es una noticia increíble. Siempre he dicho que da igual quién esté detrás de la Selección, lo importante es que el baloncesto mexicano esté compitiendo entre los mejores. Conozco a muchísima gente dentro del proyecto, lo que me hace súper feliz por ellos. Ojalá que hagan un Mundial increíble. Se lo merecen. Estoy convencido de que van a hacer un trabajo muy bueno para llegar a las mejores posiciones posibles. Desde acá tendrán un seguidor más que los estará apoyando y que siempre querrá lo mejor para el basquetbol mexicano.

- Ramón, ¿te veremos la siguiente temporada por la Ciudad de México?

Todavía es pronto para saberlo. Lo único que te puedo decir, a día de hoy, es que estamos en negociaciones. Las dos partes somos proactivas a querer continuar. Siempre hay una relación muy buena con Moisés (Cosío, dueño de Capitanes) y su equipo de trabajo. Les debo muchísimo, porque son los que me dieron la primera oportunidad de entrenar aquí a nivel profesional. Confían en mí y me lo han demostrado en el día a día. Espero que pronto se pueda llegar a un acuerdo y podamos anunciar lo que, creo, a las dos partes nos hará felices.