México deja ir una heroica remontada de 18 puntos en Puerto Rico
‘Los 12 Guerreros’ regresaron en los últimos dos cuartos con defensa y triples, pero dejaron vivo a los boricuas en momentos clave. Paco Cruz, figura de México (19+5+4), que arrancará 4° en su grupo en la segunda fase eliminatoria.
La Selección Mexicana remó hasta la orilla después de sobrevivir a un huracán en aguas territoriales puertorriqueñas. Llegó vivo el equipo de Omar Quintero. Pero los remanentes del ciclón, sus olas bestiales, se llevaron por delante a la embarcación. Tan lejos, tan cerca. México devolvió 18 puntos a Puerto Rico en una segunda mitad de ensueño y baloncesto total, forzó la prórroga (que pudo no haber llegado) y renunció al partido en la misma. ‘Los 12 Guerreros’ cerraron la primera fase eliminatoria rumbo al Mundial FIBA de 2023 con un 97-87 que pudo ser mucho peor, tras los 20 minutos iniciales, y que terminó con sensación de oportunidad perdida. Cosas del baloncesto.
El parcial de tanteo (19-18) fue un espejismo a comparación de la segunda entrega. Puerto Rico ajustició a México con los triples de Ortiz y Clavell que marcaron el ritmo: del +1 al +10. Desde entonces, a los tricolores les costó un océano el partido. ‘Los 12 Guerreros’ no pudieron ajustar la rotación defensiva, ni detener los fulgurantes rompimientos de Alvarado, un base aterradoramente hiperactivo (22+7+7). Un doble acierto de Stoll en la línea de los suspiros maquilló un tanto el marcador del medio tiempo (51-35). Todo cambiaría.
Un parcial de 2-9 de vuelta al parqué redujo la diferencia a nueve, pero una seguidilla de tropelías mutuas y un triple de Clavell le rompieron el ritmo al quinteto de Quintero (60-45). El partido cayó en el fango. Dos tapas sobre Amigo y Cruz encendieron a la afición que abarrotó el Coliseo Roberto Clemente, pero Stoll y Méndez apagaron el fervor con dos triples consecutivos que pusieron el diferencial en -9. Quintero había encontrado a los bregadores, a sus guerreros: la vieja guardia Cruz-Stoll-Gutiérrez. Defensa disciplinada y puntería en tiros abiertos a los costados. Y México empezó a remar, y a remar. 68-59 y un cuarto por delante.
Y remó. 71-64. Y el quinto triple de la noche para Paco Cruz, quien si no lapida desde la tercera dimensión, lo hace con sierra eléctrica bajo el tablero. 77-73. Y ya están aquí. Y Girón, con el arma de toda la vida, su M40 de francotirador edición 2014: 77-76. México ya respiraba a la nuca al quinteto puertorriqueño: en sentido figurado y literal. Clavell, Alvarado, Ortiz, Reyes; todos sentían una respiración mexicana en las orejas. La defensa rotó, siempre con Gutiérrez agitando banderas, para puntear todos los disparos boricuas, que se dejaron la pólvora en la fortaleza de El Morro. Entonces, un pase interno de Cruz llegó a manos de Bonilla, el Elegido, quien dejó la pelota en el cristal, suficiente para convertir en puntos el tapón de Ortiz. Partido nuevo: 82-81.
Alvarado reanimó al público del Coliseo con otro arcoiris milagroso (84-84) y, acto seguido, Girón, con los pies clavados en la madera, se dejó embestir por el guardia de los Pelicans; la única forma de detenerlo es por lo criminal (lo astuto, en realidad). Y funcionó. Pasó que Amigo dejó la pelota en un espejismo de Jorge Gutiérrez y Puerto Rico dispuso de la última posesión del partido: Gutiérrez arregló el desaguisado al asustar lo suficiente a Clavell como para que el balón volviera de donde vino. Nueva oportunidad. Pero Amigo tenía hambre de pelota: la redonda se quemó en sus manos. Y, con él, las aspiraciones de los ‘12 Guerreros’ en la noche boricua.
México olvidó los puntos en el tiempo suplementario. Cuatro minutos sin escuchar el ‘chaz’ en las redes. Clavell y Alvarado no perdonaron la indecisión. Ellos no. Tres triples y a dormir. Un partido de encanto, para el espectador neutral, en la isla ídem. Un duelo que deja certezas del camino que hay que seguir hasta Filipinas-Indonesia-Japón. A México, desde el 4° sitio del sector F, donde ya aguardan Uruguay, Colombia y Brasil; primero cafeteros (25 de agosto) y después verdeamarelos (28 de agosto). Al Mundial se llega remando. Otra vez. Entre los huracanes del Caribe y hasta las costas uruguayas.