Isabel Aburto entró al kayak como un “hobby”; hoy es medallista mundial
La jalisciense integró un equipo que logró un hito histórico para el deporte mexicano: fueron las primeras en ganar una medalla (bronce) en el Campeonato Mundial de canotaje. 2023 está lleno de nuevos retos: Centroamericanos, Panamericanos y el sueño olímpico.
Isabel Aburto (Guadalajara, 2002) no tenía pensado dedicarse al deporte de alto rendimiento. Tampoco hoy en día tiene muy claro su futuro. Lo cierto es que quedó prendada a los 12 años de un hobby, una “casualidad”, que le ha cambiado la vida. En un paseo por la Laguna de Zapotlán, Jalisco, asistió, sin preverlo, un entrenamiento de la selección de canotaje estatal. La invitaron a unirse. “¿Qué es lo peor que podía pasar?”. Tenía 12 años. Era 2014. “No lo tenía con miras a algo profesional. No piensas que algo a lo que entraste por diversión se convierta en tu vida. Lo que me ha mantenido aquí ha sido la curiosidad. Todo el tiempo hay algo que aprender, todo el tiempo hay algo que puedes hacer mejor”, cuenta Isabel a AS.
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De la curiosidad a la meta cumplida. 2022 fue un año de ensueño para Isabel. Fue medallista de bronce mundial por partida doble: en el Campeonato Junior (Sub 23) de Hungría (en la prueba K2 500 metros) y en el Campeonato Senior de Canadá (K4 - 500 metros, la llamada ‘prueba reina’ del kayak). En la segunda, hizo equipo con Maricela Montemayor, Karina Alanís y Beatriz Briones. Los logros, inéditos en el deporte mexicano, fueron reconocidos con el Premio Nacional del Deporte 2022. Las cuatro recibieron el galardón en Palacio Nacional el pasado 28 de noviembre. “Aún me falta encontrar las palabras exactas. Ha sido una felicidad inmensa. Todo el trabajo que se logró para ese momento. Fue algo indescriptible. Sigo súper alegre”, se emociona Isabel al evocar aquellos frescos recuerdos.
De reojo, Isabel mira hacia París 2024. “Pero no comamos ansias”, advierte. Paso a paso. Al momento de la plática, la jalisciense se encontraba en Tampico, Tamaulipas, en un campamento de nivel de mar. Después, volverá a la Ciudad de México para continuar su preparación para partir a la Copa del Mundo, en Hungría, antes de competir en los Juegos Centroamericanos de San Salvador, que comenzarán en junio. Y, tras ello, el momento de la verdad, el clasificatorio para los Juegos Olímpicos, en agosto, en Alemania. “Todavía hay bastante camino para recorrer. Para no saturar tu cabeza con todo lo que tienes que pensar, y considerar, y entrenar lo que hago es ir paso a paso. Irte preocupando por cada cosa a su vez. Si quieres acaparar todo no vas a poder, vas a colapsar”, explica. Y razón no le falta: en paralelo, Isabel compagina sus quehaceres deportivos con los académicos: estudia Administración en la Universidad Anáhuac.
“He sido muy afortunada”
La historia de Isabel en el deporte profesional es un ideal. Sin trabas y candados; sin discriminaciones. El talento y el trabajo como únicas herramientas para abrirse camino, sin preocuparse por nada más. “Las mujeres en canotaje son las que mejores resultados tienen. No he tenido problemas jamás y no he sido testigo de ninguno. Mi entrenadora es mujer. La presidenta de la federación es mujer. La directora de la Conade es mujer. La presidenta del Comité Olímpico Mexicano es mujer. Ahora, esto significa que no haya problemas, ni que sea el caso de todas. He sido muy afortunada de las situaciones me han tocado”, reflexiona. La normalidad, pues, que debería primar en todo aspecto público y privado.
Antes de despedirse, Isabel deja un mensaje para las niñas mexicanas que pretendan hacer una carrera en el deporte, aunque, como a ella le pasó, uno nunca sabe. Un paseo por la laguna y la vida cambia en un abrir y cerrar de ojos: “Me encantaría que todos hicieran deporte, no solo de alto rendimiento, o profesional, sino de manera recreativa, porque mantener un estilo de vida saludable es lo más bonito que puedes hacer por tu cuerpo. Es benéfico para tu salud, física y mental. También entiendo que, la verdad, el deporte no es para todos. Así que si no es una actividad física, encuentra algo que te guste fuera de lo cotidiano, fuera de la rutina: salir a caminar, pintura, música, arte, danza. Lo que tú quieras, pero que sea algo que te guste y te motive para estar en constante movimiento. Algo de lo que aprendas, que estés evolucionando, que aprendas de ti, que te rete, porque solo así podrás sacar tu mejor versión y, también, la peor. Eso te ayudará a conocerte mejor, a manejar tus emociones, a lidiar con la presión, a mejorar aspectos de tu vida”.