El regreso de Gabriel Girón
El alero fue el último corte de la Selección Mexicana antes del Mundial de 2014. Ahora, obtiene revancha personal: “El basquetbol es pasión y fe”.
Gabriel Girón no subió al avión que lo llevaría a la Copa del Mundo de 2014. Se enteró ese mismo día. “Me bajaron del vuelo”, suele decir. No con amargura, ya no, sino la nostalgia con la que el tiempo apacigua aquello que alguna vez causó dolor. El alero mexicano, de inconfundible acento panameño, se reconvirtió tras el varapalo. El jugador que es hoy lo debe a esa decepción. Hoy, 10 años después, está por fin ante su primer Mundial. “El primero y quizá el último”, bromea. La revolución le hizo justicia a un auténtico sobreviviente del basquetbol mexicano.
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“Tuve el poder de entender qué es lo que tenía que trabajar. Mentalmente, físicamente. He tenido este proceso por 10 años. Siempre le he dado las gracias al coach por darme la oportunidad de ser el capitán del equipo, por motivar a los jóvenes. Todo pasa por una razón. Tuve que esperar por 10 años. Me tuve que preparar. Mi familia siempre estuvo a mi lado en todo momento, mi esposa, mis hijos, mi madre, mis hermanos. Me hacen sentir un gran poder. El basquetbol es esfuerzo, pasión, fe. Si trabajas duro muchas cosas buenas para ti. Estoy feliz”, rememoró Girón, a pregunta expresa de AS, en conferencia de prensa en el Mall of Asia Arena, el escenario que imaginó por tanto tiempo. Es aquí donde México y Girón debutarán en el Mundial 2023 de la FIBA, frente a Montenegro en menos de 24 horas.
“Todo lo que hemos podido ganar en poco tiempo, con una gran planificación del coach y la gente que trabaja a su lado. Creen en el jugar mexicano. Es lo más importante, darles la oportunidad. Uno de los sueños más grandes de cualquier deportistas es ir a unos Juegos Olímpicos, entonces vamos a trabajar fuerte. Nos hemos estado preparando por mucho tiempo. Esperamos poder encontrar esa diferencia en la búsqueda de nuestros objetivos”, añadió Girón sobre la posibilidad para acceder al torneo olímpico en París 2024, meta al alcance de los ‘12 Guerreros’ vía Mundial sólo si finalizan la competencia como uno de los dos mejores representantes de FIBA Américas. Asignación dura, pero no imposible para un equipo que suele creer en los milagros.
Daniel Amigo jugará
La lesión de Daniel Amigo era una preocupación para Omar Quintero. El pívot titular acarrea una dolencia en la rodilla izquierda desde hace 10 meses, la cual volvió a aparecer en los Juegos Centroamericanos. Ayer, no obstante, su nombre quedó inscrito formalmente para participar en el Mundial. “Ha trabajado muy duro en estas cuatro-cinco semanas después de la lesión. Se ha recuperado magníficamente. Agradecerle a los dos fisios que lo atendieron, al Dr. Alcocer que hizo un gran trabajo para poder regresarlo. Están los 12 disponibles. Le daremos entre cinco y 10 minutos. Y si puede, quizá un poco más”, explicó Quintero, el coach sonorense, quien, al igual que Girón, vivirá una revancha personal en Filipinas: como jugador jamás pudo alcanzar este escenario.