La importancia de comprar un auto con buenas calificaciones en las pruebas de choque
Aparte del equipamiento de seguridad, hay que considerar las puntuaciones de los crash test.

Además del diseño, equipamiento, poder, conducción y confort, siempre que se va a comprar un auto es importante verificar el nivel de seguridad que tiene o tienen los modelos a considerar.
Más allá de contemplar las bolsas de aire, el control de estabilidad, los frenos ABS, y otras tecnologías como el frenado automático de emergencia, es necesario conocer las calificaciones en las pruebas de seguridad o crash test realizados por diferentes organizaciones como el IIHS de Estados Unidos, el Euro NCAP de Europa y el Latin NCAP de América Latina, por ejemplo.
Por más que existan asistencias que previenen los accidentes, cuando el impacto es inevitable, el principal salvador, además de los airbags, es el chasis y la carrocería, que dependiendo del estructura y diseño, harán que amortigüe el impacto y reducirán la posibilidad de sufrir lesiones graves o incluso la muerte.
En consecuencia, conducir un auto que obtiene buenas calificaciones en las pruebas de choque, especialmente en las frontales del lado del conductor reduce el riesgo de morir en un accidente.
¿Por qué son importantes las pruebas de choque o crash test?
Según muestra un estudio del IIHS, organización sin fines de lucro dedicada a disminuir las muertes, heridas y daños materiales en accidentes, y que es financiada por las compañías de seguros de autos en Estados Unidos, encontró que el conductor de un vehículo con buena calificación en las pruebas de choque tiene menos probabilidades de morir en un choque frontal que un conductor en uno con mala calificación.
Está demostrado que el sólido desempeño en la prueba de colisión frontal del lado del conductor se traduce en grandes reducciones en el riesgo de fatalidad, más aún si se considera que los choques frontales representan alrededor de una cuarta parte de los incidentes.
Dicha prueba de superposición pequeña del lado del conductor y del pasajero está diseñada para replicar lo que sucede cuando la esquina delantera de un vehículo choca con otro vehículo o con un objeto como un árbol o un poste. Este tipo de prueba es especialmente desafiante porque a menudo no hay impacto directo con el riel del bastidor del vehículo y, por lo tanto, el compartimiento de los ocupantes y otras estructuras deben manejar la mayor parte de la energía del choque.
Mientras que la prueba de superposición moderada involucra el 40 por ciento del ancho del vehículo, en las pruebas de superposición pequeña solo el 25 por ciento del vehículo choca con la barrera
¿Cómo es la prueba de choque de un auto?
Durante la prueba de choque, el vehículo viaja a 65 km/h hacia una barrera rígida, con un maniquí colocado en el asiento del conductor que representa a un hombre de tamaño medio. Según la cantidad de intrusión en el comportamiento de los ocupantes, las mediciones de predicción de lesiones recopiladas del maniquí y la evaluación de los ingenieros de qué tan bien las restricciones controlaron el movimiento del maniquí durante el choque, es que se determinan las clasificaciones.
Cuando comenzó el programa de superposición pequeña, con la prueba del lado del conductor, solo alrededor del 10 por ciento de los vehículos que el Instituto evaluó obtuvo una calificación buena, mientras que el 40 por ciento recibió una calificación deficiente. Hoy en día, prácticamente todos los vehículos probados obtienen una buena calificación tanto en las pruebas del lado del conductor como del lado del pasajero.
Para determinar cómo ese progreso está afectando el riesgo de colisión en el mundo real, los investigadores cotejaron las cifras de los conductores que estuvieron involucrados en colisiones frontales entre 2012 y 2020.
Así fue como se calculó la cantidad de muertes de conductores por total de accidentes frontales informados por la policía para cada clasificación y ajustaron los resultados según el tipo de vehículo, el peso en vacío y la demografía del conductor.
Considerando estos datos, el IIHS determinó que un conductor en un vehículo con buena calificación tiene un 12 por ciento menos de probabilidades de morir en un choque frontal que un conductor en uno con mala calificación. Una calificación aceptable se asoció con un 11 por ciento menos de riesgo de morir, mientras que una calificación marginal se asoció con un 5 por ciento menos de riesgo, en comparación con una pobre.