Liga turca, al rojo vivo; la nueva casa de Edson Álvarez
El mediocampista mexicano vivirá una nueva aventura en su equipo, el Fenerbahçe, el cual estuvo cerca de abandonar la liga el año pasado.


Turquía es un país excepcional por su ubicación geográfica. Umbral entre dos continentes, su pueblo es único en el mundo por la fusión entre Europa y Asia. Su futbol también. Una simple búsqueda en internet es suficiente para conocer un poco de la manera en la que se experimenta este deporte en aquel país. Estadios atiborrados de gente, tifos gigantes que hacen referencias al Juego del Calamar, bengalas rojas y humo brotando que simulan un verdadero infierno en la Tierra, son parte de la cultura futbolística turca.

Desde hace más de una década, ilustres jugadores como Didier Drogba, Wesley Sneijder y Fernando Muslera probaron suerte en la liga de Turquía. Edson Álvarez se unirá a los mencionados anteriormente y a sus connacionales, Sergio Almaguer, Antonio De Nigris, Giovani Dos Santos y Diego Reyes como los únicos mexicanos en dicho futbol.
Dirigido actualmente por el mítico José Mourinho, el Fenerbahçe estuvo envuelto en un escándalo que sacudió al futbol turco el año pasado. El 17 de marzo, en un partido que le ganaron al Trabzonspor, se armó una trifulca en la que hinchas radicales de este último equipo invadieron el campo y atacaron a jugadores del Fenerbahçe. La respuesta del club de Estambul también provocó indignación.
Miembros de la plantilla como Batshuayi, Osayi y Oosterwolde fueron captados por las cámaras propinando golpes a los hinchas rivales; el tercero de ellos le aplicó una patada en la cabeza a un aficionado que ya se encontraba en el suelo siendo atacado.

A primera hora de la mañana siguiente, las máximas autoridades del futbol de Turquía emitieron un comunicado para condenar los hechos, lo mismo que Gianni Infantino, presidente de la FIFA. A su vez, el Fenerbahçe también compartió su mensaje oficial en donde no descartaban abandonar la Primera división y descender voluntariamente a la liga de ascenso.
Los ánimos estaban tan airados, que dos semanas después la dirigencia del equipo de Estambul convocó a una asamblea masiva de emergencia en su estadio, el Şükrü Saraçoğlu, para votar si abandonaban la Süper Lig turca. Cerca de 25 mil aficionados acudieron al llamado; pospusieron las votaciones y eventualmente el equipo mantuvo su permanencia.

La batalla campal se presentó tan sólo tres meses después de que el presidente del Ankaruguçu bajara de su palco al terreno de juego para golpear en la cara a un árbitro. Faruk Koca, el dirigente que cometió la agresión sobre Halil Umut Meler, quien acabó en el hospital, fue suspendido de por vida de toda actividad relacionada con el futbol.
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El mismo presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdoğan, declaró al respecto: “El deporte significa paz y hermandad. El deporte es incompatible con la violencia. Nunca permitiremos que haya violencia en los deportes turcos”.
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