Cruz Azul

Uriel Antuna se niega a firmar playeras del América y de Chivas

Al final del encuentro ante Camerún, el atacante de la Selección se quedó a firmar algunas playeras; sin embargo, ignoró aquellas de los equipos rivales.

Ciudad de México
David Leah

El último encuentro de preparación, previo a la primera gran prueba de fuego para Diego Cocca terminó. Un empate 2-2 entre La Selección de México y Camerún que lejos de despejar dudas, dividió opiniones respecto al desempeño del Combinado Nacional y generó diversos cuestionamientos por los torneos que se avecinan.

Sin embargo, dentro de los diferentes elementos que pisaron el Snapdragon Stadium, hubo uno que constantemente propuso un ritmo diferente, que encaró por banda derecha y que diferente a lo que la gran mayoría llega a pensar (basado en las opiniones que inundan las redes sociales) marcó una tendencia en cuanto a peligro en el área rival, Uriel Antuna.

El jugador perteneciente a Cruz Azul fue el encargado de producir, estadísticamente, la mayor cantidad de oportunidades de gol para el Conjunto Tricolor, y aunque si bien, los centros que envió a sus delanteros no lograron llegar a buen término, al menos en el partido contra el conjunto africano, demostró una cara diferente que la habitual con los Cementeros.

La interacción de Antuna con la afición

Al finalizar el partido, Uriel se tomó el tiempo para firmar las playeras de algunos aficionados presentes en el complejo, acto, que a diferencia de otros futbolistas, tuvo un particular sentido, pues no se mostró de igual manera ante todos aquellos que le pidieron su autógrafo.

El joven extremo se limitó únicamente a atender a aquellos quienes portaban la remera, ya fuera de Cruz Azul o de la Selección, mientras que los aficionados con playera, en este particular caso, del América y las Chivas se vieron ignorados y sin la oportunidad de obtener la firma de Antuna.

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Esta acción originó múltiples reacciones por parte de los fanáticos en general del Fútbol Mexicano, y es que mientras aquellos aficionados a la Máquina vieron lealtad en su manera de interactuar, aquellos ajenos a la institución, la calificaron como una actitud que no merece un aprobación alguna.