Tres veces “Kiricocho”, buenas y malas noticias.
Se cuenta que, por el ya lejano año de 1982, el club de Estudiantes de la Plata contaba con un aficionado muy particular, pues cada vez que este hincha se apersonaba en el entrenamiento del conjunto Pincharrata, algo desafortunado ocurría. Fallas frente al marco, derrotas y hasta lesiones de jugadores platenses. Las coincidencias eran tan recurrentes, que el rumor llegó a la dirección técnica de Carlos Bilardo, quien ese entonces comandaba al equipo. Como si se tratara de una superstición, Bilardo contactó al aficionado y le solicitó que fuese a recibir a cada uno de los rivales de Estudiantes, con la finalidad de transmitirles su mala fortuna.
Kiricocho, como se le conocía a este personaje, no tuvo inconveniente en aceptar la petición del entrenador. Ya sea por buen futbol, coincidencia o destino, ese mismo año Estudiantes se coronó campeón del Torneo Metropolitano y curiosamente, el único partido que perdió fue cuando Kiricocho no pudo ir a recibir a Boca Juniors. La historia de Kiricocho recorrió el mundo y el día de hoy es común encontrar algún futbolista que menciona el mote de Kiricocho esperando provocar la falla de algún rival.
En esta jornada de repechaje, estoy seguro de que, desde las tribunas del Estadio Azteca hubo más de un aficionado celeste que, al menos en tres ocasiones gritó Kiricocho de manera previa a un penal necaxista. De manera sufrida y apelando a ritos, cábalas y un portero inspirado, Cruz Azul logró clasificarse para la liguilla por el título del futbol mexicano.
Además del pase a la fase final, la buena noticia para el conjunto celeste es haber encontrado seguridad en la figura de Sebastián Jurado. Después de haberse mostrado dubitativo y falto de ritmo de competencia en algunos partidos del torneo, Jurado empieza a transmitir confianza desde los tres palos. El oriundo de Tlacotalpan, Veracruz, llegó a Cruz Azul en diciembre de 2019 y su actuación en la fase de repechaje fue, hasta el momento, su mejor actuación como guardameta celeste. Cualquier equipo de futbol que aspire que llegar a instancias decisivas, requiere un portero confiable y Jurado demostró frente a Necaxa que puede convertirse en el guardián celeste.
La mala noticia para los dirigidos por Juan Reynoso continúa siendo su poca capacidad ofensiva. Si bien es cierto que Cruz Azul presentó un ligera mejoría respecto a lo mostrado en la recta final del campeonato, la realidad es que los delanteros celestes continúan apagados. Iván Morales estrelló un balón en el poste y Santiago Giménez falló una oportunidad clarísima con el marco abierto. Como fue la tónica de todo el campeonato, el gol salvador provino de un lateral, Juan Escobar. En esta ocasión alcanzó para llegar a la definición por penales, pero la cantidad de goles continúa siendo muy baja. En los últimos diez partidos de liga el equipo azul únicamente ha celebrado dos tantos en una ocasión. Los delanteros celestes deben afinar la mira de cara a los cuartos de final o el torneo podría terminar de manera prematura.
El plantel tendrá pocos días para consolidar su muralla defensiva y pulir la efectividad de sus atacantes para enfrentar a Tigres en los Cuartos de Final. El desafío luce complicado, por lo que, además del trabajo en la semana no estaría de más que pudieran mandar a un Kiricocho a San Nicolás si desean avanzar a la semifinal.