Máquina averiada a la mitad del camino
Para Cruz Azul, la semana pasada se había señalado como una de las más importantes en el semestre, pues se disputarían el pase a la final del torneo de CONCACAF y también, la posibilidad de colocarse entre los primeros cuatro lugares de la competencia, ante un rival histórico que atravesaba por un mal momento. Sin embargo, la máquina celeste se atascó a la mitad del camino y no fue capaz de marcar un solo gol entre ambos encuentros, quedando fuera del torneo continental y complicando su panorama en la liga.
El equipo dirigido por Juan Reynoso perdió la brújula y el torneo que tuvo un inicio alentador se ha contagiado de pesimismo. Actualmente, el equipo marcha en sexto lugar, con 21 puntos. Sin embargo, 10 puntos (equivalentes al 47%) fueron cosechados durante las primeras cuatro fechas del campeonato. Mientras que, tuvieron que disputarse diez encuentros más (de los cuales, perdió la mitad), para conseguir los 11 puntos restantes.
El rendimiento del equipo ha ido a la baja y puede atribuirse a las siguientes causas:
· Localía débil: El conjunto celeste no ha conseguido hacerse fuerte en casa. Inició fuerte, ganando sus primeros dos encuentros jugando de local. Sin embargo, algo se descompuso en el camino. Ha perdido cuatro de los últimos seis partidos que ha jugado en el Coloso de Santa Úrsula. La última derrota fue ante las Chivas de Guadalajara, un rival que al menos en papel lucía accesible, pues llegaban con una sola victoria en los últimos nueve encuentros y con un técnico interino. En CONCACAF, la plantilla celeste fue incapaz de hacer valer la localía y marcar el gol que le diera el pase a la final del torneo.
· Poca pegada: Entre los últimos cinco partidos (4 de liga y 1 de CONCACAF), únicamente han podido celebrar dos anotaciones; es decir, un promedio menor a medio gol por partido. Por si esto fuera poco, el equipo se ha quedado sin ideas de cómo atacar a los rivales. Frente a las Chivas únicamente tuvieron un disparo a puerta en todo el encuentro. Así es muy difícil marcar y sumar puntos.
· Apatía e inseguridad: En cualquier actividad humana, el talento es fundamental para cosechar el éxito. Sin embargo, por momentos, la disciplina, la constancia y la entrega, pueden compensar alguna diferencia en el talento. Salvo el caso de Ignacio Rivero, el resto de la plantilla se ha mostrado nervioso y hasta apático. Se habría esperado una reacción intensa ante los Pumas en la semifinal de vuelta, buscando dar una vuelta al marcador adverso, pero ésta nunca llegó.
· Disputas a nivel directivo y extra cancha: Nadie cuestiona que los jugadores y cuerpo técnico son un conjunto de profesionales que tratan de rendir sin importar lo que ocurra en su entorno. Sin embargo, también es cierto que, antes de futbolistas, son personas. El cambiar de Dirección Deportiva a mitad del torneo, puede traducirse en incertidumbre entre los jugadores, especialmente aquellos cuya reciente llegada al club fue negociada por unas personas que ahora ya no están en la institución.
Lo mismo ocurre cuando un integrante del cuerpo técnico, con quien entrenan todos los días, es detenido por las autoridades como parte de un proceso judicial, tan solo unos momentos antes de disputar un partido. Aun cuando exista el profesionalismo, es muy difícil que tales situaciones no afecten la concentración y rendimiento los jugadores.
El reto de enmendar el camino será mayúsculo. Estamos a tres fechas de concluir el torneo regular y Reynoso deberá recuperar la confianza de sus jugadores y encontrar variantes ofensivas que le permitan mostrar mayor peligrosidad de cara al arco rival. De lo contrario, se quedará lejos de trascender en la liguilla.