La maldición que viene tras dirigir a la Selección Mexicana
Estar al frente del máximo representativo nacional de México, no es la mejor catapulta para los timoneles.

Ocupar el banquillo del Tricolor parece haberse convertido en un reto con consecuencias inesperadas. Los últimos cuatro directores técnicos que tomaron las riendas de la Selección Mexicana se encuentran actualmente sin equipo, una situación que refuerza la teoría de que el puesto puede ser más un obstáculo que un trampolín en la carrera de un estratega.
Juan Carlos Osorio, quien dirigió al combinado nacional en el Mundial de Rusia 2018, tuvo su última experiencia con Xolos de Tijuana, donde permaneció por 34 partidos en la temporada 2024-25 antes de ser destituido dejando al equipo en los últimos lugares.
Igualmente, Gerardo Martino, su sucesor y el encargado del equipo en Qatar 2022, tuvo un paso prolongado con el Inter Miami, donde dirigió 67 encuentros hasta su salida en la presente campaña.
Por otra parte, Diego Cocca, quien apenas duró unos meses al frente de la selección en 2023, intentó recomponer su camino con el Real Valladolid en España, aunque su estadía se limitó a solo ocho compromisos antes de dejar el cargo.
De igual modo, Jaime Lozano, el más reciente en abandonar el banquillo nacional tras la Copa América 2024, no ha encontrado una nueva oportunidad tras su gestión de 21 partidos con el conjunto azteca.
Finalmente, los cuatro estrategas comparten una característica en común: tras su paso por el cuadro mexicano, no han logrado consolidarse en otros proyectos. Esto abre el debate sobre si la presión y exigencia de dirigir al equipo nacional terminan afectando la trayectoria de quienes aceptan el desafío.
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