Inferiores de Pumas: Títulos, talento, pero una brecha que no se cierra con el primer equipo

La cantera de Pumas volvió a dar señales de vida este sábado 6 de diciembre, cuando la Sub-21 del club se proclamó campeona del Apertura 2025. Un nuevo logro que se suma a una serie de buenos resultados en divisiones inferiores y que confirma que el talento juvenil en la institución sigue produciéndose con naturalidad. Las vitrinas de las categorías formativas continúan llenándose, al mismo tiempo que resurgen preguntas sobre el futuro inmediato de esos jóvenes dentro del club.

El éxito de la Sub-21 no es un hecho aislado, sino parte de una tendencia que se ha reafirmado en los últimos años. La Sub-20, por ejemplo, presume un campeonato en 2022 y un subcampeonato en 2012, además de logros internacionales como la Copa Dosnotic en España (2013) y la CI Cup en Colombia (2022). En categorías aún más jóvenes, la Sub-17 mantiene un historial destacable, con títulos en el Clausura 2019 y el Clausura 2025, y varios subcampeonatos recientes. Incluso la Sub-18 levantó un trofeo en diciembre de 2023 tras vencer a Monterrey en la final.

Los resultados, por sí mismos, hablan de una estructura formativa que sigue siendo competitiva y capaz de sostener proyectos campeones. El trabajo en fuerzas básicas continúa siendo uno de los pilares del club, tanto en lo técnico como en la identificación de perfiles que se adaptan al estilo histórico de la institución. Pumas mantiene una producción constante de talento, con plantillas jóvenes que logran imponerse en contextos nacionales e internacionales.

Sin embargo, más allá de los trofeos, el fenómeno que atraviesa Pumas va en otra dirección: la desconexión entre lo que sucede en categorías inferiores y lo que termina reflejándose en el primer equipo. Aunque las fuerzas básicas mantienen un rendimiento destacado, cada vez son menos los nombres que logran consolidarse en la Liga MX con la camiseta auriazul. El contraste entre los logros juveniles y la proyección profesional se ha convertido en una constante.

Esta brecha no solo llama la atención por la tradición del club como semillero, sino porque contrasta con épocas en las que los canteranos marcaban el rumbo del equipo y hasta de la selección nacional. Hoy, pese al buen momento de sus inferiores, la transición parece estancada. El talento existe, los resultados lo respaldan, pero la ruta hacia el primer equipo no está ofreciendo las mismas oportunidades ni continuidad que en otros ciclos.

Mientras Pumas siga sumando títulos en fuerzas básicas, la expectativa sobre un resurgimiento del modelo de cantera permanecerá latente. Los resultados recientes son un recordatorio de que el material humano está ahí; el reto, como desde hace varios años, será convertir ese capital deportivo en figuras capaces de consolidarse en Ciudad Universitaria y devolver al club la identidad que durante décadas lo distinguió.

¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí