Cruz Azul venció a Pumas 1-0 en la jornada 11 del Clausura 2023

Después de las altas temperaturas que habían sofocado a la Ciudad de México en los últimos días, el frío clima y un cielo gris se hicieron presentes en el Estadio Azteca, casi que presagiando la debacle de Pumas y haciendo todavía más oscuro su panorama en este Clausura 2023.

Los universitarios llegaron a este duelo con una victoria en sus últimos ocho partidos, victoria que se dio contra Mazatlán, el peor equipo de esta temporada. Ante un Cruz Azul en reconstrucción que le pidió al mítico “Tuca” volver a ponerse el traje de entrenador, poco y nada pudieron hacer los dirigidos por Rafael Puente Jr., que parece tener los días contados en el club.

En los primeros minutos ambos equipos resignaron la pelota. Ninguno se hacía del dominio del balón y las jugadas más peligrosas fueron apenas destellos fugaces de acciones individuales, como los intentos de Uriel Antuna que quedaron en eso, meros intentos, aunque era evidente que el 7 era quién más le ponía sangre a su equipo para tratar de abrir el marcador.

El mayor peligro de Pumas en el primer tiempo, por decir algo, fue producto de la pelota parada en tiros libres y córners, pero cada uno de los balones no tuvieron como destino el arco de Corona; se estrellaban en el muro defensivo o se iban a las gradas.

Cada vez que un “¡Goya, Goya!” de los visitantes se escuchaba, era aplacado de inmediato por la afición celeste, y así sin más, culminó la primera parte.

Al comienzo del segundo acto, la Máquina se volcó sobre el campo rival para destrabar el empate, y Rodolfo Rottondi tocó la puerta con un potente remate de fuera del área que despejó bien el arquero auriazul; después de eso, más de lo mismo.

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El medio campo de ambos equipos corría, pero no pensaba y el arco de Sosa y Corona parecía muy lejano, hasta el 67.

Rottondi, el que mostró más fervor en el segundo tiempo, se adentró al área y sacó un zurdazo raso al primer poste de Sosa, pero el balón se estrelló en el metal.

El tiempo se fue diluyendo, faltaban 5 minutos para el final de los 90 reglamentarios, cuando Escoboza conectó un centro de Rivero con una potente volea y finalmente obtuvieron el premio al ímpetu.

La Máquina encontró un rayo de luz entre todas las nubes, pero días grises se viven en el Pedregal, y parece que las cosas seguirán de esa manera.