Crónica de una eliminación anunciada. Seis causas del fracaso celeste
Cambios en el plantel: Sólo tres futbolistas (Escobar, Domínguez y Rivero) que iniciaron el partido definitivo ante Santos Laguna, iniciaron también el partido de vuelta de los cuartos de final en el Estadio Universitario. Es decir, en poco menos de un año, hubo ocho modificaciones en el once inicial. Dicho de otro modo, se trata de una plantilla muy diferente a aquella que logró el campeonato en mayo de 2021.
Por si fuera poco, los cambios no se reducen a los nombres en la alineación inicial. Los jugadores que llegaron al plantel o que asumieron un mayor rol, no lograron compensar la cantidad de asistencias y goles que generaban aquellos que se fueron.
Problemas internos: Las reglas no escritas de cualquier equipo profesional señalan que la hermeticidad al interior del vestidor es sagrada. Las diferencias deben resolverse sin involucrar a personas ajenas al equipo. En este sentido, difícilmente se sabrán los motivos que del distanciamiento entre el Cuerpo Técnico y Rómulo Otero, mismos que derivaron en la nula participación del venezolano en la recta final y fase decisiva del campeonato. Pero lo innegable, es que en un contexto carente de ideas ofensivas, problemas internos privaron a Cruz Azul de contar con un elemento de selección nacional cuyo atributo es la generación de futbol ofensivo.
Problemas a nivel extra cancha: Las constantes disputas legales que rodean la cooperativa y por consiguiente, el manejo del equipo de futbol, terminan por contaminar el ambiente del plantel. Cuerpo Técnico y jugadores son profesionales y tratan de concentrarse en dar resultados en la cancha. Sin embargo, antes que futbolistas también son humanos y la inestabilidad del entorno termina por afectar. Es entendible que la abrupta salida de Álvaro Dávila y su equipo en la Dirección Deportiva, genera incertidumbre entre los jugadores recién llegados y que fueron traídos y negociados por el mismo Dávila. Lo mismo de aquellos futbolistas que estaban negociando alguna renovación.
Lo mismo ocurrió cuando Joaquín Velázquez, auxiliar de Juan Reynoso y con quien el plantel entrena todos los días, fue detenido por la policía cuando el equipo se dirigía a disputar un partido en el Estadio Azteca. Aun cuando los jugadores pretendan ser profesionales, es entendible que el contexto genere desconcentraciones.
Falta de compromiso de algunos elementos: Guillermo “Pol” Fernández, quien originalmente se enfilaba a ser uno de los líderes y responsables de cargar con el ataque cementero, pidió un permiso especial para ausentarse a principio de torneo y para la fecha tres, notificó que no regresaría al club. Mientras que, Bryan Angulo reportó tarde a la pretemporada y hacia finales de marzo, después de once jornadas transcurridas en liga y a mitad de un torneo continental, llegó a un acuerdo para jugar con el mítico club Santos de Brasil. Y de esta forma, abandonó la institución celeste a la mitad del campeonato, cuando había sido el delantero titular en ocho de once juegos.
Planes de contingencia: En el futbol, como en la vida misma, una de las claves para alcanzar el éxito es tener un plan y apegarse al mismo. Las bajas de Fernández y Angulo alteraron de manera significativa la planeación del equipo. La Dirección Deportiva del club trató de hacer frente a las bajas de Fernández y Angulo, logrando las contrataciones del paraguayo Ángel Romero y el chileno Iván Morales. Sin embargo, llegaron al plantel una vez iniciado el campeonato. No pudieron hacer pretemporada con el club y el proceso de adaptación resulta más tardado y complicado. Se trata de futbolistas talentosos que quizás en un futuro podrían reglar muchas alegrías al club, pero si su llegada hubiera sido con una mayor planeación, muy probablemente habrían tenido una mejor adaptación.
Poca imaginación: Se acabó el torneo para la Máquina Celeste y ni Juan Reynoso en la banca, ni los jugadores en el campo, encontraron maneras para ofender a los rivales. El funcionamiento del equipo se volvió predecible y carente de variantes. Los canales eran tres: 1) Buscar algún contragolpe que pudiera explotar la velocidad de Antuna, 2) Alguna genialidad de Romero y que sus compañeros pudieran concretar y 3) Jugadas en táctica fija (10 de los 20 goles anotados en el torneo, fueron por esta vía). Se agotaron las ideas ofensivas.
Directiva, Cuerpo Técnico y jugadores deberán atender estas seis causas si desean trascender en el próximo torneo.