Antonio ‘La Tota’ Carbajal: “Me retiré hace 52 años y todavía me recuerdan”
El histórico guardameta mexicano reflexionó sobre su trayectoria y sus hazañas con ‘El Tri’ en dos ocasiones con AS. La primera, en 2019. Después, en 2021.
Un día negro para el fútbol mexicano. Antonio ‘La Tota’ Carbajal, el primer ‘Cinco Copas’ en la historia, legendario guardameta de la Selección Mexicana y el Club León, el eterno portero que atajaba sin guantes en las manos, falleció a los 93 años de edad. Un gran pedazo del balompié nacional e internacional se marchó con Carbajal, uno de los ídolos primigenios para la afición, un personaje central en la mitología del fútbol a lo largo del país y más allá.
Fueron muchas las leyendas que rodearon la carrera de Carbajal, recordado, entre tantas cosas, por ser haber disputado cinco Copas del Mundo consecutivas: de Brasil ‘50 y Inglaterra ‘66. El anecdotario es infinito. Sus ojos atestiguaron, sí, derrotas estruendosas de la incipiente Selección Mexicana en el gran escenario, pero también contribuyó sobremanera a la lenta evolución del fútbol nacional que logró su cénit con el triunfo frente a Checoslovaquia en el Mundial de Chile ‘62, bajo la batuta de Ignacio Trelles. A pesar de la carga de memoria y años, Carbajal siempre se mantuvo lúcido, con una memoria privilegiada, fresca y entregada a la que fue su gran pasión. Y, ante todo, agradecido porque su nombre haya permanecido intacto al paso del tiempo. “Me retiré hace 52 años y todavía me recuerdan”, se congratulaba.
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Carbajal compartió sus recuerdos en AS dos veces: en 2019 y 2021. La primera, a razón de una campaña que llevaba por nombre #ElASMexicano, en la que reseñamos la trayectoria de los deportistas nacionales más exitosos de todos los tiempos y nuestros lectores eligieron a su preferido a través de nuestras redes sociales. La segunda, en 2021, en la previa de un duelo entre amistoso entre México y Gales, en Cardiff, en recuerdo del primer triunfo moral del ‘Tricolor’: el punto extraído frente a los británicos en el Mundial de Suecia ‘58, con gol de Jaime Belmonte.
“Es una satisfacción enorme estar considerado entre los mejores atletas en la historia del deporte en México. Me retiré hace 52 años, y gracias a lo que hice, todavía me recuerdan. Eso es muy agradable. Las cosas hay que ganárselas, antes no había lo que hay ahora en cuanto a entrevistas, periodismo, etcétera, la televisión empezaba, y las entrevistas por radio se interrumpían a cada rato. La satisfacción que le queda a uno es que no fue en vano lo que hiciste, me siento orgulloso”, dijo a AS en 2019. “No es fácil participar en unos Juegos Olímpicos y en cinco Mundiales de fútbol. Son muchos años de tener una carrera constante. Le debo todo esto a mi entrenador, obviamente a los porteros de mi época porque ellos también querían sobresalir y esa lucha te ayudaba a mantenerte en buen nivel”, agregó.
“Le dimos ‘pamba’ a Belmonte”
El partido frente a Gales en Solna es un pasaje central en el imaginario colectivo del fútbol mexicano. Así lo recordó ‘La Tota’, quien lo vivió con mucho nervio en la portería: “Híjole, fue hace muchos años. Todos los juegos en los que participé los viví con mucha intensidad. Pero mucha, exagerada quizá. Ése no fue la excepción. Siempre me tomé el papel demasiado en serio, como debe ser. Me dio un gusto tremendo. Fue el primer punto que sacamos, algo muy importante (...) A Belmonte le dimos una ‘pamba’ en el vestidor (ríe), pero de amistad, eh”.
Su partido preferido, no obstante, fue el que tomó parte cuatro años después, en Viña del Mar. Aquella gloriosa tarde del 7 de junio de 1962. A pesar del resultado, histórico a favor del ‘Tri’, hubo pura camaradería entre ambas escuadras al término del encuentro, relata ‘La Tota’. Una cena para limar asperezas: “El de Checoslovaquia fue el juego que más me gustó, porque nadie daba nada por nosotros (3-1 a favor de México). Los checoslovacos fueron muy gentiles después del partido. Nos atendieron de maravilla. Nos invitaron a comer. Por ejemplo, a mí me invitaron los porteros. La pasamos muy bien. Me gustó convivir con ellos, aunque no entendía mucho de lo que decían. A puras señas nos comunicamos”.