El partido que evitó el fichaje de Lionel Messi con el Espanyol de Barcelona
Fue un 16 de octubre hace 20 años cuando el campeón del mundo debutó con el Barcelona. Casi un año después estuvo muy cerca de salir del club.
Un 16 de octubre de 2004, el mundo del futbol no volvió a ser el mismo. Lionel Messi debutó en un partido oficial con el Barcelona en un duelo ante el Espanyol, rival de la ciudad y equipo donde curiosamente pudo terminar, pero ‘un golpe de suerte’ y un capricho del destino lo tienen hoy calificado como la máxima leyenda en la historia del club blaugrana.
Lionel Messi se quedó a 90 minutos de ser jugador del Espanyol, ¿Cómo? El argentino estuvo a unos instantes de jugar con los Periquitos, pero el trofeo Joan Gamper lo impidió. Fue un cotejo llenó de magia ante la Juventus que se llevó a cabo la tarde del 24 de agosto de 2005. Antes de esa fecha, el cuadro culé tenía en mente prestar a Messi para que se curtiera más en el futbol español, donde casi no tenía actividad, pues sólo acumulaba nueve partidos con el Barcelona desde su debut, el 16 de octubre del 2004, precisamente contra el Espanyol.
El club tenía sus motivos para desprenderse de Messi. Desde 1998 se le diagnosticó un déficit parcial de hormona del crecimiento; a sus 9 años sólo medía 1.27 centímetros, lo que le complicó su proceso dentro de la institución, debido a la nula complexión física que presentaba. “Quédate tranquilo, un día vas a ser más alto que Maradona, no sé si mejor pero sí más alto”, así se lo prometió el endocrinólogo Diego Schwarzstein, motivo por el cual los Periquitos veían la chance de tener entre sus filas al delantero nacido el 24 de junio de 1987 en Rosario, Argentina.
El partido que cambió su vida
Se vivía el año 2005, Josep Manel Casanova era el encargado de las fuerzas básicas del Espanyol, mientras que Bartolomé Márquez López, fungía como entrenador. Estos dos personajes tenían un plan: fichar a Lionel Messi, aunque sólo fuera por un año a préstamo. “Era un lujo de futbolista”, fueron las palabras de Márquez, quien ya soñaba con incluir al argentino en su equipo, pues en esos momentos la presencia de delanteros de la talla de Ronaldinho y Samuel Eto’o privaban de minutos al crack argentino.
Los rumores se esparcieron. Lionel Messi ya sabía que tenía un pie fuera del equipo y su única petición fue no salir de la Ciudad Condal. El Espanyol esperaba el sí del Barcelona antes del cierre de fichajes del verano de 2005. La cuestión fue que en tan sólo 90 minutos, La Pulga mostró al mundo su gran potencial y la transferencia se vino abajo.
Aquel 24 de agosto del 2005, en ese trofeo Joan Gamper ante la Juventus, Messi salió como titular, haciendo un tridente ofensivo con Henrik Larsson y Ronaldinho. El argentino maravilló a más de 90 mil personas en el Camp Nou y a todo el mundo. Nadie daba crédito a que un chaval, un pibe de 18 años driblara a futbolistas de la talla de Fabio Cannavaro, Patrick Vieira y Alessandro del Piero como si estuviera jugando en las calles de su barrio. Se dice que incluso dejó boquiabiertos a elementos como Zlatan Ibrahimovic, Deco y hasta a Rafa Márquez.
Messi puso un pase de gol para Andrés Iniesta y salió del terreno de juego al minuto 90, dejando su lugar al francés Ludovic Giuly. El duelo terminó 2-2 y la Vecchia Signora lo ganó en penaltis. Lo que no pidieron llevarse fue a Messi, pues incluso la Juventus buscó sus servicios tras ese partido.
En palabras de Capello
“Durante toda mi vida nunca he visto un jugador con esa personalidad y calidad con sólo 18 años. Ese chico puede hacer lo que quiera con la pelota. Esta noche ha estado excepcional, ha jugado de esa manera contra algunos de los mejores jugadores del mundo”, dijo con admiración Fabio Capello, en ese entonces técnico de la Juve. “Lo que ha hecho este chico sólo se lo he visto a hacer a Maradona con el Nápoles. Es un fenómeno”, agregó.
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