Benjamín Mora: “Que vuelva a dirigir en México depende de muchos factores”
El entrenador bajacaliforniano reflexionó sobre su etapa en Atlas, su periodo de inactividad, y la ausencia de técnicos mexicanos en la Liga MX y el extranjero.
La iniciación de Benjamín Mora en la Liga MX no fue la más sosegada. Multicampeón en Malasia, pedía a gritos una oportunidad en México desde hace varios años, cuando el sudeste asiático ya comenzaba a parecerle pequeño. Atlas lo eligió como el reemplazo de Diego Cocca, autor del histórico bicampeonato rojinegro, quien marchó con rumbo a Tigres (y, ulteriormente, a la Selección Mexicana). Mora tenía un gran encargo (y legado) ante sí. La estadía fue turbulenta: 13 victorias, 15 empates y 13 derrotas, 54 goles a favor y 51 en contra. Altas y bajas, críticas y halagos. En el Clausura 2023, Atlas clasificó a la Liguilla vía repechaje, en el 9° sitio de la clasificación, y sólo sucumbió en los cuartos de final, frente a las archirrivales Chivas, por medio del criterio de mejor posición (1-1 global). El Apertura 2023 concluyó sin él en el banquillo: tras derrota a manos de Tijuana, en la jornada 14, Mora fue destituido.
Hoy, tres meses y medio después del tsunami, el bajacaliforniano aprovecha del tiempo para reformarse. Para cultivarse, aún más. Estudia, reconecta con su familia, pinta, corre y, claro, ve fútbol. Mucho fútbol. Aprende a la distancia de Xabi Alonso, Míchel, Roberto De Zerbi. Observa de cerca a la MLS, donde tiene conocidos que laboran en ella. Sin embargo, Mora no está seguro de obtener una segunda oportunidad en la Liga MX, aunque no pierde esperanza. “Es un tema muy difícil. ¿Qué tan seguro estoy? No lo estoy, porque no depende mí. Cuando uno tiene el control de las cosas, que realmente no tenemos el control de nada, nos cuesta trabajo tener certeza de lo que pueda pasar. Que vuelva a dirigir en México depende de muchos factores: que haya un proyecto serio, que requiera de mis servicios, y que piense que pueda ayudarle. Estoy en disposición total de hacerlo en breve. Ya, ahora mismo”, expresó en entrevista con AS, intenso, café en mano, brazos abiertos y puño cerrado.
Mora considera su época en Atlas como “decorosa” y niega interferencias o presiones para hacer su trabajo, pese a la baja de tres piezas clave durante su gestión para afrontar el segundo torneo del año (Ozziel Herrera, Julián Quiñones y Julio Furch). “Jamás hubo ninguna incomodidad. Tengo una relación excelente con Grupo Orlegi y se va a mantener así, porque los dos fuimos respetuosos, éticos, y humildes para aceptar nuestras deficiencias y construir desde ahí”, zanjó. Pese a ello, el puesto de entrenador de Santos Laguna terminó en mano de Ignacio Ambriz y no en las suyas. Mora no lo lamenta: “Estoy muy contento de que ‘Nacho’ haya sido elegido. Siento que era muy pronto volver a un equipo del mismo grupo. No me buscaron para esa plaza. Ambas partes necesitamos nuestro espacio para renovar situaciones y se intenten otras cosas para después volvernos a unir en un proyecto. Me encantaría, pero era muy pronto. Veo sano que así haya pasado”.
El exentrenador del loado Johor Darul Takzim de Malasia sí que tiene una visión crítica sobre la estructura formativa del fútbol mexicano. La falta de técnicos nacionales en la Liga MX es el ejemplo reciente más notorio. La reticencia a apostar por proyectos ‘de casa’. Y eso se extrapola a otras deficiencias en diversas aristas que trascienden al fútbol. “Es un problema de cultura de nuestro país. Creo que nos hemos acostumbrado a pensar que somos suficiente para nosotros mismos”, analiza Mora. “Creo que en México tenemos la cultura del ‘no pasa nada’. Medio me preparo, medio te doy la oportunidad, medio hago mi trabajo profesional. Hemos caído en una mediocridad. Todos, como gremio y como cultura de no sobresalir y no utilizar todo el poder que tenemos. No le echo la culpa a los directivos, a los promotores, a los medios, a nadie. Solamente apunto que, como cultura, nos cuesta trabajo abrazarnos y confiar. También responsabilizo a los entrenadores mexicanos, que no nos hemos preparado suficientemente bien como para que confíen en nosotros (...) Hay mucho ruido. Sí, no suelen tomarse las decisiones siempre de la manera más coherente. Los entrenadores tenemos que adaptarnos a las posibilidades que tenemos en la Liga MX”, ahondó.
“Apunto que, como cultura, nos cuesta trabajo abrazarnos y confiar. También responsabilizo a los entrenadores mexicanos, que no nos hemos preparado suficientemente bien como para que confíen en nosotros”
¿Regreso a Malasia? Sólo a la Selección
A Mora no le gustaría repetir la misma experiencia en el sudeste asiático. Eso ya quedó atrás. Su enfoque está en América y Europa. Para ilustrar sus prioridades laborales, utilizó una curiosa analogía: “Manejaba un triciclo en México cuando me fui (asistente en Querétaro, Atlante, Tapachula, y a cargo de Atlético Chiapas). Allá, en Malasia, me dieron una bicicleta de carreras. Atlas me dio la oportunidad de manejar una motocicleta. Estoy en busca del automóvil. Del coche Fórmula 1. No sé si sea momento para andar otra vez en bicicleta. No considero que sea un momento para volver a esa zona. Sí dejé muy buena impresión y podría tener oportunidades. El tiempo lo dirá. Hoy me concentro en la MLS, Ecuador, Colombia, Brasil, México. Europa es el destino final. Pero sé que son los pasos que tengo que seguir”. El único escenario, un equipo nacional. Mora se postula: “No descarto volver a Malasia, por lo que representa para mí, hablando de la Selección. Sería un reto muy importante. Mi camino va a ir paso a paso”.
Filosofía de juego: “Quiero revolucionar”
Mora se ve reflejado en los aportes de Xabi Alonso en el Bayer Leverkusen. Simeone, Guardiola y Mourinho son sus referentes. Les admira la capacidad de adaptación, la innovación táctica, la trascendencia en el tiempo. Cree en el entrenador moderno como un profesional integral, un gestor de empresa, más que un simple estratega. Descree de las formaciones. “No predico con el 4-4-2, 4-3-3. Creo en los conceptos y los principios básicos del juego. Qué es lo que necesito. Si tengo que salir jugando con la pelota, cómo lo voy a hacer, contra quién. Son roles y ejecuciones de tareas. Movimientos específicos, mecanizados, que permiten que los talentosos encuentren mejores espacios (...) Quiero revolucionar muchas cosas en el fútbol. No voy a descansar hasta lograrlo. Tengo las herramientas para hacerlo”.