Ahora la FIFA nos persigue, por otro cántico
Lo que son las cosas: en el juego ante Polonia, los fans mexicanos se aguantaron a gritarle al arquero Tomasz Szczęsny el tristemente célebre grito homofóbico, pero igualmente los están investigando por otra expresión que a la FIFA le pareció anti disciplinaria y discriminatoria.
Lo que pude revisar en la propia Federación Mexicana de Futbol es que, efectivamente, ya fueron notificados respecto a la investigación, pero “no por reincidencia en el grito de puto”, sino por un par de cánticos más: el de “culero”, expresado contra el árbitro australiano Chris Beath, después de que marcó el penalti que más tarde atajaría Memo Ochoa.
Pero, sobre todo, por el canto a lo sudamericano “el que no salte es un polaco maricón”, que se escuchó muy fuerte en el Estadio 974. De hecho, me comentan que la federación ecuatoriana también recibió la misma notificación, pues en el juego inaugural se escuchó lo mismo del salto, pero con “chileno”, en lugar de “polaco”.
En fin, a mí no me da por querer educar a nadie que no sea de mi familia. No soy de los que sacan las frustraciones en un estadio… bueno, quizá le deba una disculpa a los árbitros de mi juventud y no más.
Pero, este asunto de que sea la FIFA -la FIFA- la que elige como sede de sus Mundiales a países que no respetan los derechos humanos, que invaden a naciones pequeñas, que prefieren el dinero fácil a mandar mensajes correctos para sus consumidores o que constantemente han sido señalados por sus escándalos de corrupción, sean justamente quienes pretendan educar a los aficionados en un estadio de futbol. No puedo con eso.
Sorprendente España
No se ve muy seguido que en estos tiempos una selección le meta siete goles a otra en una Copa del Mundo. En Qatar ya van dos ejemplos, el de Inglaterra 6-2 a Irán y el de España que masacró a Costa Rica, con siete goles, sin respuesta.
Me da gusto por Luis Enrique, que ha sabido encabezar un cambio generacional que le urgía a La Furia, pero además con esa capacidad tan suya de comunicarlo todo, con alegría, un poco de picante, ingenio y decisión. Le dice a los medios lo que quiere expresar, pero luego les brinda atención, les da una palmada, les comparte sus convocatorias de formas muy curiosas y originales.
Me gusta lo que veo en el banco español. Envidia de la mala.