Víctima de trata, sin juicio y encarcelada durante 14 años: así es la historia de Ana que indigna a Yucatán
Su historia revela la crudeza del sistema de justicia y la vulnerabilidad de las mujeres indígenas ante redes de trata de personas.

Ana, una mujer maya de 34 años, ha estado en prisión preventiva por más de una década sin recibir una sentencia. Fue arrestada a los 18 años y acusada de trata de personas, un delito que ella misma sufrió desde la infancia. Sus hermanas y primas, también víctimas, luchan por su liberación.
El Centro de Reinserción Social femenil en Mérida es el lugar donde Ana ha pasado sus últimos años. Separada del mundo exterior por muros de concreto, su historia se ha perdido en la burocracia del sistema judicial. Aunque su caso podría estar registrado en distintas categorías legales, ninguna refleja su verdadera condición de víctima.
El estado de Yucatán tiene pocos casos registrados de trata de personas, pero la realidad es distinta. La mayoría de las denuncias se concentran en la capital, Mérida, mientras que en comunidades mayas como la de Ana, la explotación se oculta en la impunidad.
Desde los 14 años, Ana fue obligada a prostituirse por una pareja que la captó con la promesa de trabajo. A los 18, cuando fue arrestada, nadie creyó su historia. Sin acceso a una defensa con perspectiva de género, fue inculpada de explotar a sus hermanas menores.
Ana y sus hermanas fueron víctimas de “El clan”, un grupo que las explotó sexualmente en varios municipios de Yucatán y Quintana Roo. La joven fue obligada a firmar declaraciones que la incriminaban, y no tuvo acceso a una defensa adecuada. Carlos y Estela, los tratantes, torturaban y violaban a ella y a sus hermanas. Las obligaban a prostituirse y las sometían a condiciones inhumanas.
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Sin embargo, María, hermana de Ana, logró escapar después de dos meses de abuso. Su testimonio permitió la detención de Carlos y Estela, pero también resultó en la injusta detención de Ana, quien aún espera su sentencia mientras sus captores ya cumplieron sus condenas.
El caso de Ana ha sido revocado dos veces y está en un limbo legal. Fue defendida por el mismo abogado que representaba a sus explotadores, quienes lograron retrasar el proceso con recursos legales. Mientras tanto, Ana sigue tras las rejas.
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