Una enfermera golpeó a un niño en el IMSS, fue denunciada y los tribunales la sentenciaron con seis meses inhabilitada

Una enfermera del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) fue despedida y sancionada con una inhabilitación de seis meses tras golpear a un menor de edad que se encontraba hospitalizado. El incidente ocurrió cuando el niño, quien necesitaba una intervención quirúrgica, se mostró renuente a recibir la atención médica. Ante la negativa del menor, la enfermera, aparentemente afectada por un alto nivel de estrés laboral, tomó la decisión de golpear al paciente como una forma de reprimenda.

El caso llegó a la atención del Órgano Interno de Control del IMSS, que decidió destituir a la trabajadora por su conducta inapropiada. Además de la destitución, se le impuso una sanción de inhabilitación de seis meses para poder ocupar cualquier puesto en el servicio público. La enfermera, no conforme con la decisión, presentó un juicio de nulidad argumentando que el estrés laboral fue un factor determinante en su comportamiento, y que dicho estrés la llevó a tomar una decisión equivocada.

A pesar de la justificación presentada por la enfermera, el caso fue evaluado por el Vigésimo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito, el cual recordó que los derechos de los niños deben ser protegidos en todo momento, especialmente en lo que respecta a su integridad física y dignidad.

Los jueces subrayaron que el estrés laboral de los servidores públicos no puede ser una excusa para maltratar a los menores, ya que los profesionales de la salud tienen la responsabilidad de proteger a los pacientes, sin importar las circunstancias.

El tribunal dictó que, aunque la enfermera alegó un estado de alteración emocional debido al estrés, este no es un justificante válido para ejercer violencia física en contra de los menores bajo su cuidado. En este sentido, la sanción aplicada por el IMSS fue ratificada, y la decisión fue tomada por unanimidad de votos. La sentencia fue emitida en octubre de 2023, pero el caso llegó a la página de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) en mayo de 2024.

El incidente destaca la importancia de la formación y el manejo adecuado del estrés en los profesionales de la salud, especialmente cuando se trata de la atención a niños. En situaciones donde los pacientes son menores de edad, el personal médico debe ser especialmente cuidadoso para garantizar que los derechos del niño sean siempre respetados. A pesar de las presiones y el estrés inherentes al trabajo en hospitales, el maltrato físico no puede ser tolerado en ningún caso.

En su defensa, la enfermera alegó que su actuación fue producto de la presión que experimentaba debido a las condiciones laborales en las que se encontraba, pero el tribunal dejó en claro que ningún estrés laboral justifica el maltrato hacia los pacientes. La decisión del tribunal fue firme, dejando claro que la violencia, incluso en su forma más leve, no puede ser excusada bajo ningún concepto.

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Este caso resalta la necesidad de generar protocolos adecuados para la atención de menores en hospitales, asegurando que los profesionales estén bien preparados para manejar situaciones complicadas de manera ética y profesional. La integridad y la dignidad de los niños no deben verse comprometidas, y es fundamental que el personal de salud mantenga su compromiso con el bienestar de los pacientes en todo momento.

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