Qué es el Pez Diablo y cuál es el comportamiento de la especie que esta terminando con la mojarra en Veracruz
El pez diablo está invadiendo ríos de Veracruz y desplazando a la mojarra, provocando una crisis para pescadores. Te explicamos su comportamiento y los daños que causa.


La pesca artesanal en el sur de Veracruz atraviesa una crisis provocada por la presencia del pez diablo, una especie invasora que ha tomado los cuerpos de agua de la región y ha desplazado a especies como la mojarra y el camarón. Su rápida reproducción y comportamiento agresivo han generado una emergencia ecológica y económica para cientos de familias que dependen del río.
En zonas como “El Tortuguero”, a orillas del río Coatzacoalcos, los pescadores aseguran que hasta mil 500 ejemplares de pez diablo son extraídos cada día, sin valor comercial ni aprovechamiento alimentario. En AS México te contamos qué es esta especie, cómo llegó al país y por qué está generando estragos en los ecosistemas acuáticos de Veracruz.
¿Qué es el pez diablo?
El pez diablo, también conocido como plecostomus o loro de río, es originario de Sudamérica y pertenece a la familia de los loricáridos. Fue introducido en México como pez de ornato para peceras debido a su capacidad de alimentarse de algas, pero terminó escapando a cuerpos de agua naturales, donde se adaptó y se convirtió en una amenaza para otras especies nativas.
A diferencia de peces como la mojarra, el pez diablo posee una estructura ósea rígida, con espinas dorsales, y una piel que lo hace difícil de consumir. No tiene demanda en los mercados locales y carece de valor económico, lo que agrava su impacto en la pesca tradicional.
¿Cómo afecta el pez diablo a la mojarra y otras especies?
De acuerdo con pescadores de ríos como el Coatzacoalcos, Jaltepec y Chiquito, así como afluentes cercanos a Tabasco, la presencia del pez diablo ha provocado una disminución drástica en la captura de mojarra.
“Antes sacábamos entre 20 y 40 kilos de mojarra… ahora sólo sale pez diablo”, cuenta Aniceto Santiago Pérez, pescador de la región.
El comportamiento del plecostomus es altamente depredador. Se alimenta de los huevos de otras especies, como mojarra y camarón, e impide que estas se reproduzcan, afectando directamente el equilibrio del ecosistema.
“Donde hay pez diablo, no hay nada de mojarra. Se comen los huevecillos y los ahuyentan”, señala César Santiago Jiménez, otro pescador afectado.
Además, el pez diablo tiene la capacidad de sobrevivir hasta 24 horas fuera del agua y desplazarse por tierra corta si es liberado cerca del río, lo que dificulta su erradicación.
¿Qué medidas se han tomado para controlar al pez diablo?
A pesar del impacto evidente en los ecosistemas y la economía de la región, pescadores denuncian que no hay acciones oficiales para contener la plaga. Hasta el momento, ninguna autoridad municipal, estatal o federal ha implementado planes de control, mitigación o aprovechamiento alternativo de esta especie invasora.
“No tenemos producto ni recursos. Sólo sacamos pez diablo”, afirma Flavia Mauricio, integrante de una cooperativa pesquera en Veracruz.
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La comunidad pide apoyo técnico y económico, así como programas de intervención que les permitan recuperar sus fuentes de ingreso y restaurar el equilibrio ecológico de los ríos invadidos por esta especie.
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