Es uno de los grandes tesoros de México y se encuentra en grave peligro: qué ocurre con la isla de Cozumel
En Cozumel, el discurso empresarial en torno al supuesto progreso generado por proyectos como el Cuarto Muelle contrasta con una cruda realidad.
En Muelles del Caribe S.A. de C.V. organizaron una reunión con empresarios, entre aplausos y sonrisas, repitieron el mismo discurso de siempre: “Este proyecto traerá empleos y prosperidad para los cozumeleños”. Sin embargo, la realidad de Cozumel dista mucho de ese optimismo.
La isla enfrenta problemas estructurales: la devastación ambiental continúa, el crecimiento urbano es desordenado, la pobreza persiste pese al turismo de cruceros y, lo más alarmante, el crimen organizado se ha enraizado, especialmente en la zona portuaria, donde proliferan la trata de personas y el narcomenudeo. El supuesto desarrollo no ha llegado a San Miguelito, que sigue hundido en abandono y aguas contaminadas.
Desde que se construyó el primer muelle, las promesas de progreso nunca se materializaron. Si todo lo dicho fuera cierto, Cozumel sería el Dubái del Caribe. Pero no lo es. El desarrollo turístico ha sido extractivo, no generador de bienestar.
Cozumel es una joya natural global, con un arrecife privilegiado en condiciones únicas gracias al Parque Nacional Arrecifes de Cozumel. Aun con el deterioro evidente, la vida marina resiste. Y ese ecosistema es la verdadera riqueza: un Cozumel vivo es un Cozumel valioso.
Los datos lo confirman. El 82 % de los turistas que llegan lo hacen en cruceros, pero apenas dejan el 17 % de la derrama económica. Cada uno gasta, en promedio, solo 41 dólares. En contraste, el 18 % de los visitantes que pernoctan representan el 83 % de la derrama, con un gasto 22 veces mayor.
Apostar al turismo exprés es como comer un salbute inflado y sin relleno, mientras que el turismo de estancia es un panucho bien servido. ¿Cuál elegir? La respuesta parece obvia, pero los intereses detrás del cuarto muelle se empeñan en alimentar un modelo insostenible.
El proyecto del cuarto muelle es insostenible y engañoso. Requiere mentiras para avanzar, campañas manipuladas y voceros comprados. No busca beneficiar al pueblo ni proteger el medioambiente, sino imponer intereses privados.
Cozumel necesita inversión con visión a largo plazo, que cuide sus recursos y a su gente. Trabajo hay, pero falta capacitación para que los ciudadanos accedan a empleos dignos, formales y bien remunerados. No basta con crear empleos; hay que crear calidad de vida en un entorno saludable.
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