Descubre las claves para entender la masacre estudiantil del 2 de octubre de 1968
La frase “2 de octubre no se olvida” ha perdurado por más de cinco décadas como símbolo de resistencia y memoria.
La Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, Ciudad de México, se convirtió el 2 de octubre de 1968 en escenario de una de las tragedias más impactantes del país: la represión violenta de una manifestación pacífica del movimiento estudiantil.
Ese día, fuerzas del Estado abrieron fuego contra miles de jóvenes que exigían mayor democracia y respeto a los derechos humanos, dejando una huella imborrable en la memoria histórica de México.
Contexto internacional de 1968
El año 1968 fue convulso a nivel mundial. Movimientos estudiantiles y protestas sociales surgieron en países como Francia y Estados Unidos, influyendo en México, donde los jóvenes exigían cambios profundos en la sociedad y el respeto a sus derechos fundamentales.
El movimiento estudiantil en México
En México, estudiantes de la UNAM, el IPN y otras universidades encabezaron un movimiento que demandaba libertad política, la disolución del cuerpo de granaderos y respeto a la protesta social. Su lucha buscaba abrir espacios de diálogo y democratización frente a un gobierno autoritario.
La Plaza de las Tres Culturas: epicentro de la tragedia
Miles de personas se reunieron en la Plaza de las Tres Culturas para participar en un mitin del movimiento estudiantil. Este lugar, icónico por su historia, se transformó en el epicentro de la represión que marcaría la memoria del país.
La represión por parte del Estado
Esa tarde, las fuerzas armadas mexicanas y el Batallón Olimpia irrumpieron en la manifestación pacífica, abriendo fuego contra los asistentes. Este acto, conocido como la Masacre de Tlatelolco, se convirtió en uno de los episodios de represión más violentos de la historia moderna de México.
Víctimas y encubrimiento gubernamental
Aunque el gobierno reportó inicialmente un número reducido de fallecidos, investigaciones posteriores estimaron que murieron más de 300 personas, mientras que la cifra exacta sigue siendo incierta debido al ocultamiento de información por parte de las autoridades.
El gobierno de Gustavo Díaz Ordaz negó su participación, aunque años después se reveló la operación secreta del Batallón Olimpia y el papel del Estado en la represión.
Memoria histórica y derechos humanos
La frase “2 de octubre no se olvida” ha perdurado por más de cinco décadas como símbolo de resistencia y memoria. Cada año se realizan marchas y protestas en diversas partes del país, recordando la importancia de la democracia, la libertad de expresión y la justicia para las víctimas de Tlatelolco.
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