Así fue la única visita del papa Francisco en México
En febrero de 2016, México fue el escenario de una de las visitas papales más emblemáticas y trascendentales de la historia moderna.

El Papa Francisco realizó su primer viaje apostólico a México entre el 12 y el 17 de febrero de 2016. Durante estos seis días, visitó diversas entidades del país, incluyendo la Ciudad de México, Estado de México, Chiapas, Michoacán y Chihuahua.
¿Cuál fue le motivo de las visitas del Papa Francisco en estos lugares?
En cada lugar, el Papa se reunió con una variedad de sectores de la sociedad mexicana, tales como políticos, jóvenes, indígenas, trabajadores, sacerdotes, y personas en situaciones vulnerables, como los enfermos, los presos y los migrantes. Esta fue la séptima visita de un Papa a México.
México, el país con el segundo mayor número de católicos en América Latina, ha sido visitado por varios papas a lo largo de la historia. La primera visita papal fue la de Juan Pablo II en 1979, quien pasó seis días recorriendo varias ciudades del país. Posteriormente, el Papa polaco volvió en 1990, 1993, 1999 y 2002. Por su parte, Benedicto XVI visitó México solo una vez, en 2012, realizando una breve visita a León y Silao, Guanajuato.
En 2014, el presidente Enrique Peña Nieto invitó oficialmente al Papa Francisco a visitar México, encuentro que tuvo lugar en el Vaticano. El Papa aceptó la invitación y, a finales de 2015, confirmó su visita durante una misa en la Basílica de San Pedro en Roma, con motivo de la celebración de la Virgen de Guadalupe. La visita estaba marcada por la importancia de los temas migratorios y la necesidad de acercarse a las comunidades más necesitadas.
¿Qué lugares de México visitó?
El 12 de febrero, el Papa Francisco arribó al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, donde fue recibido por el presidente Peña Nieto, su esposa, y varios dignatarios de la iglesia. La llegada estuvo acompañada de música de mariachi y una calurosa bienvenida por parte de los miles de mexicanos que se congregaron a lo largo de su recorrido en el papamóvil hasta su residencia temporal, la Nunciatura Apostólica en la ciudad.
Al día siguiente, el 13 de febrero, el Papa Francisco fue recibido en el Palacio Nacional por el presidente Peña Nieto en una ceremonia de bienvenida oficial. Más tarde, se reunió con los obispos de México en la Catedral Metropolitana, donde abordó temas como la violencia y la inseguridad en el país.
En su mensaje, el Papa hizo un llamado a los obispos a mantener su integridad y no sucumbir a la corrupción, y destacó la importancia de la familia y de la cercanía con las comunidades más vulnerables.
El mismo día, el Papa visitó la Basílica de Guadalupe, donde rezó en privado ante la imagen de la Virgen. Durante su misa, pidió por las víctimas de la violencia y la desaparición forzada en México, y destacó el sufrimiento de las familias afectadas. La misa fue celebrada ante decenas de miles de fieles, tanto dentro como fuera del recinto. Esta visita a la Basílica fue uno de los momentos más significativos de su visita a México.
El 14 de febrero, el Papa celebró una misa masiva en Ecatepec, Estado de México, donde se congregaron cientos de miles de personas. Durante su homilía, criticó fuertemente las injusticias sociales y la corrupción, y hizo un llamado a la solidaridad y al trabajo por una sociedad más justa. Además, visitó el Hospital Infantil de México, donde interactuó con niños enfermos de cáncer, ofreciendo palabras de aliento y esperanza.
El 15 de febrero, el Papa Francisco viajó a Chiapas, donde ofició una misa dedicada a los pueblos indígenas en San Cristóbal de las Casas. Durante esta misa, pidió perdón por la discriminación y el despojo sufrido por los pueblos indígenas a lo largo de la historia, y destacó la importancia de respetar sus tradiciones y culturas. La misa incluyó música tradicional y lenguas indígenas, como el tseltal y el tojolabal, y el Papa también recibió un ejemplar de la Biblia traducida a estas lenguas.
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El 16 de febrero, el Papa visitó Morelia, Michoacán, donde se reunió con jóvenes y con representantes de la iglesia. En su discurso, les pidió que no se dejaran atrapar por las redes del narcotráfico y les instó a “no dejar de soñar”. Posteriormente, celebró una misa ante miles de personas y se encontró con el cardenal Alberto Suárez Inda, quien lo acompañó durante el recorrido. Esta visita también estuvo marcada por la emotiva mención de las víctimas de la violencia en la región.
El último día de su visita, el 17 de febrero, el Papa Francisco viajó a Ciudad Juárez, en la frontera norte de México, donde celebró una misa dedicada a los migrantes y bendijo una cruz en honor a todos aquellos que arriesgan su vida en busca de una mejor oportunidad.
La misa fue histórica, pues se celebró de forma binacional, con personas tanto de México como de Estados Unidos presentes. Finalmente, el Papa recibió una ceremonia de despedida en el Aeropuerto de Ciudad Juárez antes de emprender su regreso a Roma.
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