La NFL presume de haber reducido las lesiones de los QBs

Hablemos de dos cosas que la NFL tiene muy claro: ha de aumentarse la seguridad de los jugadores y la gente se sienta a ver los partidos delante de la televisión en mayor número si los quarterbacks de los equipos en cuestión le gustan. Es por eso que esta noticia ha debido de poner de especial buen humor a Roger Goodell, comisionado de la liga, y los suyos.

Y es que resulta que el pasado año fue excepcional en cuanto a la mínima cantidad de partidos perdidos por los QBs titulares en la NFL debido a alguna lesión. En concreto, se perdieron 35 partidos entre todos los quarterbacks titulares debido a un impedimento físico.

El número es una reducción muy considerable sobre los 59 que se perdieron los del año 2015, y mucho más aún con los 77 de 2014 y y los 76 de 2013. La tendencia es muy acusada en favor del espectáculo.

La NFL lleva tiempo tratando de concienciar a todos los jugadores de un emparrillado de que golpeen y plaquen con inteligencia y evitando, en la medida en la que se pueda, los riesgos inherentes a la violencia de este deporte. Y, más que en nadie, se fija en los quarterbacks, que para eso sostienen la mayor parte del chiringuito de los seguidores casuales de la liga, son los que más cobran y las piezas, en teoría, más difíciles de sustituir.

Con estos números pueden presumir de que sus enseñanzas, esfuerzos y multas están dando resultado y que la seguridad del juego no para de aumentar, así como es cada vez menos probable que la gran estrella de cada equipo esté en la banda (o en casa) en vez de en el campo.

Es evidente que para evaluar si eso es así del todo hace falta que pase un tiempo y los datos se asienten más allá de temporada puntuales. Sin embargo, es innegable que la tendencia va a seguir ese mismo camino porque la legislación interna de la NFL va a seguir insistiendo en estos conceptos. Y, por supuesto, mejor para todos.