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Solamente los Biris afean a este Sevilla

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El Sevilla estuvo ayer presente en los Premios Nacionales del Deporte en la persona de su entrenador, Sampaoli. El Sevilla es digno de reconocimiento desde hace años por las muchas cosas que hace bien, y que bien se notan. No hace falta desarrollarlas, están en la mente de cualquiera. Pero hay algo que lastra incesantemente la brillantez de este Sevilla, y son los Biris. Dichosos Biris. En Pamplona, uno de ellos exhibió una pancarta en la que se leía ‘Gordo’. Gordo es el apellido de uno de los procesados por pertenencia a la ‘Manada’, presuntos culpables de una violación colectiva en los sanfermines, cinco contra una, grabando la infamia.

José Castro, el buen presidente sevillista, se quejaba ayer en el acto de El Pardo de que el Sevilla poco puede hacer ante eso. Es verdad: poco puede, pero algo sí. En ese algo entra no defender que lo de ‘Gordo’ no tiene por qué aludir a uno de los autores de la fechoría. En ese algo entra no impugnar sistemáticamente las multas que le llegan al club por los insultos de sus Biris. El Sevilla tiene un problema mayor que otros porque sus Biris son más, en puro número, que los ultras de cualquier club. Esta lacra es general, ha sido bastante consentida, se empezó a luchar contra ella desde el asesinato de ‘Jimmy’, pero el Sevilla anda en esto atrasado.

Porque son muchos, decía. Quizá trescientos, o  más, según quiénes. Decuplican la media. Eso explica las cautelas del club, pero no justifica actitudes que llegan a confundirse con tolerancia. El problema lo tiene el Sevilla y merece toda ayuda para resolverlo, pero el impulso debe salir del propio club. Fue acierto obligado expulsar a los bárbaros que atacaron a unos tranquilos hinchas de la Juve en un bar pero, ¿qué menos? Hace falta un impulso constante, una acción preventiva, una compenetración con LaLiga, la Federación, las Fuerzas del Orden y los medios, todos a una, para acabar con la única cara fea de un Sevilla ejemplar.