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NFC Norte desde dentro

Los Detroit Lions han encontradro la formula perfecta para ganar

Van líderes de división y el pasado domingo dieron un puñetazo encima de la mesa. Un puñetazo que sonó bien fuerte en toda la liga.

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Los Detroit Lions han encontradro la formula perfecta para ganar
AFP

Aunque nadie, o casi nadie, contaba con ellos, los Detroit Lions están completando una de las mejores temporadas que se le recuerdan. Van líderes de división y el pasado domingo dieron un puñetazo encima de la mesa. Un puñetazo que sonó bien fuerte en toda la liga. Se plantaron en casa de los Saints y les dieron un baño. Unos Saints que cuando juegan en casa se convierten en un equipo temible, capaces de ganar con solvencia a los Panthers, Seahawks y llevar contra las cuerdas a los Broncos. Vamos, que las casas de apuestas se podían haber arruinado si alguien hubiese confiado en ellos. Porque ese es el problema con los Lions, muy pocos confían en una franquicia que siempre encuentra la manera de perder.

Todos hablan de Stafford, de su cambio desde que Calvin Johnson no está (ya sabéis mi opinión al respecto), suena hasta para el MVP (y no le falta razón a los que lo piden), pero los Lions son mucho más que Stafford. Son un equipo que domina el tiempo del partido a base de juego aéreo. No tienen un juego de carrera imponente, pero poseen un cuerpo de receptores que domina a la perfección las yardas después de recepción y que se mueve como nadie en las zonas medias. Tres yardas en esta screen, cinco en aquella slant, otras cuatro en una ruta flat y ya tenemos el primer down. Seis yardas en una angle route de Riddick, cinco en una hitch de Ebron y otro primer down. Jim Cooter ha creado un esquema de juego perfecto para su quarterback y éste lo está bordando cuando lo ejecuta. Pero hoy no quiero hablaros más de su ataque, que ya lo he hecho bastantes veces en este 2016. Hoy quiero contaros como su defensa se ha sumado a la ola positiva, haciéndolos mucho más duros de lo que se dice por ahí.

La pérdida de Suh y Fairley, las lesiones de Levy y Mathis o el problema con Tulloch dejaron a la defensa de 2015 en cuadro. Demasiados hombres clave no estuvieron en el emparrillado. Teryl Austin, su coordinador defensivo, no encontraba con la tecla para hacer que su defensa aguantase a los ataques rivales. Esto ha cambiado desde hace tiempo. La secundaria empezó a jugar mucho mejor a finales del curso pasado. Los Lawson, Diggs y Slay encontraron su sitio y se vio que había material para trabajar. Tavon Wilson, Bush y Bademosi le han dado un puntito más y Glover Quin está jugando a un nivel espectacular. Es decir, no son la “Legion of Boom” de Seattle, pero no conceden, ni mucho menos, las facilidades de antaño.

El cuerpo de linebackers ha tenido a Whitehead como su hombre ancla hasta la recuperación de su mayor talento: DeAndre Levy. Con Levy recuperado, los Lions tienen capacidad para ir a mejor. Sin embargo, donde se ha cambiado la inercia ha sido en su línea defensiva.

Muchos pensábamos que Haloti Ngata estaba en la cuesta abajo y que ya no levantaría cabeza. No es el mismo de hace cuatro años, pero, con menos snaps y más descanso, está jugando a un nivel acorde a su talento. Khyri Thornton, Walker y el rookie Robinson están consiguiendo cerrar el medio de la línea contra el juego de carrera en las últimas semanas, después de un inicio en el que recibían muchísimas yardas por tierra.

Por fuera de la línea, Ziggy Ansah, Hyder y Delvin Taylor hacen un muy buen trabajo presionando al QB rival, así que entre unas cosas y otras, los Lions han montado una defensa que ayuda a su ataque. Es decir, no es top cinco de la liga, ni mucho menos, pero tiene ese punto de no partirse y de darle un respiro al ataque cuando no está en el campo. Lo que viene siendo una defensa “bend, but don’t break”. Esto significa muchas zonas, ya sea Cover-2 o Cover-3, permitiendo el juego corto, pero evitando las big plays. Dejan que el ataque rival pueda ir avanzando y, cuando arriesguen, aprovechar cualquier error para provocar el turnover. Así es como aniquilaron a los Saints. Y a Drew Brees.

Los Saints venían de promediar 30’1 puntos por encuentro en el Mercedes-Benz Superdome de New Orleans. Dos de las tres mejores defensas de la liga, los Broncos y los Seahawks, pudieron bajar ese promedio hasta los 25 puntos en su visita a este Dome. Los Detroit Lions, el domingo, dejaron al potente ataque de los Saints en 13 puntos. ¡Menos de la mitad de lo que promediaban! ¿Y Drew Brees? Pues cero touchdowns y tres intercepciones. Una cosa de locos.



La idea de los Lions para este partido era clara: no dejar a Brees pensar, dejar que lanzara a las zonas medias, pero evitar las big plays que acostumbran a ejecutar Sean Payton y los suyos. La presión desde la línea defensiva fue buena. Ansah por el exterior, junto con Bryant, y con Ngata y Robinson por dentro, hicieron mucho daño. A su vez, limitaron el juego terrestre rival a solo 50 yardas. Además, Teryl Austin ocultó, en muchas ocasiones, muy bien las coberturas zonales, confundiendo a un Brees que no sabía a quién pasar.



Pero por encima de todos, un nombre: Glover Quin. Excelente el partido que jugó el safety de los Lions. Excelente en la lectura del QB, de las rutas de los receptores, entendiendo a la perfección donde iba la jugada y cuál era el propósito de Brees en casi cada snap. Un clinic de lo que es dominar una secundaria.



Sus caídas a las zonas hook cuando aparentaban Cover-2 (siendo Cover-3 en realidad), llevaron al error a Brees varias veces. Siempre leyendo las rutas y los ojos del veterano lanzador. Explosivo arrancando al pase y cogiendo muy buenos ángulos para no perder ni un metro en la jugada. Mostró todo el rango del que es capaz de ofrecer y dejó sensaciones muy positivas. Dominó su defensa desde la parte profunda. O mejor, dominó todo el partido.

Evidentemente, tuvo ayuda de sus compañeros. Tanto Bush, como Wilson, jugaron un gran encuentro, y sus CBs también lucieron frente a un cuerpo de receptores donde abunda el talento.



Esta semana hemos sabido que Quandre Diggs se perderá lo que resta de temporada, así que tendrán una baja importante en el nickel, teniendo que situar más veces de las recomendadas a Wilson, o Bush, ahí. Pero seguirán dando la lata. De eso estoy seguro. Su ataque es capaz de mantener drives sostenidos y de estar mucho tiempo en el campo, permitiendo descansar a la defensa y dejando que sus coordinadores defensivos ajusten para la siguiente vez que salgan al campo.

Los Detroit Lions han hecho lo más difícil. Han conseguido ponerse al frente de la división y con tierra de por medio por si hay algún tropiezo. Han dejado a los dos favoritos contra las cuerdas y sin margen de error, pasándoles toda la presión a ellos. Son un equipo duro, que ha demostrado saberse manejar cuando llega el momento delicado de los partidos y capaz de remontar en el cuarto final. Llevan siete victorias en los ocho últimos partidos y, en la NFL, eso es muy complicado. Soy un convencido de esto, así que, yo, sí me creo a los Lions.