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CHICAGO CUBS

El Ala Oeste de Wrigley Field

Los Chicago Cubs, después de romper su sequía de títulos con el triunfo en las Series Mundiales, afrontan su siguiente reto: construir una dinastía.

Actualizado a
Theo Epstein ha sido capaz de acabar con la sequía de los Boston Red Sox y de los Chicago Cubs.
Getty Images

Durante ocho temporadas, Josiah Bartlet dirigió los designios de los estadounidenses en una de las mejores series de televisión que se han realizado, The West Wing. Bartlet, graduado en la católica Universidad de Notre Dame, era un versado economista que, entre otras distinciones, había sido galardonado con el premio Nobel. Cuando daba un tema por concluido y había que pasar a otra cuestión, decía una de sus frases más características, “What´s next?” (¿Qué es lo siguiente?)

Volviendo de Cleveland, con el trofeo de las Series Mundiales bajo el brazo, Theo Epstein llamó a unos amigos para celebrar una comida en un conocido restaurante de la ciudad del viento. Epstein habló con el dueño y le dijo que, como no podía ser de otra manera, el menú sería cabra asada. El chef asó un ejemplar de 43 kilogramos del que Epstein y sus amigos dieron buena cuenta.

Un par de días después, durante el desfile de la victoria, con millones de personas en las calles aclamando a los campeones, Epstein le dijo a su mujer que no debían olvidar que al volver a casa tenían que preparar la cena y cambiar pañales, que todo aquello era irreal.

Los Cubs han ganado el título y Epstein ha sido elegido como el ejecutivo del año por Sporting News. Este invierno, después de más de un siglo, los Cachorros respiran tranquilos por tener los deberes hechos pero, como ya hiciera en Boston, Epstein quiere que la alegría de este otoño se repita.

Nadie espera que los Cubs hagan un gran desembolso en la agencia libre por una estrella de relumbrón. Sin embargo, la falta de movimiento en las oficinas, no implica que los de la ciudad del viento no estén dándole vueltas a cómo mejorar su fantástico roster. Están valorando consolidar el outfield y reforzar el bullpen. La búsqueda de un pitcher de garantías, a pesar de lo que ahorren en la agencia libre, puede costarles caro, ya que el resto de equipos conoce el elevado talento de los jugadores del sistema de granja de los Cubs y pedirán varios de esos chicos a cambio de un lanzador consolidado.

El siguiente reto de los Cubs es construir una dinastía, tarea harto complicada, ya que en los últimos 16 años nadie ha ganado el clásico de otoño dos años seguidos. A pesar de ello, los Cubs son jóvenes y talentosos y a nadie extrañaría que ya tengan bajo su égida a la próxima estrella de la liga, sirvan el ejemplo de Kris Bryant, éste año mejor jugador de la liga Nacional y Kyle Schwarber, cuya aparición milagrosa en las Series Mundiales fue fundamental, como el buen tino de los de Chicago a la hora de seleccionar talento en el Draft.

A pesar de este hercúleo desafío, el béisbol no es el único campo donde Epstein llama la atención. Tras las elecciones presidenciales del pasado 8 de noviembre, numerosos aficionados de los Cubs escribieron a su director de operaciones beisbolísticas para que se presente a presidente de la nación. Lo cierto es que Epstein apoyó la campaña de Hillary y el partido demócrata busca un candidato fuerte para recuperar la Casa Blanca en cuatro años. Entonces veremos si Epstein, además de en el salón de la fama, añade su nombre a la lista de inquilinos del inmueble más famoso del mundo.

De momento su mente está puesta en los Cubs y al igual que Bartlet, que obtuvo grandes logros bajo el lema “Let Bartlet be Bartlet” (dejad que Bartlet sea Bartlet), los Cubs quieren que Epstein siga siendo Epstein.