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MONTERREY VS TIGRES

Rayados avanza, Tigres entrega la corona y Chacón la lía

En un partido emotivo y envuelto en polémica arbitral, Monterrey clasificó a las semifinales del Clausura 2016 a pesar del 1-2 en contra. Nahuel atajó dos penaltis.

Rayados avanza, Tigres entrega la corona y Chacón la lía
Miguel SierraEFE

Bendita liguilla. Liguilla surrealista, inmisericorde, irracional, dadaísta. La segunda parte del Clásico Regio tuvo todos los arquetipos de una serie de liguilla. Poco le faltó, acaso una explosión, un breaking news, un clímax. Pero, qué va. Y mucho de ello lo aportó Chacón, cuyas aberraciones oculares aderezaron el partido (o, para algunos, lo arruinaron; depende del cristal con el que se mire). Los Rayados, aliviados y con algún 'empujoncito', cabalgan a las semifinales. Los Tigres han entregado la corona. Se la arrebataron a punta de pistola. 

Monterrey fue una versión caricaturizada de sí mismo en el tercer capítulo de esta serie. Los felinos de Ferretti, tan punzantes como estériles en su feudo, se desplegaron con majestad sobre el campo del BBVA. La maniobra de ocupación trazada por Ferretti fue una obra maestra de la estrategia militar: cómo ocupar el máximo espacio disponible con la misma cantidad de hombres que el rival y cómo explotar al máximo dicho espacio. Las diagonales 'robbenianas' de Damián Álvarez (o quizá debería Damián de exigir a Robben la patente de la jugada), el tanque inacabable de Aquino y los dientes de Dueñas y Pizarro sometieron a los Rayados. Esa fórmula generó el primer grito de la tarde: desborde de Aquino y testarazo de libreto de Dueñas. El gol rejuveneció al felino y devolvió el suspense a la trama; las historias sin conflicto no son historias. 

Entonces los Rayados se deprimieron. Sólo rascaron un intento del incombustible Sánchez, maravilloso centrocampista 'box-to-box', que golpeó desde la izquierda. Funes Mori, fantasmal. Cardona, ¿quién? Pabón, en pijama. En ello, Gignac rompió la línea, Orozco manoteó y Sóbis entró por la puerta abierta. 0-2. Flashback: 2005, Estadio Azteca, Julio César y Mario Carrillo. Ya sabrán. Todos lo pensamos. No digan que no. Tras el gol, los Tigres hicieron todo lo posible por convertir esa palabra - remontada - en realidad. Tiro de Pizarro, muy fino; batazo de foul de Gignac; sablazo de Damián repelido por la pierna de Orozco. Monterrey, conectado al desfibrilador. 

La segunda mitad estaba reservada para el show de Chacón. Y el mejor estado de salud de Monterrey, también. Los Tigres perdieron el libreto y Monterrey aprovechó el aturdimiento. Sin la paciencia y la madurez con la que se habían conducido en la primera mitad, los felinos se encomendaron a los gatillazos de Dueñas y a  'padresnuestros'. Monterrey recuperó la memoria y Chacón contrajo una fiebre que le nubló la vista. Primero, Ayala pareció jalar (o no a Funes Mori); Chacón señaló el círculo de cal y Pabón disparó a las palmas de Nahuel. Premonición. Tal vez sí. Tal vez no. Después Juninho cargó a Sánchez y Chacó juzgó como tentativa de asesinato. Ferretti también infringió setenta normas del código civil e inventó noventa insultos nunca antes escuchados. Chacón también le sentenció, sin tomarle la cartera. Acto seguido, Funes Mori impactó de primera intención el tiro libre, Nahuel repelió y Montes remató el reintegro. Karma instantáneo. No, premonición no fue. 

El show debe continuar. Sí señor. Tras los misiles tierra-aire de Sánchez y Funes Mori, Chacón decidió dar rienda suelta a su repertorio histriónico y montó una escena de teatro del absurdo. Si el rostro de Pizarro es, en realidad, su brazo, quizá todos debamos de revisar nuestros apuntes de anatomía. Eso, o la miopía de Chacón deformó la figura de Pizarro hasta convertirlo en un abstracción cubista. Sí, seguro fue eso. Total, que Funes Mori rindió un ridículo homenaje a Panenka y Nahuel entró a los registros históricos: primer portero en atajar dos penales en un Clásico Regio. Proeza inútil, que los Tigres han entregado la corona, los Rayados cabalgan y Chacón retoza en el campo de juego. ¡Cómo la ha liado!