Velázquez y Cuero amargaron el debut de Bueno en Cruz Azul
Un doblete de Velázquez y otro tanto de Cuero dieron forma a una insospechada goleada de Morelia sobre el Cruz Azul de Sergio Bueno que salió abucheado.
El azul es melancolía. Azul, también es, al parecer, impotencia. El Cruz Azul fue fiel a sus colores y a su devenir en los últimos tiempos. Hubo una diferencia: nadie esperaba algo de “La Máquina” en este nuevo ciclo. El resultado, al final, fue el mismo de siempre: la desazón. ¿Quién dice que no esperar nada evitará el desencanto? No, Cruz Azul desafía todo paradigma. Cayó en su debut ante Morelia, equipo reformado y apurado, con firmas de Velázquez y Cuero, y extirpó los abucheos de su grada en su estreno en la LigaMX.
Metas dispares. Cruz Azul con la mira puesta en terminar la sequía que le aqueja desde hace 18 años. Morelia, presto a evitar el descenso. Sobre el campo del Azul, parecía que eran los ‘celestes’ los condenados y los morelienses los esperanzados en romper el maleficio. La Máquina, no obstante, inició fogosa. Amione remantó al poste y Loeschbor envió el cuero hacia Argentina, sin custodios que le rodearan en el área chica. Todo parecía marchar. Entonces, Erpen derribó a Joao Rojas y Torrado marró el penalti. Azul melancolía, sí. Y mal agüero. Hay maldiciones que lucen eternas.
Cruz Azul dominó al comienzo, claro. Y el lugar común: dominar sin anotar no tiene ninguna valía. Apenas despertó de la siesta, Morelia fulminó a un Cruz Azul tan hiperactivo como distraído. Cuero pescó un envío terso de Olvera y martilleó el primer tanto del partido. Cruz Azul entró en coma. No volvió a espabilar en toda la tarde. Acto seguido, Morelia se ensañó con los celestes. Hibert Ruíz percutió la banda derecha las veces que le vino en gana y Cuero torturó a Mendoza, Loeschbor, y probablemente al “Kalimán” Guzmán y Juan Reynoso. Otra cabalgata de Cuero, fiera incontenible, citó a Pablo Velázquez de cara al gol. El paraguayo, exiliado de Toluca y de Medellín, sólo sopló la pelota ante la acometida de Corona. Reseñar el segundo tiempo sería ocioso; sólo cabe apuntar que el tercer gol, también autografiado por Velázquez, fue una calca del segundo.
Cruz Azul se diluyó como terrón de azúcar y Morelia ve la orilla tras la tormenta, a lo lejos, pero la ve. Entre la melancolía y el mal agüero, el Cruz Azul volvió a fallar. Otro lugar común.